Vuelva «usté» mañana

Vuelva usted mañana es el tìtulo de un artículo escrito en enero de 1833 por uno de nuestros mejores representantes del «romanticismo»: Mariano José de Larra.

En él se exponía, con toda crudeza, no solo la molicie que acompañaba a la Administración española, sino a los propios españoles, a la hora de dar soluciones a quien las necesitara, por ejemplo, a la hora de emitir un certificado.

Pues bien, 187 años después apenas han cambiado las cosas y la palabra eficiencia sigue fuera del diccionaro de este engranaje burocrático y de nuestro dìa a día.

Da igual que sean mascarillas, respiradores, una plataforma online para que todos los chicos estudien en su casa o una subvención: una cosa es lo que se dice y otra, muy distinta, la realidad.

El hermano Ramonet

Por ejemplo, nuestro presidente del Gobierno, como si fuera uno de los hermanos Ramonet vendiendo sus famosas mantas, anuncia cosas que no son y, lo que es peor, ni sabe lo que son.

Entre ellas, cuando se refiere a las famosas ayudas y subvenciones, y más en concreto, cuando se refiere a las pymes y los autónomos.

Parece que fue ayer cuando hace 24 días o más, le oí decir que vamos a dedicar 200.000 millones para esto, 4.000 millones para lo otro, 1000 millones para lo de más allá, como si fuera el Onasiss de la crisis.

Que si subvención aquí, que si ayuda a las pymes y autónomos…hasta que oí nombrar al ICO (Instituto de Crédito Oficial), que fue cuando se me erizó el pelo del lomo, como si fuera un lobo a punto de saltar a por su presa.

No sé si estaba hablando de ayudar a la gente, o estaba anunciando el Euromillón, pero lo que está claro es que toda esta palabrería, a nada que se analiza, se va por el sumidero como si fuera agua sucia.

Pequeños detalles

Es lo que tiene el discurso fátuo de las ayudas y las subvenciones, que cuando vas a pedirlas, ¡ay mecachis!, no te la pueden dar por que te falta algún pequeño detalle.

Yo fui un dìa a perdir una ayuda para cambiar la caldera, plan renove, y cuando la pedí, ¡ays. qué pena!, se habían acabado las subveciones el dìa anterior.

Luego pedi otra para poner contraventanas, otro renove de eficiencia energética.

Y una vez más,¡ ays que pena!, otra vez se me escapó la subvención porque para que me la concedieran tenía que ser hijo de padre pelón, y mi padre tenía «pelaso Pantene».

Después fui a pedir un subsidio de autónomo, pero tampoco me lo concedieron porque tenía que haber ganado los tres meses anteriores menos de 300 euros al mes y, mecachis, había ganado 300,25.

Los ratones del BOE

En fin, que no digo yo que no sea verdad y que los ratones humanoides que husmean por los BOEs estén al acecho y siempre pillen cacho, pero lo habitual es que nunca recibas subvención alguna.

Y es que todo es absurdo e inútil, y se emplean recursos donde no hacen falta, no se necesitan, o que no se sabe donde van.

Es todo tan absurso e inútil como seguir informando del tiempo en las televisiones, durante 20 minutos, acerca de si va a llover en Semana Santa o el próximo puente de mayo, cuando «mister Sánchez» , el nuevo Mister Marshall», ya ha dejado entrever que nos vamos a quedar en casa hasta mediado de mayo.

Pero lo que me temo -y muchos españoles- es que dentro de dos semanas diga que nos quedamos hasta junio, y asi ene veces.

Es como en el vuelva usted mañana de finales del siglo XIX, donde los chupatintas y botarates campaban por la burocracia española a mayor gloria de Dios, y nuca mejor dicho en estas fechas tan señaladas..

La biblia de la burocracia

Era la biblia de la burocracia y en España había y sigue habiendo muchos apóstoles atolondrados..

En el artículo publicado por Larra se decía, textualmente:»convengamos solamente en que esta institución (la Administración) ha cerrado y cerrará las puertas del cielo a más de un cristiano».

Y yo añadiría: «Amén».

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