Todos los pueblos tienen un pasado. En algunos casos, con un ADN plagado de racismo y en otros, por ejemplo, con la marca de la esclavitud a cuestas.
Tambien es cierto, como he escrito alguna vez desde esta tribuna, que quienes no recuerdan el pasado, están condenados a cometer los mismos errores.
Ahora, en medio de las protestas por el homicidio de George Floyd a manos (más bien, rodillas) de la policía de Minneapolis, el agregador de cine HBO ha decidido retirar la película «Lo que el Viento se llevó» de su catálogo de EEUU por las acusaciones de racismo.
Si recordais, la acción transcurre en una plantación de algodón del Sur de EEUU, antes de la Guerra de Secesión, donde, claro está, había esclavos negros.
Creo, sinceramente, que es un error retirar el filme porque si se interpreta que la película tiene un tufo «racista», serviría al menos para recordar lo que lleva años pasando en EEUU.
Racismo
El racismo existe desde que en el Nuevo Continente se instaló la nueva normalidad a la americana; es decir, con nigers, negratas, chicanos, hispanos y otros seres despreciables, a un lado, y los blancos a otro.
No voy a entrar en analizar el homicido de la policía del Estado de Minnesota que, por cierto, tuvo como causa que Floyd pagara con un billete falso de 20 dólares.
Aburdo y siniestro, además de inhumano e incomprensible para una mente europea.
Porque lo importante; lo sustancial, es que en EEUU salvo que seas deportista o actor de élite (o el presidente) los derechos de los negros, a los que eso si, se les pasó a llamar personas de color y ahora afroamericanos, se han inculcado de forma constante y sostenida.
Sin embargo, y a pesar de eso, no entiendo porqué hay que destruir todo el pasado (me refiero al cine).
No olvidar
Si es doloroso, hay que recordarlo para evitar que se repita y, si es gratificante, para recordarlo siempre que se pueda.
En este caso, las películas y hasta la historia de la humanidad están trufadas de injusticias, errores y holocaustos.
Si optamos por destruir todo el pasado, dentro de 30 años podrían prohibirse todas las películas en que hubiera besos y abrazos, para no recordar el coronavirus.
También deberían retirarse todas las películas de violencia, porque incitan a la misma, o de robos y saqueos porque dan ideas a la población, sobre todo si está confinada mucho tiempo.
Y hasta Blancanieves por faltar el respeto a los enanitos so pena de renombrarla como Blancanieves y los 7 acondroplásicos, aunque parece poco comercial, o 101 Dálmatas por maltrato animal.
Con esta misma filosofía, en España habría que revisar todas las películas de catetos, salidos y otros especímenes de mitad del siglo XX.
Incluso prohibir La familia y uno mas por fomentar la natalidad en un mundo superpoblado, y Sor Citroen por inducir a conducir sin saber hacerlo.
Indios y vaqueros
Hasta deberían desaparecer las películas de vaqueros que denigraban a los indios. ¿O es que los indios no merecen respeto?
O las películas de Sam Peckinpah, como Grupo Salvaje o Perros de Paja,.donde descerrajaban a tiros a todo quisque y había más sangre que en La Matanza de Texas (otra a retirar).
También podríamos liquidar directamente a Clint Eastwood y a Marion Michael Morrison, o sea, John Wayne, por machistas.
Al «Duque» Wayne por dar unos azotes a Mauren O’Hara, en El hombre tranquilo o repudiar a su sobrina Natalie Wood, en Centauros del desierto.
En fin, no seamos cínicos y fariseos, además de memos, y admitamos que la cultura, como parte de la historia en general, hay que entenderlos con la mentalidad de la época en que fueron filmados, escritos o dichos.
También es posible que todo esto solo sea una maniobra de marketing de HBO, en horas bajas, para captar la atención y cuentas de clientes a la fuga. ¡Que pudiera ser!
El placer del cine
Hace tres días repusieron en la 2 de TV Casablanca y volví a disfrutar como un enano, perdón, como un acondroplásico; con The Time Goes By interpretada por el negro, perdón, afroamericano, Sam.
Elsa y Rick, espléndidos, y el cinismo del capitan Renault, maravilloso e inteligente. Cada frase del guión tiene un sentido en sí misma.
En la película, para mi la mejor de la historia, se hartan de fumar y me pareció hasta maravilloso, pero, curiosamente, después de verla no me dió ninguna gana de echarme un pitllo ni de volver al tabaco.
Qué le voy a hacer, como Ricks, debo de ser un sentimental.
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- La jaula y el vacío
- Los vigilantes “de la paya”
- Tufo
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- La memoria
- El cansancio del rebaño
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