Lamonarracha, un japonés romántico en el que el tamaño importa

El restaurante Lamonarracha tiene dos locales en Madrid, uno en al barrio de Salamanca y otro en Chamberí, y uno más en Pozuelo de Alarcón.

Nosotros visitamos el que está situado en el barrio de Chamberí.

Un local coqueto y con mayoría de clientas y parejas tal vez como consecuencia de la decoración intimista y de las supuestas cualidades saludables de la comida de fusión japonesa.

Este restaurante de la calle Alonso Cano tiene dos plantas, y como otros de las nuevas enseñas que cada día aterrizan en Madrid, quieren hacerse un hueco en un mercado cada vez más competitivo.

La magia de Ponzano

La zona en la que se encuentra, en el entorno de la calle Ponzano, es bastante buena porque allí se agolpan casi pared con pared multitud de locales, casi todos de éxito, de la gastronomía madrileña.

Son restaurantes para ver y ser vistos y en ellos se agolpan (dentro o en sus terrazas) todos aquellas/os que tienen buena pinta.

De hecho, por allí se entremezclan negocios tan conocidos y dispares como Sala de Despiece, el modernísimo Ivora o el bar de tapas «El Doble».

Hay lugar para todos los estilos y para casi todos los gustos y bolsillos.

Romántico

El personal de Lamonarracha es amable y correcto y, aunque las mesas son un poco pequeñas, haciendo un poco de tetris con el espacio, el menaje y los platos, se acaba solucionando.

La carta está repleta de sushi, gyozas, tatakis, makis….vamos, lo que se corresponde con un restaurante que apuesta por lo japonés.

De hecho, ellos mismos se publicitan como un japonés romántico, lo que seguramente tiene que ver con las características expuestas al comienzo de esta crónica.

Calidad

Aunque la relación calidad/precio de Lamorracha no es mala, sí que parece que, por ejemplo, en el menú degustación hay un exceso de arroz.

De hecho, en la carta vienen marcados con una estrella los bocados (no vamos a llamarlos platos) que propone un chef un tanto insensible con los comensales.

Y ¿por qué decimo esto? pues porque es incapaz de apartarse un ápice del menú degustación, del que le pedimos cambiar un bocado, a pesar de que el que le proponíamos era más barato en carta.

Esta inflexibilidad puede causar cierto resquemor en el comensal si, por ejemplo, alguien no come gambas y/o langostinos.

Gyozas de pato

Gyozas

Una anécdota poco agradable que no puede empañar las riquísimas y finas gyozas de pato Lamonarracha que tomamos.

Estaban tan buenas, que nos quedamos con ganas de mas; de mucho mas…y la salsa que las acompañaba estaba de fábula.

Por su parte, el tartar de atún rojo salvaje macerado también tenía muy buena pinta y confirmó las expectativas al estar jugoso, en su punto, limpio y sin mácula.

Eso sí, el plato nos pareció minúsculo ya que era para compartir.

A partir de entonces, nos dimos cuenta de que los platos del menú degustación de Lamonarracha iban a llegar ajustadísimos de tamaño.

Tartar de atún rojo

Nigiris variados

El tamaño importa

Los nigiris (dos) de salmón flambeado con lima estaban bien ejecutados, igual que los ya clásicos de huevo de codorniz con trufa.

Sin embargo, lo que se nos hizo «un poco bola» fueron los rollo crunch de langostino con salsa spicy mayo.

Si querían que saliéramos hasta arriba de arroz lo consiguieron. Este fue el momento en el que el menú se volvió monótono y lo mismo que los bocados de antes nos parecieron escasos, aquí sobraba algún roll.

Pero es lo que tienen algunos de estos restaurantes: que te atiborras de arroz y luego, a medida que vas avanzando en la comida, acabas renegando de él.

Tarta cremosa de queso

El postre

Finalmente, quedaba el postre: tarta cremosa de queso artesanal (dice la carta) con helado de vainilla.

Y otra vez la misma cantinela. A nosotros, que somos de comer, nos pareció una racanería poner una pequeña porción de tarta para dos personas.

Es algo incomprensible que no alcanzamos a comprender.

Así que el balance final es un poco agridulce, porque aunque el menú degustación es de notable, nos pareció que la relación cantidad/precio (léase que hablamos de cantidad, no de calidad) no es la idónea.

De hecho, hay pases como el tartar de atún o el postre que no alcanzan el tamaño mínimo (si hay que compartir).

Por lo demás, el restaurante es muy agradable y el servicio muy amable, y aunque en el menú degustación se abuse del arroz, es un lugar que se puede recomendar.

Menú degustacion

UnoGyozas de pato
DosTartar de atún rojo
TresNigiris
CuatroRolls crunch de langostinos
PostreTarta cremosa de queso

Ponzano imprescindible💯

Lamonarracha⭐️Sala de Despiece ⭐️Ívora⭐️Cervecería el doble ⭐️La Máquina de Chamberí⭐️La Malcriada⭐️La Qualité Tasca ⭐️Teje y Maneje⭐️Toque de sal



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