Se dice que Ibiza comienza a vivir en Mayo.
Pero lo cierto es que Ibiza se debate entre dos aguas: ser un inmenso beach club o un lugar que quiere conservar sus raices culturales y, en nuestro caso, gastronómicas.
Sin embargo, la realidad es tozuda y en breve la isla contará con la discoteca más grande del mundo, Universe, que tendrá capacidad para albergar unos 15.000 cuerpos y almas con ganas de fiesta.
Por eso, las «fuerzas vivas del lugar» creen que gran parte de este turismo de masas y fiesta favorece solo a las empresas que regentan los clubes, pero no al resto de la isla.

Turistas y jetas
El ejemplo de esto sería el del turista que viene a Ibiza, está por la noche de fiesta y duerme (y algunos hacen sus aguas menores) en la playa, se comen un bocata y vuelven a la fiesta, y así hasta que se van.
El otro bluff turístico estaría en los «jetas» que pagan una habitación y se meten siete a dormir.
En fin, como se ve, nunca llueve a gusto de todos.
Dicho esto, no hay duda de que el nombre de Ibiza, después de las marcas Real Madrid y FC Barcelona, son las tres enseñas mas conocidas en el extranjero.

POR SI NO QUIERES LEER TODO EL POST… |
---|
Sólo con nombrar Ibiza se nos vienen a la cabeza, como ocurre con Jamaica, unos deseos irrefrenables de ir. Y es que estos dos lugares ejemplarizan como nadie como es el marketing sensorial de un destino. En el caso de la isla balear, sigue en su lucha por quitarse el «San Benito» de la fiesta para reivindicar su rico pasado cultural. El tiempo nos dirá si la gastronomía, las playas, la miel, las hierbas y hasta la posidonia podrán quitarse esta pátina o, cuanto menos, ganarle la partida del turismo. |


Nombre evocador
Pero Ibiza, como ocurre con Jamaica, ya es una palabra evocadora en si misma.
En este caso, nos traslada hasta las transparencias ad lib, los mercadillos, los bocadillos de pan de centeno y una vida «jipilongui».
Vida de hippy que, dicho sea de paso, iniciaron hijos de norteamericanos que huyeron de EEUU para no tener que ir a la guerra y se instalaron en Ibiza alrededor de los años 50/60.
Ellos, que tenían mucho poder adquisitivo, iniciaron las comunas y también compraron casas a los payeses.

Hip
La palabra inglesa hippie deriva de otra palabra en inglés, hip, que quiere decir «novedoso, de moda».
De ese término procede también la palabra inglesa hipster (un «hipista»), que identifica a los que pretenden ser hip, los vanguardistas.
Pero volviendo la isla en sí, aparte de fiestas, Ibiza tiene cultura y productos propios identitarios que empiezan a ser exportados.
Desde el vino, a la miel, pasando por los licores de hierbas sin olvidarnos de joyas de su gastronomía.
Por ejemplo, la greixonera (puding de ensaimada), el Flaó (a base de queso y hierbabuena), o la orelleta, una pastel que tiene forma de oreja y esta elaborado con harina, huevo y anís.

Casa payesa
Uno de los testimonios vivos de cómo era una morada payesa años ha, es la casa de Ca’n Andreu des Trull.
Este recinto, que es visitable, reproduce una casa rural y tradicional de Ibiza con una importante colección de utensilios y mobiliario utilizados en el campo.

La casa mantiene la distribución tradicional de las casas campesinas: el porche, la cocina, la casa de la matanza, la casa del vino, los corrales…
Y en el exterior podemos encontrar el patio, la era con su aljibe, y los pajares con su vallado para que el ganado no pudiera acceder.

Miel
Nuestra visita a la casa se enmarcó dentro de un viaje de prensa organizado por Fomento del Turismo de Ibiza y a su club de producto Eating in Ibiza, y al que asistió gastronomoyviajero, entre otros medios especializados.
Y en medio de esa visita conocimos a Vicent Marí, presidente de la asociacion de apicultores de Ibiza.
Una asociación de artesanos que agrupa a Mel de Can Marí, Can Romanins y Sa Majora.
No en vano, alguna de estas marcas ha sido acreedora de 6 medallas de oro y 3 de plata en los concursos internacionales.
Aparte de las favoritas de Vicent, y las más premiadas, las elaboradas con tomillo y romero, hemos de decir que una de las más impresionantes fue la de brezo, de invierno.
Si, porque aunque parezca mentira, hay mieles de invierno, primavera, verano y otoño.
Todas son naturales de Ibiza, cuentan con su propia D.O. P. y tienen un precio de unos 60 euros el kilo.

