Brihuega es un pueblo de Guadalajara que, como otros lugares de esta desconocida provincia, guarda cientos de tesoros entre sus lindes y en sus pedanías.
Y desde hace unos años, además, este pueblo enclavado en un mini valle, se viene «acicalando» para ganarse a los turistas.
Este lavado de cara le ha valido para salir del ostracismo en que se encontraba y para convertirlo, sea época de florecimiento de lavanda o no, en uno de los lugares a los que la gente se desplaza cualquier fin de semana.
Asimismo, a pocos km. de allí está la falsa ciudad de Cívica y un poco más alejado, pero a tiro de piedra, otro pueblo bonito que no es pedanía de Brihuega y que se llama Cifuentes.
De manera que en un radio de pocos kilómetros podemos ver unos cuantos lugares interesantes y con una gastronomía nada desdeñable.

Breve historia
El nombre Brihuega deriva del vocablo íbero briga, que significa lugar fuerte o amurallado, apareciendo en los documentos medievales con el nombre de Castrum Briga.
Pero es durante la Edad Media, cuando Brihuega aparece por primera vez en la historia como un núcleo importante de población, siendo mencionada con el nombre de Castrum Brioca, o castillo sobre la roca.
Hasta el S. XVI, el pueblo era un retiro señorial hasta que en 1584 Felipe II anexionó la villa a la corona.
Sin embargo, en 1607 los arzobispos volvieron a tomar posesión de Brihuega en la persona del cardenal Sandoval y Rojas.
Antes hablamos de las duras batallas que se libraron aquí como, por ejemplo, la que se produjo en 1710, la batalla en campos de Villaviciosa de Tajuña, que trajo al trono a la dinastía de los Borbones.
Tras muchos siglos de señorío arzobispal, en el S. XVIII se produjo la emancipación de la villa y su auge industrial gracias al apoyo de los monarcas ilustrados.
La política renovada de Fernando VI y Carlos III hicieron que Brihuega tuviera una Fábrica de Paños que durante un siglo largo le dio prosperidad y fama.
Los tres últimos siglos de su historia están salpicados de sucesos bélicos decisivos en la historia de España: por ejemplo, en 1808 fue escenario de la lucha de los franceses durante la Guerra de la Independencia.
Y, años más tarde, la batalla de Brihuega en 1937, en plena Guerra Civil, fue una de las más duras de toda la guerra, ya que fue ocupada por las tropas italianas, que se enfrentaron con los republicanos.

La entrada
Nada más llegar al pueblo lo lógico es llegar al parque de María Cristina y entrar por una de las puertas de sus murallas.
Una murallas que, como se ha dicho, han sido testigos de múltiples batallas.

Lo primero que te encuentras, tras atravesar la puerta de la Cadena, una de las cinco que tenía «la ciudad», es la fuente de los doce caños y el lavadero municipal.
Caminando casi en línea recta, a la derecha dejaremos la plaza de la iglesia de San Juan y recorriendo las calles haciendo una «U» llegaremos hasta la plaza del Coso o del ayuntamiento.

Qué ver
Cuevas árabes
Y es en esta plaza donde se halla la oficina de turismo (antigua cárcel de Carlos III) y una de las visitas obligadas: las llamadas cuevas árabes, que son de propiedad particular.
Para el acceso a sus 600 metros de galerías, el propietario cobra 2,50€ por persona.
Y menos mal que están bien señalizadas porque el interior es tan laberíntico que podrías perderte entre unos pasadizos que se adentran hasta el centro de la plaza.


En ellos encontrarás desde tinajas hasta peldaños e incluso una serie de arcos visigodos.
La razón de estas galerías era la de servir de ruta de escape a la nobleza cuando Brihuega era atacada por cualquier ejército invasor.

La guía
Desde la plaza del Coso y bajando por la calle de Nuestra señora de la Peña, te encontrarás con otro lugar emblemático como es el castillo (que no es un castillo, dicen los propios lugareños) de la Piedra Bermeja.
Pero antes tendrás que pasar bajo el arco o puerta de la Guía que da paso al Prado de Santa María.
El arco fue construido en el siglo XIX por el General Hugo (padre del escritor Víctor Hugo) durante la Guerra de la Independencia (1808 -1814).
El objetivo del mismo era abrir un hueco por el recinto amurallado para conquistar el castillo.

Castillo
Una vez entras en el Prado de Santa María, encuentras, a tu izquierda, el Castillo de la Piedra Bermeja. y un poco más adelante el resto de su recinto amurallado (siglos XI y XII) que hoy da cobijo al cementerio municipal.
Un cementerio que, dicho sea de paso, es, cuanto menos, curioso, y donde abundan los apellidos Caballero y Cepero auténticos próceres, en otro tiempo, de este bello pueblo alcarreño.

Dentro del cementerio se halla la llamada sala noble que es, en realidad, una capilla gótico mudéjar y el acceso de subida al torreón.
En cuanto al castillo, pertenece a la Asociación y Club de Producto Turístico de Castillos y Palacios de España. y se utiliza como capilla de la Vera Cruz, a la que se entra por una puerta desde el prado de Santa María

Iglesia de la Peña
Dentro del patio de armas se encuentra la iglesia de Santa María de la Peña, de estilo gótico, patrona del pueblo y construida en el siglo XIII, aunque ha sufrido varias reformas.
Saliendo de la iglesia y a su derecha se encuentra el Convento de San José (antes franciscano) del siglo XVIII y en su interior los museos de historia y de miniaturas del profesor Max.


