Italia: cinco lugares imprescindibles que debes visitar

 

Italia es un país maravilloso y más allá de ciudades tan emblemáticas como Florencia, Siena, Roma o Venecia, reúne atractivos más que suficientes para soñar y soñar en un bucle sin fin.

En este reportaje te presentamos cinco lugares (joyas) imprescindibles de cuatro regiones distintas de Italia que (tal vez) no conoces: Toscana, Campania, Basilicata, y Puglia y con sus respectivas recomendaciones gastronómicas ¡Ti mancherà!

1.- ALBEROBELLO (Puglia).

Alberobello uno de los pueblos más bonitos de la comarca de Apulia (Puglia) y de todo el sureste de Italia. Y tiene mérito porque compite nada menos que con Ostuni, Galipolli, Monopoli, Locorotondo y Polignano a Mare.

Pero es que los ‘trullis’ de Alberobello son inigualables. Solo con pronunciar su nombre ya suena bien: pegadizo, musical, perfecto para el italiano.

Cuando veáis las fotos direis, como nos pasó a nosotros, ‘yo quiero ir ahí’.

Trullis de Alberobello

Da igual por donde comiences a pasearlo porque las piernas y la vista siempre te van a llevar al mismo sitio; a sus famosas construcciones que no creas que son obras aisladas, no, sino que están por todos lados y salpicando todas las calles.

Trullis

La historia de los trullis (trullos), tiene que ver con los origenes de la ciudad allá por el siglo XV cuando, bajo el dominio de los Acquaviva y los condes de Conversano.

Entonces el pueblo se llenó de colonos-campesinos que querían cultivar su fértil tierra.

Los condes autorizaron que construyeran sus casas siempre que lo hicieran a la piedra seca; es decir, sin mortero (cemento) para poder ser derribadas fácilmente si llegaba una inspección real, ya que estas casas de pobres no pagaban tributos.

Los campesinos encontraron en esa forma redonda, como de cono, que tienen sus cúpulas, y los techos abovedados, la mejor forma de hacer casas simples y sólidas…y solo con piedra.

Algunos de estos trullos están pintados con extraños símbolos que se supone se identifican con el zodíaco o con rituales religiosos, pero nadie asegura que estas interpretaciones sean ciertas.

Sea como fuere, el caso es que hasta la iglesia de San Antonio di Padova, sobre la cumbre del Monti Rione, con planta de cruz griega y que fue rehabilitada en 2004, es un reflejo de la arquitectura de este pueblo.

L’Aratro (El arado)

Dónde comer

La primera opción para comer en Alberobello es el restaurante L’Aratro, en la calle Monte San Michele 25/29.

Brutal el sabor de los platos y de la cocina auténtica de siempre con las recetas más suculentas no exentas de virtuosismo en la cocina.

Si quieres estrella Michelin y cocina de autor, entonces la opción es Il Poeta Contadino, justo a la entrada del pueblo, a la izquierda, en via Indipendenza 21 . Dispone de restaurante y gastrobar.

En Ostuni, Osteria Piazzetta Cattedrale, Archidiacono Trinchera 7; y cerca de Brisdisi, en Ceglie Messapica, Cibus y en Carovigno, Gia Sottto L’Arco, con una estrella Michelin.

2.-CASTELMEZZANO (Basilicata)

Castelmezzano es como un espejismo de belleza, una alucinación de los sentidos, una maqueta de cartón piedra.

Situado en el sur de Italia entre Cmapania y Puglia, es el decorado perfecto que siempre imaginamos en nuestros sueños al pensar en el pueblo perfecto.

Un lugar de cuento en la región de Basilicata a los pies de los Dolomitas Lucanos y en medio de la nada.

Nosotros nos tuvimos que frotar los ojos varias veces para asegurarnos de que estábamos despiertos. Así fue esta visita mágica.

Breve historia

La historia antigua de Castelmezzano dice que nació en el siglo V a.c. y que en él vivieron ciudadanos griegos, aunque adquirió notoriedad como fortaleza de defensa durante el siglo VII.

Pero esto es casi obligado porque la situación del pueblo, incrustado en los respiros que ha dejado la montaña, es super estratégica.

De hecho, nuestra escalada hasta el lugar más alto de los Dolomitas, da fe de que este lugar, que luego se convertiría en refugio de bandoleros,debía ser prácticamente inexpugnable.

Como ya se ha dicho, el pueblo está en la montaña, pero tiene a sus costados otras tantas cimas defensivas y casi en cada una de ellas, hay una iglesia o una ermita como sucede con la Iglesia de la Madonna del Bosco.

Dónde comer

Como pueblo de interior, el pescado más utilizado es el bacalao, como sucede como el Baccalà con peperoni cruschi (con pimientos picantes (los pimientos de Senise, de denominación de origen) secos.

Estos pimientos se comen también sólo con pan tostado, aceite, tomate y orégano: el acquasale.

En Castelmezzano hay distintos bares-restaurantes para tomar algo rápido, pero si quieres probar la auténtica comida de la región te recomendamos Al Becco della Civetta. en el que también puedes alojarse porque es una posada.

Castelmezzano

3.- POSITANO Y AMALFI

Positano es un pueblo de la costa Amalfitana radiante, brutal, con su playa de cantos rodados y sus casas blancas salpicadas por la montaña.

Una joya de Italia, al sur de Nápoles, muy cerca de Sorrento, famoso, entro otras cosas, por su limoncello.

Además, es inconfundible por la iglesia de Santa Maria Assunta y su característica cúpula amarilla o dorada (cúpula de mayólicas, se llama).

Las calles suben serpenteando desde la playa hasta ‘el centro del pueblo, y ahí se divide en una especie de ‘Y’ griega.

