Los clubes de runners están que trinan y a los que les gustaría formar parte de ellos, también.
Mientras en el resto de Europa la gente lleva corriendo o haciendo ejercicio físico desde el minuto uno, nuestro Gobierno se ha empeñado en poner su granito de arena, uno más, para favorecer la obsesidad.
No sé si alguien le ha informado de que no queremos ir a la Madrid Fashion Week, ni tener una talla 36, pero tampoco una 56 y ahí es donde nos dirigimos: hacia una pandemia de obesidad y depresiones.
Beneficios del deporte
Tampoco sé si alguno de los expertos que le rodean se ha enterado de que el deporte es salud, refuerza el sistema inmune, controla el peso corporal, aumenta la capacidad cardiopulmonar y reduce el estrés.
Aparte de eso, genera endorfinas, acción muy necesaria para paliar las nefastas consecuencias de este encierro sin fecha de caducidad.
Tampoco se han debido enterar (sus expertos) de que si uno corre o monta en bici solo, sólo puede contagiar o ser contagiado por los frenos de la bici, el sillín o los calcetines que envuelven sus propios pinreles.
Y es que el presidente no solo ignora las preguntas de los periodistas cuando le requieren sobre el particular, sino que tampoco quiere mirar a otros países en los que esta práctica absolutamente sana y razonable lleva permitiéndose desde que comenzó la pandemia
¿A qué tienen miedo? A que se les cuele gente que normalmente no corre o no sale a pasear y se haga, de repente, deportista por arte de birli birloque?
Algo positivo
Pues mejor, porque el puñetero coronavirus y el confinamiento, aparte de para hundirnos en la depresión física, psíquica y económica, habrá servido para algo útil: para que mucha más gente haga deporte y a cualquier edad.
¿Cómo se controla?. Muy fácil: al que se le vea parado o en corrillo, se le manda para casa y, si es recurrente, se le sanciona.
Si se le «caza» corriendo con una cerveza o un calimocho en las manos, también;.
Lo mismo que al que pasea con su primo de rodillas bajo una sudadera de Prenatal para parecer un menor
También, al que vuelve a casa sin gota de sudor
¿Qué puede ocurrir? Pues que, en el peor de los casos, convirtamos a España en un club de runners.
Los que corren, porque ya corren. Los que van a empezar a correr, pues mejor para su salud y los que sean deportitas de pega, pues también bien, porque les va a tocar correr delante de las Fuerzas de Seguridad del Estado cuando les persigan por hacer trampas.
Márchese a correr
Así que, señor Sánchez, márchese, que diría Aznar, pero marchase a correr. Dé ejemplo, y permítanos al resto trotar por la geografía española.
Por fin estará haciendo usted algo útil para la salud pública, logrando lo que no han podido todas las clinicas de adelgazamiento del mundo: tener una población bien alimentada, deportista y unas Fuerzas de Seguridad del Estado en forma y con tipín.
Mientras no lo haga, la población estará en riesgo como yo mismo que además de apuntar a la obesidad mórbida. estoy dándole al alcohol, como el alcalde de Badalona.
Menos mal que, como JASP que soy, por lo menos estoy sobradamente preparado… porque leo mucho. Y hoy que se celebra el día del libro, eso me va a salvar.
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