El Monasterio del Escorial es una de las obras arquitectónicas más impresionantes que se pueden visitar en España.
De hecho, fue considerado, desde finales del siglo XVI, la Octava Maravilla del Mundo, tanto por su tamaño y complejidad funcional, como por su enorme valor simbólico.
Su estilo marcó el paso del plateresco renacentista al clasicismo desornamentado (estilo herreriano).
Pero en su construcción e historia hay tantos aciertos como conjuras y deslealtades.
Una de las más sonadas, fue el menosprecio que el rey Felipe II hizo a su principal diseñador, Juan de Herrera, al que jamás aceptó en la corte madrileña a pesar de los servicios prestados, y tuvo que marcharse a Toledo.
A mayor gloria de Dios
El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial está en el pueblo del mismo nombre situado a unos 45 km al noroeste de Madrid.
Aunque alguien pudiera pensar que se construyó para asegurar la fe del pueblo, en realidad fue promovido por Felipe II para agradecer a Dios su victoria en la batalla de San Quintín (1557).
Felipe II
De hecho, Felipe II fue Rey de España, Castilla, Aragón y Navarra, Nápoles, Sicilia, Cerdeña y Milán, Países Bajos, Portugal, Mozambique, Orán y Túnez, Filipinas, virreinatos de Nueva España, Perú y Brasil y también de Inglaterra e Irlanda (esto último como rey consorte desde 1554 hasta 1558). Casi nada
Y aunque nació en Valladolid en 1527 (murió en el Escorial en 1598 a los 71 años), fue el responsable del traslado de la capital de España desde Toledo a Madrid en 1561.
San Quintín
El que fuera hijo de Carlos I de España (y V de Alemania) y de Isabel de Portugal nació abruptamente tras un embarazo de mucho riesgo.
Concebido en Granada, su madre fue trasladada en una litera a hombros de 24 hombres, a fin de no sufrir daños en su embarazo en el viaje desde Granada hasta Valladolid, donde le esperaba Carlos I.
No sabemos si las posteriores trece horas de parto marcaron el carácter del neonato, pero parece que, en lo personal, fue un Rey un tanto ascético, sobrio y poco proclive al dispendio.
Sin embargo, fue la batalla de San Quintín la que propició que se pusiera la primera piedra en el Escorial el 23 de abril de 1563, bajo la dirección de Juan Bautista de Toledo.
Pero no creáis que encontrar la ubicación fue fácil porque antes que este pueblo madrileño, se barajaron otros escenarios como Guisando, Aranjuez, Manzanares, la Alberquilla y la Fresneda.
Herreriano
Sea como fuere, el caso es que a J.Bautista de Toledo le sucedió, tras su muerte, en 1567, el italiano Giovanni Battista Castello El Bergamasco y, posteriormente, su discípulo Juan de Herrera.
Fue éste último a quien se atribuye el diseño de esta gran obra, ya que fue quien dirigió los trabajos que culminaron veintiún años después, el 13 de septiembre de 1584.
Y es que el cántabro Juan de Herrera era un crack autodidacta de la época: arquitecto, matemático, geómetra y militar español, es considerado uno de los máximos exponentes de la arquitectura renacentista hispana.
Las moles de granito y pizarra de las que está compuesto este edificio requerían una precisión de cirujano para que todo encajara y resistiera (el peso).
La armonía, además, debía estar garantizada para un edificio (en realidad son varios) en el que se integran distintos jardines.
Su estilo sobrio y severo, fue bautizado como herreriano en su honor, y representativo del reinado de Felipe II hasta el siglo XVII.
La parrilla
Dicen que el Escorial, desde arriba, tiene forma de parrilla y eso, aparte de leyendas, podría tener una explicación y es que Felipe II venció en San Quintín el día de la festividad de San Lorenzo.
Así que es posible que encargara a Juan de Herrera que la planta de los edificios simulara una parrilla como en la que fue quemado este mártir.
En todo caso, el Monasterio del Escorial son varios edificios en uno: un palacio real, una basílica, un panteón, una biblioteca, un colegio y un monasterio y fue construído, como se ha dicho, en el siglo XVI entre 1563 y 1584.
Dimensiones brutales
Las dimesiones del complejo son escalofriantes, ya que tiene una superficie de 33.327 metros cuadrados, y desde el 2 de noviembre de 1984 forma parte de la lista de Patrimonio de La Humanidad.
El palacio fue residencia de la Familia Real Española. La basílica es lugar de sepultura de los reyes de España y el monasterio –fundado por monjes de la Orden de San Jerónimo– está ocupado actualmente por frailes de la Orden de San Agustín.
El Monasterio del Escorial es una de las principales atracciones turísticas de la Comunidad de Madrid, ya que recibe más de medio millón de visitantes al año.
Qué ver
Biblioteca
Conocida como la Escurialense o la Laurentina, la biblioteca responde a las inquietudes humanistas y culturales de Felipe II.
La sala principal de la Biblioteca tiene 55 metros de largo y 10 de ancho.Destacan los frescos pintados por Pellegrino Tibaldi (manierista), alumno de Miguel Ángel.
Las monumentales estanterías dóricas fueron realizadas por José Flecha, Juan Senén y Martín de Gamboa según diseño de Juan de Herrera, y en ellas los libros están colocados con los cantos de las hacia fuera para que el papel respire.
