NiMú: no hay nada más que decir

Decir NiMú es decir producto. Este restaurante de estilo modernista en pleno barrio de Chueca, en Madrid, no es «la costilla de Adán» sino del Marcela, brasa y vinos de León.

De hecho, NiMÚ pertenece al Grupo by Vamuca, propietario de varios negocios de hostelería y bodegas en esa capital del norte de España.

Lo primero que llama la atención de este restaurante es su interiorismo; con aire (espacio) para respirar, como nos gusta a nosotros, con las mesas de los comensales a la distancia necesaria.

También nos agradó la ornamentación, por no repetir interiorismo, que ayuda a que el ambiente esté despejado y limpio. El responsable de esta ambientación es el interiorista Pascua Ortega,

Destaca la barra circular/templete a la entrada del local y también que no siga «el estilismo», un tanto bohemio, de este famoso barrio madrileño.

La barra/templete circular de Nimú

Cosmopolita

Y eso se traduce en un local más cosmopolita, neoyorquino, si se quiere, muy al gusto de la propiedad, como se refleja en Marcela brasa y vinos de León.

A la hora de enfrentarse a la carta destaca la calidad en la materia prima como si fuera, que es, la «prima donna» de esta función.

La carta de NiMú cuenta con algunos clásicos de este grupo restaurador como los puerros de Sahagún o el tuétano de caviar oscetra.

Pero, además contiene con otros alicientes atractivos, como la labor del experimentado chef Antonio Carmona en cocina y con la encantadora y eficaz Yolanda Iglesias, en la sala.

Comer bien

Todo esto, unido y mezclado, no agitado como si fuera un Martini para James Bond, consigue lo que tantas veces resulta difícil en muchos restaurantes: que es comer bien.

Croquetas de cigalas con crema de andaricas

Mucha tentación

A los que nos gusta comer, echar un vistazo a la carta es todo una tentación brutal.

Hay tantos platos que te llaman que no es fácil elegir entre, por ejemplo, unos puerros de Sahagún gratinados (12€), unas anchoas de Santoña (18€) o su famosa ensaladilla Rusa (12€).

Claro que tampoco están nada mal unas alcachofas confitadas (8€), ni, desde luego, las croquetas de cigalas con crema de andaricas (12 €) que fueron nuestras elegidas.

Fans que somos de las croquetas bien hechas, estás se sirven con una crema de andaricas (nécoras) que realzan extraordinariamente la suavidad de las croquetas.

Callos con patatas y huevo frito

Compartir

Siguiendo con el momento «compartir» pedimos otra de nuestras debilidades: los callos con patatas y huevo frito.

Potentes y untuosos, como mandan los cánones, nunca los habíamos tomado junto a un huevo frito y lo cierto es que la combinación no desentona en absoluto.

Mar

En Nimú, como en Marcela, todo lo que se sirve tiene nombres y apellidos, bien del producto o bien del lugar de donde proviene.

Por eso, los pescados llegan directamente del Cantábrico para aterrizar en el plato en forma de cigalitas al pil pil, chipirones de anzuelo en su tinta (19€) o merluza frita con pimientos de Fresno (20 €).

Lubina a la brasa

En nuestro caso, tomamos una lubina a la brasa que estaba de escándalo. Y aquí es donde se pone en valor la maestría del Antonio Carmona con la parrilla.

Porque para lograr este éxtasis hay que hacer el pescado por el lado de la piel y aplicarle calor máximo y suave, como si fuéramos a asustar unas verdinas, pero en versión brasa.

El resultado es increible e inigualable.

Solomillo Wellington

Tierra

En el apartado Tierra, se encuentran los susodichos callos con huevo y patatas (17€) y, desde luego, las carnes como el solomillo Strogonoff (22€) o las albóndigas con verduritas (18€).

Nosotros tomamos el solomillo pero, en este caso, estilo Wellington (23€ p.p.) aunque nos habían hablado maravillas del steak tartar con patatas fritas (21€).

El solomillo envuelto en un perfecto hojaldre estaba como se esperaba, pero no superó a la lubina.

Tarta de queso

Para postre tomamos otro de los platos famosos por estos lares: la tarta cremosa (fluida) de queso (7.

Otra vez dan en la diana, porque no sabemos si es la mejor que hemos probado -porque hemos probado unas cuantas de nivel- pero esta está estupenda.

Tarta fluida de queso

Aunque otros postres que llaman la atención son la leche frita (6€), la crema de mascarpone con frambuesas (7€) o el chocolate frito (6€), además, claro, de su helado de vainilla recién hecho (2 pax.) (14€).

En resumen, que NiMú es un lugar al que debes ir a comer, si te gusta comer.

No hay fuegos de artificio y, como mucho, clásicos revisados…pero todo está tan bueno (incluidos sus vinos), que te recomendamos apuntes esta dirección.


Nuestro menú

  • Croquetas de cigalas con crema de andaricas
  • Callos con patatas y huevo frito
  • Lubina a la brasa
  • Solomillo Wellington
  • Tarta fluida de queso
  • Vino: Dominio de Atauta. 100 % Tinto fino. Ribera del Duero.

NiMú. Calle Barquillo 40. Madrid. Telf. 91 08 88 98. info@nimubarquillo.com



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