Málaga: el «boquerón urbano» que fascina a los españoles

Si nos preguntasen en qué ciudad española nos gustaría ir a vivir, muchos responderíamos que en Málaga.

Y no sólo es por su clima, que también, sino porque es una ciudad grande, pero abarcable y, desde luego, porque desde la llegada del AVE y la explosión de su expansión cultural, es fácil enamorarse de ella.

No en vano, por número de habitantes, es la segunda ciudad más grande de Andalucía y la sexta de España, y aunque no sea tan monumental como Sevilla, Córdoba o Granada, las gana por su luz y sol reflejado sobre el Mediterráneo. Eso no lo tienen ninguna de las otras tres y es un valor añadido inigualable.

Y no es que no tenga ningún monumento, pero ni quiere ni debe competir a este nivel. Aquí no hay mezquita, ni alhambra ni torre del oro, porque esta ciudad juega en otra liga.

Pero si ponemos todo en una balanza como calidad de vida, Málaga es la vencedora.

Luego está la gastronomía, claro, las conchas finas, los espetos, los boquerones victorianos, el bienmesabe…que tampoco deja a nadie indiferente.

Alcazaba y puerto

Qué ver

La Alcazaba

Este Palacio fortaleza cuyo nombre en árabe significa «ciudadela» es uno de los monumentos históricos más visitados de la ciudad.

Entrada a la alcazaba

Construida por los árabes, está situada a los pies del monte Gibralfaro, junto al Teatro romano, donde está el Castillo.

Su visita es una oportunidad para ver en solo unos metros la unión de las culturas romana, árabe y renacentista, lo que hace de este monumento un lugar muy especial. 

Al parecer, fue erigida entre 1057 y 1063 por mandato del rey de taifas, bereber de Granada, Badis.

En su construcción, se reutilizaron piezas del teatro romano, que está pegado a ella, como columnas y capiteles.

Teatro romano

El Teatro Romano de Málaga es uno de los legados de esta civilización a la ciudad.

Junto a él se ha instalado un centro de interpretación en el que podrás rememorar como se vivía entonces.

Descubierto en el año 1951 estuvo, durante muchos años, sepultado bajo el edificio de la llamada Casa de la Cultura.

Fue durante una restauración de la misma cuando se descubrieron los primeros indicios del Teatro, lo que dio lugar la demolición del edificio para sacar a la luz el vestigio romano.

Teatro romano

Castillo de gibralfaro

El Castillo de Gibralfaro fue construido en el siglo XIV con el objetivo de proteger la Alcazaba.

Por eso está junto a ella y por eso, también, es una de las construcciones más visitadas.

Prueba a recorrer sus murallas porque tienen unas vistas impresionantes de la ciudad.

¿Qué por qué se llama de Gibralfaro? Pues porque ya en la época de los fenicios y romanos, en lo alto del monte se situaba un faro (Jabal-Faruk o monte del faro en árabe).

Sin embargo, se atribuye al rey nazarí Yusuf I la construcción de la fortaleza en el siglo XIV (1340).

Por esa razón, durante la reconquista sufrió el asedio de los Reyes Católicos (1487) y Fernando lo convirtió en su residencia temporal tras la victoria militar.

Vista desde Gibralfaro

La catedral

El nombre completo de la catedral de Málaga es Nuestra Señora de la Encarnación aunque para los malagueños es simplemente “la Catedral”.

En todas las ciudades una catedral es siempre algo importante, pero aquí en Málaga lo es todavía más, porque no es solo un edificio religioso, es también un referente social.

Larios

La calle Larios o, más concretamente, del marqués de Larios (os sonará por la ginebra) aunque es, probablemente, la más famosa de Málaga.

El segundo Marqués de Larios (Manuel Domingo Larios y Larios) fue el principal accionista de la sociedad que se creó para la construcción de la calle y supuso una inversión de un millón de pesetas de la época (6.000 euros).

Sin embargo, la estatua que ahora preside la plaza aneja a la calle, fue tirada al mar durante la Guerra Civil y sustituida por la estatua del obrero anónimo, conocida como Alegoría del trabajo, ya que consideraban a los obreros los verdaderos constructores de la calle Larios.

Finalmente, tras acabar la guerra, se recuperó del fondo del mar y se volvió a colocar en su lugar original.

Casa Museo Picasso

La Casa Museo Picasso fue la primera piedra para lanzar culturalmente a Málaga. Eso y la apertura de algunos, museos a los que se sumó el AVE, han servido para relanzar la ciudad.

En este edificio vivió el artista Pablo Picasso entre 1881 y 1884, así que, en realidad, sólo estuvo allí hasta los cuatro años de edad.

Sin embargo, aunque el museo no contenga obras magnas del artista, sí que recopila algunas obras y objetos personales del artista y de su familia.

Una biblioteca especializada y un continuo programa de exposiciones temporales y actividades culturales complementan la oferta de la Casa Natal de Picasso.

El Museo Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso nació bajo el nombre de Fundación Pablo Ruiz Picasso, por acuerdo de pleno del Ayuntamiento de Málaga, en febrero de 1988.

Se creó como Organismo Autónomo Municipal con el objeto de estudiar y promover la obra y la figura del artista.

Sin prisa

Málaga es una ciudad para pasearla sin prisas. Para disfrutar de su sosiego; para dejar que el pelo se enrede con la brisa y el sol como si fuera un espeto.

El boquerón victoriano representa gastronómicamente a la ciudad casi tanto como la luz que vio Picasso y con el actor y empresario Antonio Banderas como principal embajador.

Una Málaga exquisita y señorial que invita a disfrutarse en una escapada o para vivir allí.

Mas pistas

Lo que las guías no dicen

El Museo Casa Natal de Picasso no alberga obras magnas del artista, aunque sí que recopila algunas obras y objetos personales del artista y de su familia.

Es más un símbolo cultural, que un museo en sí mismo.

Las mejores vistas de la ciudad y su puerto se divisan desde el castillo de Gibralfaro. Así que es imprescindible subir hasta allí.

Lo que no te puedes perder

No te puedes perder la Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro. Tampoco tomarte unas conchas finas, unos boquerones victorianos y unos espetitos de sardinas en plena playa.

También debes visitar el teatro romano y su centro de interpretación, y la casa museo de Picasso y el Museo Carmen Thyssen Málaga.

Y como excursiones inolvidables, el Caminito del Rey y Ronda, en plena serranía.

Comer

En cuanto a la gastronomía ya hemos hablado de algunos de sus productos a los que habría que añadir los vinos, muchos de ellos dulces, de un nivel extraordinario.

Por lo que respecta a los restaurantes, hay muchos y muy buenos, aunque alguno de ellos no están al alcance de todos los bolsillos.

Sorprende, sin embargo, que uno de los emblemas de la ciudad como es la bodega El Pimpi, no aparezca en los primeros puestos de los portales de restauración más famosos.

Aparte de esta bodega, otros destacados son la Barra de Zapata, Doña Inés, la terraza Las Flores.

Otro de los destacados es Cávala (26/60€) y la Cosmopolita y Balausta (35/50€) (otra marca de JC García).

Finalmente, otras dos opciones de garantías, son la taberna de Mike Palmer (35/45€) y, sobre todo, José Carlos García, con estrella Michelin, y en un emplazamiento magnífico en la ensenada del puerto (100/140€).





2 comentarios en «Málaga: el «boquerón urbano» que fascina a los españoles»

  1. Pedazo de Ciudad! Pedazo de reportaje. Gracias Gastronomoyviajero como de costumbre deslumbras con la historia! ❤️🇪🇸

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