Panteones
Una de las funciones primordiales de El Escorial es ser lugar de enterramiento de los Reyes de España.
Sin embargo, tras la muerte de Felipe II, en el panteón barroco (del siglo XVII) se enterraron los Reyes; y en el segundo panteón (ecléctico del XIX) los Infantes.
De los Reyes
La curiosidad de este panteón es que los varones estén enterrados a la derecha del altar y las mujeres a la izquierda, esos sí colocados de forma cronológica.
Faltan los restos de Felipe V, Fernando VI y sus esposas que manifestaron sus deseo de descansar en la Granja de San Ildefonso y en el Monasterio de las Salesas Reales en Madrid, respectivamente
De los infantes
El Panteón de Infantes fue construido por iniciativa de Isabel II y cada una de las nueve cámaras, situadas bajo la Sacristía y las Salas Capitulares, son de mármol.
Basilica
Aunque Juan Bautista de Toledo fijó sus primeras ideas, la Basílica fue proyectada por Juan de Herrera quien, por cierto, parece fue autodidacta.
La Basílica se compone de dos iglesias: la que servía para el pueblo, que es el Sotocoro, y la Capilla Real e Iglesia conventual, que es el cuerpo del templo.
Lo más valioso es la escutura de Cristo crucificado en mármol de Carrara realizada por Benvenuto Cellini entre 1559 y 1562.
Salas capitulares
En estas salas simétricas se celebraban las reuniones en capítulo de los monjes, de ahí que haya, para sentarse, bancos corridos.
Sacristía
Este espacio destacan las pinturas de José de Ribera y Luca Giordano, entre otros.
Palacio de los Austrias
En la fachada oriental y a la mitad de altura respecto al monasterio, se encuentra el Palacio de los Austrias donde pasaba sus vacaciones la Familia Real desde 1586.
Palacio de los Borbones
Con el cambio de dinastía en 1700, los reyes de la Casa de Borbón continuaron visitando El Escorial en las jornadas de otoño.
Carlos III modificó algunas estáncias creándose habitaciones en enfilada, siguiendo la moda francesa, en torno al Patio de Coches.
Sala de Batallas
Conocida en la época como Galería del Rey, comenzó a denominarse Sala de Batallas en el siglo XVII por los frescos de sus muros.
Silla de Felipe II
Al contrario de lo que pudiera parecer, la famosa Silla o sillar de Felipe II ni está en el monasterio, ni tampoco es de madera o metal.
En realidad, se conoce con este nombre al lugar desde donde el Rey -dice la leyenda- se situaba para contemplar las obras del monastero mientras se construía
En realidad, la Silla de Felipe II son un conjunto de plataformas escalonadas sobre un pedregal de granito en el monte de Las Machotas.
Las teorías más verosímiles apuntan a que no es una silla, sino un altar de sacrificios de origen vetón, ya que existen otros altares similares en sus inmediaciones.
Actualmente, se puede acceder en coche desde El Escorial, pero nosotros subimos (y bajamos) los casi ocho km. que hay partiendo del monasterio.
Y no es por nada, pero las vistas son únicas.
Más pistas
Lo que las guías no dicen
Para llegar hasta la silla de Felipe II andando debes bordear el monasterio hasta cruzar un puente con arcos y, desde ahí, debes tomar el primer camino que sale a la izquierda.
A unos mil metros del camino de la Herrería, que es como se llama, encontrarás un banco de madera que parece puesto adrede para que tengas las mejores vistas del Monasterio.
Siguiendo todo el camino, casi en línea recta, llegarás a un cruce de carretera. Tendrás que atravesarla y seguir el camino hasta la ermita y, desde ahí, todo cuesta arriba hasta la silla.
Puedes subir por camino o por el asfalto. El camino te ahorra unos cuantos metros de curvas, pero hace la subida más dura.
Lo que no te puedes perder
En el Monasterio no te pierdas el jardin de los frailes. La entrada es gratuita y verás la cantidad de estanques y jardines con laberintos que hay.
La biblioteca, la basílica y la curiosidad de los panteones, con todos los reyes que hay enterrados allí. Te contarán los guías, o descubrireis por vosotros mismos, la espeluznante historia de los pudrideros.
Comer
Tanto al principio del camino que lleva a la silla de Felipe II como en la montaña donde está la misma, hay sendos merenderos.
El del principio (quiosco Fuente del seminario) está mejor, pero ten la precaución de reservar antes de subir porque si no luego no tendrás mesa.
En cuanto a restaurantes, uno de los más famosos -el de toda la vida- es el Charolés, tradicional, pero que nunca falla.
Los lunes, miércoles y viernes sirven su ya tradicional cocido.
Otro de los recomendados es Montia, que tiene estrella Michelin desde 2015 (60/82€). Aquí podrás probar Buñuelo de agaricus y queso de oveja. Trucha, berenjena y whisky y Magnum» de boletus y pino.
Luego, un poco más ajustados de precio tambien tienes el Asador del Rey, Vesta Taberna y Cava Alta.
Que bonito ver despues de haberlo visitado tan estupendo reportaje! Gracias Juanma y gastronomoy viajero! Excelente! 😘
Me alegro mucho