Cefalú: un tesoro siciliano a orillas del mar Tirreno

Cefalú (en italiano chefalú ) es una ciudad o pueblo -según se mire- de la provincia de Palermo, en Sicilia.

Cuenta con una población cercana a los 13 700 habitantes, cifra que se duplica en verano.

Pero no es de extrañar, porque Cefalú, situada al borde del mar Tirreno, es uno de los lugares más bonitos (con permiso de Taormina) de la isla.

Aunque, a diferencia de Taormina, la cercanía de Cefalú a Palermo la hacen ser menos pretenciosa; más humilde, a pesar de ser una auténtico regalo para los sentidos.

Griegos, fenicios, romanos, cartagineses, árabes, normandos y, desde luego, españoles, pasaron por aquí.

Todos ellos, construyeron o extendieron sus civilizaciones y costumbres en el que hoy es uno de los mayores centros balnearios de toda la provincia.

Ciñéndonos al dominio español, lo más destacado es que aquí se firmó en 1825 el tratado entre Carlos de Salerno y Pedro III de Aragón.

En él, Carlos, prisionero de Pedro en Cefalú, renunciaba a la isla de Sicilia en favor de Jaime, hermano del futuro  rey Alfonso II de Aragón, a cambio de ser liberado,

Qué ver

Pasear

Cefalú es el típico pueblo que invita a pasear -a las horas de menor radiación solar- y a estar en la playa.

La imponente imagen que inunda internet tiene que ver con que está situada sobre «la rocca»: un monte de pedruscos sobre la que se asienta y que hace escalera hasta el mar.

Dicen que este pueblo y el de Erice fueron los que inspiraron las escenas más destacadas e impresionantes de la película Aquaman y después de estar allí corroboramos que la belleza de Cefalú es infinita.

Como hemos subrayado alguna vez, os recordamos que las fotos y videos que publicamos son nuestras, propias, de gastronomoyviajero…

También, repetir, que no publicamos nada si no hemos estado allí, sobre el terreno.

Gastronomía

En el plano gastronómico, Cefalú cuenta con una oferta mas que notable y en algunos lugares, como en Cortile Pepe, podrás dar rienda suelta a tu paladar, si es que te gusta al alta gastronomía.

La playa, además, está razonablemente bien (probablemente la mejor de Sicilia) con escasas piedras, aunque, no lo vamos a negar, una tanto masificada.

Cocina a la vista del restaurante Cortile Pepe

Plaza del Duomo

Aparte de la majestuosa catedral, en la piazza del Duomo es donde se encuentran la mayor parte de los edificios emblemáticos de Cefalú y unas concurridas terrazas donde disfrutar de las vistas. 

Palacios y terrazas

Allí, sentados bajo una de sus mesas con sombrilla, podréis deleitaros con el Monasterio de Santa Caterina, (actual ayuntamiento), el Palacio Episcopal y el palacio Piraino.

Piazza del Duomo de Cefalú

Catedral

Aparte de su pequeño puerto, los restos de la muralla y sus casas de pescadores, la catedral es el monumento más conocido de Cefalú.

El edificio es del siglo XII y se ve desde cualquier perspectiva fotográfica.

Y es que esta catedral normanda parece luchar contra la piedra de «La Rocca» para hacerse un hueco en el casco urbano del pueblo.

La catedral fue construida bajo el mecenazgo de Roger II de Sicilia, y sus obras comenzaron en el año 1131.

El estilo es normando, pero algunos técnicos en la materia, lo han rebautizado como «románico siciliano».

La catedral es de estilo normando

A nosotros estos «pespuntes arquitectónicos» a las costuras nos dan igual. Lo importante es visitarla (no siempre se puede) y recorrer sus torres y galerías.

Por fuera del edficio, dos grandes torres de piedra flanquean el pórtico, que tiene tres arcos (reconstruido en el 1400) correspondientes a las tres naves.

Los mosaicos de su altar están entre los más famosos del mundo.

En 2015 (tardaron un pelín en reconocerlo), este templo fue incluido en la lista del patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto a la Capilla Palatina, de Palermo, y la catedral de Monreale.