Entre las playas destacan la Grande y la de Fornillo, luego también están las de Porta, Arienzo y San Pietro, a las que solo se puede acceder por mar.

Positano

Un poco más adelante en dirección a Salento, aparecen Praiano y Furore con su puente sobre la bocana del mar, y un poco más allá Amalfi, la capital de esta costa o república marinera, en la que aparcar cuesta más caro que comer.

Lo más espectacular, sin duda, es la catedral de Sant’Andrea Apostolo que es de un impresionante estilo árabe siciliano, aunque reconstruida al formato barrroco en el año 700.

No perderos la vista desde su escalera porque arrebata el sentido.

Sant Andrea Apostolo

Dónde comer

En Positano casi todos los restaurantes son ‘turísticos’ pero Il Capitano destaca por sus vistas, ya que solo con sentarse en su terraza alimenta la vista y el alma.

Lo mejor del pueblo, aunque el inconveniente es que abren solo por la tarde-noche es Posa Posa.

Más allá, entre Amalfi y Positano, en Furore, está la Hostaria Di Bacco. y en Amalfi, Marina Grande y la Caravella con una estrella y donde Antonio Dipino te puede dar de comer por 50 euros.

Pero, sobre todo, la mejor recomendación es llegar hasta Cetara (muy cerca de Vietri Sul Mare) al restaurante Al Convento donde Pasquale Torrente hace una de las mejores cocinas del lugar.

4.- LUCCA. Toscana norte

Situada entre Florencia y Pisa, ha sufrido cierto ninguneo turístico, aunque es una de las más hermosas urbes toscanas.

Conocida como “la ciudad de las 100 torres y las 100 iglesias”, parece obvio puesto que su casco histórico guarda aún una docena larga de iglesias, campanarios y palacios renacentistas.

El corazón de Lucca está rodeado por una muralla de 3 km.que es tan ancha y está tan bien conservada que, en realidad, es un parque al aire libre por donde la gente monta en bici, pasea o hace running.

La ciudad, aparte de la citada muralla renacentista (s. XVI), cuenta con joyas como el Palazzo y, sobre todo, la Torre Guinigi (siglo XIV), que perteneció a la familia del mismo nombre y una de las más afamadas de Lucca.

Torre Guinigi

El palacio alberga actualmente el Museo Nacional, pero lo que realmente llama la atención es su torre de defensa de 41 metros de altura, no solo porque desde ella se divisa toda la ciudad, sino porque en lo alto de la torre hay árboles y un jardín.

Otro sitio que ya habreis divisado nada mas subir a la muralla es el Duomo di San Martino o catedral.

En el interior, fantástico y deslumbrante, se encuentra il Volto Santo, una figura de madera de Cristo de la que dicen es el verdadero rostro tallado por Nicodemo, presente en la crucifixión.

Allí también está el imponente monumento funerario de Ilaria del Carretto.

Si teneis suerte, es posible que cuando la visiteis haya algún concierto de órgano (como me ocurrió a mí) con lo que las sensaciones sacras se saturan al máximo.

Dónde comer

Uno de los mejores restaurantes en el centro de Lucca es Giglio, otra opción interesante dentro de la ciudad es Buca di Sant Antonio.

En la planta baja se hallaba el establo donde se cambiaban los caballos en la antigua taberna (buca) toscana.

I Diavoletti

Además de estos, no deberías perderos la cuna del slow food que es el restaurante I Diavoletti.cerca de Capannori.

Lo cierto es que aquí las hermanas Bosi hacen más cocina piamontesa (la regíon más al norte) que Toscana, pero, eso sí, todos los platos son auténticos y espectaculares.

5.- SAN GIMIGNANO. Toscana centro.

Este maravilloso pueblo está situado al norte de Siena, sobre una colina toscana podría ser perfectamente el Nueva York medieval.

Pequeño y amurallado, y famoso por sus torres –algunas gemelas-, algunos habitantes señalan a quienes les preguntan que los que viven allí ‘están locos’ por vivir encerrados entre murallas.

Nosotros no sabemos si será verdad, pero vosotros si estareis locos si no vais a ver este pueblo tan espectacular.

San Gimignano es como un museo al aire libre. Pequeño y coqueto es resumir Florencia y Siena de un golpe.

Irresistiblemente bello, como ocurre en otros pueblos amurallados toscanos, aquí el poderío de las familias adineradas no se medían por el mejor chalet, coche o barco, como ocurre ahora, sino por quien hacía la torre más alta.

San Gimignano

Fundado como un pequeño pueblo en el siglo III a.C. por los etruscos, su historia más esplendorosa comienza en el siglo X, cuando adopta el nombre del obispo San Geminiano, que la había defendido de los hunos de Atila.

El pueblo aún conserva 15 de las 72 torres iniciales, a la que se accede por la puerta de San Giovanni.

Todo es bonito, así que no os podemos explicar que fue lo que más nos gustó.

Las iglesias de la Colegiata y San Agustín, el Palacio Municipal o la Torre Grossa que se alza hasta los 54 metros de alto y hasta la que se puede acceder como ocurre con el resto de torres Toscanas.

Dónde comer

Para comer bien en San Gimignano lo mejor es apartarse unos metros del pueblo hasta Sovestro donde se halla el restaurante (y hotel)  Da Pode.

Tomar un aperitivo de queso pecorino con compota de pera junto a una
botella fria de rosso y dejar que Sergio Failli y su esposa os seduzcan con su extraordinaria cocina y en un entorno inigualable.

Además de eso, en el centro de S. Gimignano podreis probar los helados que elabora el mejor heladero del mundo, Sergio Dondoli.

Dondoli, a la izquierda y la terraza de Da Pode

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