Hierbas
Y si hablamos de licores de hierbas (ibicencas, por supuesto) la marca más conocida es la de Mari Mayans.
Esta familia, en cuyo portfolio también figuran y comercializan ginebra, vodka y tequila, son los más prestigiosos de Ibiza.
Como nos contó a pie de fábrica Carlos Mari Mayans, la empresa nació en 1880 en la isla de Formentera, creada por su abuelo.

Carlos, después de tres generaciones, es el director de la destilería en la que no solo destacan las hierbas clásicas de tomillo, sino las de frígola.
Estas últimas -nuestras preferidas- pueden tomarse como aperitivo.
En este caso, la fórmula mágica, consiste es poner licor de frígola hasta cubrir la mitad de los hielos del vaso, añadir unas gotas de ginebra y rellenar con agua tónica.
Esta combinación también se puede completar con sprite, sustituyendo la tónica, pero a nosotros nos parece demasiado dulce.

Atardeceres
Los atardeceres en Ibiza se hicieron famosos por el café del Mar.
Pero, en general, toda la costa oeste (y sus casas y negocios) disfrutan de estos paisajes tan evocadores.
Uno de ellos es el hotel Can Salia donde se halla el restaurante Taste of Salia.

Así que después de tomarte una copa de cava en su terraza con piscina infinity, bien puedes terminar en el restaurante no sin antes dejar que el sol se oculte tras el horizonte.
Allí, Miguel López, chef de Can Salia, puede agasajarte con alguno de los platos de su extenso menú.
En nuestro caso, tomamos, entre otros, un ajoblanco con aceite de plancton y puré de coliflor o una calabaza a la brasa con una salsa de pipián mexicana.

Sin embargo, su carta «habitual» tiene que ver mucho más la cocina mediterránea «sana-healthy», de temporada y ecológica.
También disponen de un menú infantil, así como una variedad de opciones vegetarianas y veganas.
Desde la sala del restaurante también se ve el mar y el atardecer o anochecer, según el caso, de la isla.

Agroturismo
Hablar de agroturismo en Ibiza es hablar de Can Lluc.
Allí todo sucede en modo «slow» porque es la filosofía de este recinto hotelero compuesto por distintas casas en medio del campo.
La campiña, el silencio y el lujo se unen para complacer a quien pueda permitírselo, dado que el precio medio de una de estas casas puede llegar hasta los 3.000 euros la noche.

Eso sí, algunas tienen piscina privada y todas gozan de un aislamiento total lejos del mundanal ruido.
Durante nuestra visita bajo la atenta mirada de Lucas Prats, su propietario, y el buen hacer de Marga en la cocina, pudimos probar algunos arroces, además de una greixonera que estaba de lujo.


Barrio alto
Y no podemos irnos de Ibiza (capital) sin dar una vuelta por su barrio alto o Dalt Vila: una fortaleza de murallas construidas, principalmente, como defensa frente a los piratas.
Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999, desde siempre Dalt Vila ha sido el corazón del gobierno, el comercio y la cultura de Ibiza.
Ubicada en lo alto del Puig de Vila, la ciudad amurallada alberga algunos de los edificios más importantes de la isla.

Buen color
Sin embargo, por sus calles, guiados por la vestimenta y el color de la piel de los y las paseantes, presentimos que tal vez el verano ya había comenzado y en la península no lo sabíamos.
El caso es que entre las murallas del Dalt Vila, impregnado de cuestas, no solo hay rincones maravillosos, sino algunas de las mejores vistas del puerto de Ibiza.
Además de eso, y en lo más alto, se encuentra la Catedral que es uno de los símbolos más icónicos de la isla.




Escuela de hostelería
Ocho millones de euros ha costado montar la deslumbrante escuela de hostelería de Ibiza.
Con unas instalaciones espectaculares, esta institución ha comenzado a impartir sus masters en cocina y sumillería.
En la imagen inferior, la directora, una de las clases y el profesor de sumilleres durante una inteligente y didáctica cata de vinos que realizamos en este recinto.



Más de todo
Pero Ibiza tiene mucho más que ver y muchos más restaurantes en los que disfrutar.
Entre estos locales, deberíais añadir a Unic, Cana Sofía y Can Alfredo, pero si queréis tener una lista de recomendaciones aún más amplia podéis visitar este link.
Además, y por si os habéis quedado con ganas de mas, aquí tenéis otros reportajes que os darán una idea real de lo que es Ibiza más allá de la fiesta.