Murallas
Brihuega estuvo amurallada por completo y, aunque parte de esta construcción haya desparecido, aún se conserva una enorme parte de la misma con una longitud de casi dos kilómetros.
Finalizadas en el S. XII hoy se conservan varias de las puertas de acceso al recinto amurallado (La Puerta de la Cadena, El Arco de Cozagón y la Puerta del Juego de Pelota).
La Puerta de la Cadena, ya mencionada, es la más bonita e importante y se encuentra al noroeste de la Villa, frente al parque la María Cristina y la Picota.
En cuanto al arco de Cozagón, está cerca de la actual plaza de Toros, y fue la puerta más importante de la Villa de Brihuega.
Situada al sur, era el acceso al camino que se dirigía a a Toledo pasando por el Tajuña primero y el Tajo después.




Lavanda y mas
Con permiso de la miel, y antes también los membrillos, el producto más conocido de Brihuega es vegetal: la flor de lavanda.
Este cultivo se extiende por una superficie de mas de mil hectáreas de plantación, convirtiéndose en un espectáculo sensorial.
La floración se produce durante el mes de julio, pero depende exclusivamente del clima de primavera.
Los campos de lavanda se pueden visitar por libre, ya que son campos abiertos, y también con visita guiada.

Mas pistas
Lo que las guías no dicen
Cerca de Brihuega hay dos curiosidades; una está situada en su pedanía, a solo 12 km. y se llama Yela.
Este pueblo, es famoso, aunque poco conocido, por ser el segundo almacén de gas natural más grande de España.
Y es que, hace años, en Yela se hicieron varias prospecciones en busca de petróleo.
Sin embargo, y aunque se encontró, parece que la cantidad de hidrocarburo que se podía extraer no era rentable como para explotarlo.
Pero en esa prospección se descubrió que a más de 2 km de profundidad el término municipal de Yela estaba hueco.
Así que en el año 1998 se estudió la posibilidad de utilizar esa gran bolsa (algunos lugareños dicen que el gas ya estaba allí) para almacenar gas natural.
Como las pruebas fueron positivas Enagás comenzó a almacenar gas en 2012.
Ahora este depósito natural tiene capacidad para 1.000 millones de metros cúbicos, y se pueden llegar a inyectar o extraer 15 millones de metros cúbicos de gas al día.

Una mentira cívica
La otra curiosidad se llama Cívica y está a unos 8 km. de Brihuega por la carretera que va a Masegoso.
Esta construcción, que se ha puesto de moda, gracias o por culpa de Tik Tok, es visitada cada fin de semana, fiestas o puentes por «hordas» de turistas.
Hordas que bloquean la carretera aparcando sus coches en el inexistente arcén y que han obligado a la guardia civil a tomar cartas en el asunto (o sea a poner multas).
El tema es que Cívica se ha puesto de moda en las redes sociales a través de mensajes fake o falsos sobre su construcción.
Por ejemplo, se ha dicho que son cuevas, que hay estalactitas, que son los restos de una antigua ciudad…incluso se la ha denominado la capadocia alcarreña: todo falso.
Lo que se ve desde la carretera es lo que hay: una pared con agujeros hecha por un albañil aficionado.


La historia real
Las construcciones que hay encima de Cívica no son un pueblo, sino una urbanización (?) privada que mantiene cierto litigio con Brihuega por la posible ilegalidad de su situación.
La historia completa de Cívica es que este terreno lo compró un párroco militar en la época franquista y encargó la obra a unos albañiles, por lo visto, poco profesionales.
Una vez concluida la construcción, se habilitaron dos bares, uno de los cuales tenía hasta un estanque con peces.
El negocio se fue abajo cuando el cura y su ama de llaves fallecieron, quedando este terreno en propiedad de los sobrinos que lo pusieron a la venta.
Así, entre la desidia y el abandono, esta construcción pasó cuarenta años «en barbecho» y ahora, recientemente, la ha adquirido un vecino de Guadalajara que intenta restaurarla sin los permisos adecuados.
El caso es que es una pared con agujeros, curiosa no lo vamos a negar, pero a la que está prohibido el paso porque es propiedad privada y porque está en ruinas y puede ser peligrosa.
Características éstas que lejos de alejar a los turistas, quizá les inciten más a su visita. Pero, qué le vamos a hacer. Advertidos estáis.

Lo que no te puedes perder
Aunque suene un poco tétrico, no te debes perder el castillo y el cementerio de la Piedra Bermeja con sus murallas incluidas.
También os recomendamos visitar las cuevas árabes, en la plaza del Coso, porque son curiosas y divertidas.
Y aunque estén fuera de la ruta que os hemos marcado, también es interesante la visita a la fábrica de Paños que años ha fue fundamental para el progreso de Brihuega.
Tampoco estaría demás que alargarais vuestra visita hasta el pueblo de Cifuentes.
En él encontrareis joyas como el castillo de Don Juan Manuel, la puerta Salinera, la plaza mayor, la iglesia del Salvador, el convento de Santo Domingo, y sobre todo, el parque de los manantiales.

Comer
Una de las especialidades de Brihuega es el cabrito asado. A partir de ahí, morteruelo, migas…pero que no falte el cabrito.
Y entre los lugares donde puedes tomar este manjar destaca, aunque sea un hotel, el restaurante Princesa Elima.
Le siguen, por este orden, el restaurante Peña Bermeja y el asador el Tolmo. Todos ellos con un nivel de precio mediano.
Luego, en el pueblo de Cifuentes, si es que lo visitas, el mejor lugar es la Casa de los Gallos, que, además, está situado en el cogollo arquitectónico del pueblo.



