Braganza, la campiña en versión mestizaje ibérico

Braganza es la ciudad del noreste de Portugal más cercana a España. De hecho, comparte con nosotros los famosos «arribes del Duero», que aquí se llama Douro, y también los viñedos en bancada.

Y es que esta coqueta ciudad portuguesa lleva en su ADN el mestizaje no sólo por su proximidad a España, sino también por sus costumbres más próximas a Zamora que a Oporto, por decir algo.

Capital de la preciosa región de Tras os Montes cuenta con una sierra, la de Montesiños, que aparte de naturaleza exhuberante, tiene una característica que la distingue del resto del territorio: un pueblo mitad portugués y mitad español.

Se trata de Río de Honor. A un lado del pueblo pisas territorio español y al otro lado estás en la campiña portuguesa con Puebla de Sanabria (Zamora) a solo 14 km. de distancia.

Un poco de historia

Esta ciudad, conocida como Bragantia por los celtas y como Juliobriga por los romanos, es milenaria, y su ubicación la convirtió en una importante plaza en las interminables batallas entre España y Portugal.

Su ciudadela amurallada fue erigida por Afonso Henriques, primer rey de Portugal en el año 1130; mientras que su hijo, Sancho I, mejoró sus fortificaciones y ordenó construir el Castillo de Braganza tras arrebatar la ciudad al rey de León en el año 1187.

En 1442, Afonso V creó el Ducado de Braganza para su tío, que era hijo ilegítimo de del rey João I, dando lugar a una de las familias nombres más ricas y poderosas de Portugal.

Ciudad moderna

La ciudad se puede dividir en dos partes: una, la moderna con sus amplias avenidas y otra que parte de la Plaza Da Se (Se en portugués es catedral) desde donde salen las calles medievales que llevan hasta su famoso castillo.

No obstante, es mejor que os hagais a la idea de que Braganza es una ciudad coqueta, pero no maravillosa como pueda ser, por ejemplo, Guimaraes. De hecho, pensamos que su mayor valor -aparte del castillo- está en las afueras.

Qué ver

Aún así hay cosas que ver y lugares mágicos como el Castillo que, sobre una loma, gobierna todas las colinas y el valle, o el Domus Municipalis, considerado una de las mejores muestras de arquitectura civil romana en la Penínsul Ibérica.

Castillo

Decir castillo en Braganza, es decir todo. De tal modo que parece como si la ciudad se hubiera construido a partir de él.

Bien conservado y visitable, guarda en sus alrededores algunos de los restaurantes mas visitados de la ciudad entre los que destaca «Tasca do Zetuga».

Las guías dicen que el castillo está dentro de un pueblo medieval y no les falta razón si tenemos en cuenta que está enclavado en la antigua ciudadela amurallada.

Aparte de recorrer todas sus almenas a pie, podrás visitar su museo militar custodiado por unos «guardianes» que, eso sí, te impedirán tomar cualquier documento gráfico.

Torre del homenaje

Uno de los lugares imprescindibles del castillo es ascender por la Torre del Homenaje hasta llegar a tocar la bandera de la fortaleza.

Aunque el último tramo de subida se realiza por una escalera de madera un tanto peligrosa (sobre todo para bajar, por eso te recomendamos que desciendas de espalda), las vistas desde aquí son maravillosas.

A un lado del castillo hay una plazuela, repleta de árboles centenarios, y en el centro el Pelourinho (Picota) gótico, que tiene como base un jabalí prerromano que se cree que es de la Edad de Hierro.

Luego, a la altura de la puerta principal, las calles y casas del pueblo medieval que desciende por la colina hasta la plaza da Se.

Domus

A las afueras del castillo y en la misma explanada donde se encuentra la picota está el Domus Municipalis, de planta irregular y trazas medievales que fue erigido en el siglo XII y que está junto a la Iglesia de Santa María.

Plaza da Sé

Al castillo se puede llegar en coche, pero nosotros lo hicimos andando. Al descender por las calles del pueblo medieval llegarás hasta el centro neurálgico de la ciudad que es la plaza da Se.

Alredor de ella se concentran algunos de los bares más concurridos y también está la catedral o Sé, que, aunque pequeña, tiene mucho encanto y deberías visitar.

Catedral

La catedral es una antigua iglesia de jesuitas con capillas barrocas y una decoración interior a base de azulejos.Frente a la catedral se exhibe un Cruceiro de 1869 sobre una columna salomónica.

En esta plaza ponen los dias que toca ponen un pequeño mercadillo, pero, sin duda el comercio mas destacado es el museo de las castañas. Una especie de bar, restaurante-museo donde se aprecia en todo su esplendor este apreciado fruto.

Extramuros

Buscando lugares que visitar fuera de Braganza que visitar, nos recomendaron el Parque Natural de Montesiños, no sin advertirnos que las carreteras por estos lares tienen muchas curvas y no hay cobertura de móvil.

Aún así merece la pena y son excursiones sencillas, en plena montaña, eso sí, por lo que muchos de estos pueblos quedan aislados por la nieve en invierno.

Montesiños

Y claro, uno de los pueblos que hay que visitar es Montesiños. Ahí se acaba la carretera y es una villa como muchas de las que hay por Castilla y León: pequeña, típica, silenciosa…en medio de la naturaleza más salvaje.

Sus casonas están preparadas para el frío y sus habitantes también. En verano, cuando en otros lugares aprieta el calor, aquí se vive bien y alejados del mundanal ruido.

En el pueblo hay un pequeño restaurante frecuentado por los enterados en el arte del buen yantar. Se llama Casa da Edra y es un magnífico lugar para almorzar (aquí la hora buena es la 1 de la tarde o incluso antes).

Montesiños

Rio de Honor

Lo del pueblo Río de Honor es de traca. Cuando te acercas por la carretera local ya vas divisando una vegetación exhuberante rodeando el río.

En español es Rihonor y pertenece a la provincia de Zamora. El atractivo del pueblo, aparte de sus puentes, molina y casas frente al río, es eso, que estamos en una frontera y eso «mola».

Mas pistas

Lo que las guias no dicen

museo de las castañas

Una fecha interesante para visitar Braganza es durante principios del mes de mayo, ya que es cuando la ciudadela acoge por tres días la Feira das Cantarinhas, la mayor feria callejera de artesanía tradicional de la región.

Acércate hasta el Museo de las castañas donde, además podrás comprar montones de variedades y presentaciones.

Lo que no te puedes perder

La subida al Castillo, el recinto medieval y su Torre del Homenaje (incluido el museo militar). La plaza da Se, la catedral y el parque Natural de Montesinho con las playas fluviales de Rio de Honor, y sobre todo, Fresulfe, en el corazón del parque.

Comer

Nuestra primera elección por calidad/precio, vistas… y cantidad y calidad de sus platos es, sin duda, Tasca do Ze Tuga (Rua da Igreja 66, 5300-025 Bragança)

Tasca do Zetuga

Luego, en la misma plaza da Se teneis otro restaurante mítico en la ciudad como es Solar Bragancano , numero 1 según Tripadvisor y que no está nada mal. El edificio es decimonónico (s.XVII) y se respira literatura y papel por todos sus poros. La comida es superclásica.

La ciudad también cuenta con su correspondiente estrella Michelin, Se trata del restaurante-hotel G. Pousada.

En Montesiños la elección es Casa da Edra (tambien dispone de habitaciones) y en otro pueblo cercano a Braganza (Gimonde) el restaurante O Abel.

Arroz en Casa Da Edra, el restaurante y Solar Bragancano, en Braganza

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