El paso al interior de la catedral es gratuito, pero no la visita a sus torreones
Interior de uno de los torreones
Vista del altar de la catedral desde la ventana de un torreón
El campanario

La Calle

El Corso Ruggero, que es la calle principal del casco viejo, marcaba los límites de la ciudad durante la Edad Media.

Ahora divide el pueblo en dos y a ambos lados de ella se agolpan y entremezclan calles estrechísimas (algunas dan al mar y otras a la montaña) con pequeñas iglesias barrocas y palacetes.

Una bella y estrecha calle de Cefalú

A lo largo de su recorrido se agolpan no solo las tiendas mas lujosas de Cefalú, sino algunos de sus mejores restaurantes.

A mitad de la calle, más o menos, encontrarás la plaza del Duomo.

Imagen del Cefalú, con viraje fotográfico, al atardecer

Farallones

Las playas de arena (y un poco de piedra) de Cefalú se extienden hasta las bahías de Aranciotto y de Settefrati.

Si has llegado hasta allí, que sepas que estas moles de piedra caliza, los siete farallones, tienen su propia leyenda.

Esta leyenda sostiene que se trata de los cuerpos petrificados de siete hermanos que acudieron a auxiliar a una bella mujer que se ahogaba y todos perecieron en intento.

Palacio de Osterio

El Palacio de Osterio Magno es el más destacado de cuantos se reparten por la calles de Cefalú.

Este palacio fue la residencia preferida de Roger II antes de pasar a ser propiedad de la familia Ventimiglia.

En él destacan su precioso ventanal, el torreón, y la mezcla entre piedra arenisca de color amarillo y la roca de lava.

Lavaderos públicos

Lavadero

Muy cerca de la playa, en la calle paralela, se encuentra otro de los puntos interesantes y curiosos.

Se trata del lavadero (lavatoio municipal) medieval en el que las mujeres de Cefalú iban para lavar la ropa y ahora acuden los turistas para refrescarse los pies en sus pilotes.

Poca gente sabe que el agua de este lavadero proviene de la desembocadura del riachuelo Cefalino.

Una de las calle de Cefalú de ascenso a la «Rocca»

La Rocca

El hecho de haber dejado para el final a «la Rocca» no es casualidad. Y es que, dependiendo de la hora del día elegido y el calor que haga, puede que el ascenso sea desaconsejable.

Aún así, si te atreves, que sepas que la subida empieza por la Cuesta de los Sarracenos (está señalizada con un cartel) y tiene decenas de escalones que atraviesan hasta tres murallas.

Dependiendo de tu ritmo de ascensión, el trayecto puede durar entre 40 y 50 minutos.

Arriba, aparte de las vistas, encontrarás los decepcionantes restos del antiguo castillo y las ruinas del templo de Diana (del siglo IX a.C.).

Vista de Cefalú desde la Rocca

Así que, no os vamos a engañar, aquí arriba hay poco monumento interesante, pero las vistas 180 º del puerto y el entorno de Cefalú son únicas.

La otra cara de Cefalú desde el camino al faro

Mas pistas

Lo que las guias no dicen

Los cinéfilos recomiendan ver la película “Cinema Paradiso” porque se rodó aquí. Y aunque la peli es muy chula, si lo que queréis es recordar Cefalú no lo conseguiréis.

De hecho, el pueblo está enfocado al mar y en el filme apenas se ven dos «frames» del agua y de sus casas de pescadores, lo que resulta del todo decepcionante.

Otro asunto que debéis conocer es que para visitar cualquier edificio, incluida la Rocca, hay que pagar.

En cuanto a la Rocca, dicen que tiene forma de cabeza, de cafakleo, cefáleo, cefalú…Y de ahí el nombre de la ciudad

Mosaicos del interior de la catedral

Más pistas

Comer

La referencia gastronómica de Cefalú es, sin duda, Cortile Pepe con el tandem Toti Fiduccia y Gioacchino Gaglio haciendo disfrutar a sus comensales.

Equipo de Cortile Pepe
Caballa con crema de fagiolini, en Cortile Pepe

Otra opción para comer con calidad y con vistas al mar es la preciosa terraza de Al Faro. Está situada fuera del centro histórico, caminando hacia el faro.

Además de éstos, también pueden ser dos buenas opciones la de los restaurantes Triscele y Neo Mediterraneo Vibes.

Terraza de Al Faro
Raviolis al nero di sepia en Al Faro



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