Tengo un montón de libros; de los de antes, de los que se imprimen en papel y huelen a cultura, que me miran desde las estanterías de mi casa.

Todos quieren que les saque y les abrace porque, en estos tiempos, los abrazos escasean en el mundo.

Así que no les leo. Solo les miro, les acaricio…y dejo que sean ellos quienes me hablen a mi. Y lo hacen.

Mi colección

Por eso, revisando mi colección del escritor y periodista Gabriel García Márquez me di cuenta de dos cosas.

La primera, que mi acopio literario de este autor era más exigua de lo que yo pensaba (tengo solo nueve libros de los 47 o más que escribió); y la segunda, que muchos de ellos, al menos en sus titulares, definen con nitidez lo que hoy nos está pasando a todos.

La realidad misma

Y si no os lo creeis, leed esto:

1.- Cuando era feliz e indocumentado (1979). Es una recopilación de artículos periodísticos, pero trasvasado a nuestro forzado encierro por culpa del virus, nos recuerda lo bien que vivíamos antes de que empezara esta pesadilla.

2.- El amor en los tiempos del cólera (1985). Tiene que ver, claro, con la relación de pareja –sea del tipo que fuere- en la situación actual. Sobran más palabras.

El laberinto

3.-El general en su laberinto (1989). La papeleta del presidente del Gobierno que no sabe a qué carta quedarse. Está hecho un lío …y lo sabe. Sale al púlpito, a la tele pública, a tocarnos la fibra emocional (seguro que aconsejado por sus asesores), pero no sabe -lógico-como combatir la covid-19, salvo encerrándonos.

4.-Cien años de Soledad (1967). Es la obra magna del admirado autor colombiano y tiene que ver con que no sabemos cuantos días más de soledad nos impondrá la pandemia.

De momento, el horizonte está a mas 30 días vista, porque está claro que en el puente de mayo aquí no sale ni Dios (bueno salvo los desaprensivos que se escapan de madrugada a su segunda residencia).

5.-La siesta del martes (1962). Y del miércoles, y del jueves y del viernes…para quien pueda echársela, claro, porque si no son los niños, es el teléfono que te anuncia que un familiar y/ o amigo está enfermo. Y a partir de entonces se acabó la tontería.

Además de eso, cada vez hay más gente insomne; que no duerme cuando debe. Así que, aunque seamos españoles, igual hay que abandonar-por el momento- esta cabezadita.

En mala hora

6.- La mala hora (1962). Mala hora en la que a los chinos se les ocurrió comer pangolín y otras especies salvajes e infecciosas.

Y también la mala hora en la que nuestras autoridades, viendo lo que ocurría en Italia, fueron incapaces de adelantarse a la debacle.

Aunque a estas alturas de la película incluso dudo de mis dudas.

7.- Crónica de una muerte anunciada (1981). De este no diré muchas cosas por respeto a los que se han ido y a los que se irán.

Pero, eso sí, dejadme que os recuerde que las malas noticias te quitan el ánimo, y las malas noticias que no se comprenden te roban el alma.

Porque la tristeza, lo diga quien lo diga, no es honorable.

Y hoy, como cuando se pierde un amor, necesitamos saber porqué nos está pasando todo esto y poder olvidar con dignidad.

El expediente del náufrago

8.-Relato de un náufrago (1955). Que es lo que mucha gente siente ahora. Todos somos náufragos en un mar desconocido lleno de miedos e incertidumbres sobre el futuro más inmediato.

Vamos a la deriva es un océano sin límites intentado encontrar nuestro nuevo lugar en el mundo, tal y como nos advierten «los expertos».

9.- Vivir para contarla (2002). Esto es lo que todo el mundo desea. Sobrevivir a este virus para poder contarlo y que lo que estamos pasando ahora quede en la memoria como un mal sueño o, si se quiere, una pesadilla.

Porque este año 2020, en realidad, comenzó el 1 de diciembre de 2019 cuando se declaró en Wuhan el primer caso de coronavirus.

Y ahora os tengo que dejar, porque los libros me llaman, y alguno de ellos se está poniendo pesado y no sólo quiere abrazos, sino también un beso.

Estoy llamando a Sanidad para que me digan si puedo dárselo o no, pero con me cogen el teléfono. ¡Qué raro!