Peñaranda de Duero no es uno de los pueblos más conocidos de España, como tampoco lo es Roa y, ni siquiera, el sitio arqueológico de Clunia.
Sin embargo, todos ellos, por distintas razones, tienen una visita más que aconsejable.
La primera razón es de índole geográfica, ya que tanto Peñaranda como Roa, están al lado del Duero, en la ribera o en las cercanías. De hecho, lo único que les separa es la Autovía A1
Son como dos contendientes en un ring. Al oeste Roa de Duero, en medio, el árbitro, Aranda de Duero, y al este, Peñaranda de Duero.
Peñaranda
Peñaranda de Duero se encuentra protegido por la muralla del jardín del palacio de Avellaneda, que era la que antiguamente bordeaba el pueblo desde el castillo –ya reformado–.
El punto crucial de entrada a la villa es la puerta por la que se accede a la plaza Mayor. Desde esta puerta, puedes elegir a qué parte del pueblo quieres dirigirte.
El castillo
Una de las joyas, como ya os hemos dicho, es el castillo. Fue construído en tiempos de Fernán González, reformado en el siglo XV, por la familia Zúñiga-Avellaneda, y ahora visitable.
Se trata de una fortaleza alargada que se adapta a la forma, también estrecha y elongada, del cerro que domina la población.
El Palacio
La familia Avellaneda tuvo mucha influencia en Peñaranda y no es casualidad que uno de sus monumentos más preciados sea su palacio.
Este palacio, junto al castillo y la iglesia de Santa Ana, son los monumentos básicos del lugar.
Se trata de un magnífico edificio renacentista plateresco iniciado en el año 1530.
También destaca la ex-Colegiata de Santa Ana (1540) que es visible desde cualquier lugar.
El avión de Coruña
Siguiendo en dirección por la Cl 111 se llega hasta Coruña del Conde, un pueblo pintoresco donde los haya.
Desde la carretera se divisa su castillo (otro mas) escoltado por un avión de combate. Como lo leéis.
El efecto óptico hace que parezca que sobrevuela las almenas hasta que uno se encarama hasta él y descubre que el castillo está vacío.
Sólo tiene las murallas y en una de ellas los paisanos han instalado un frontón.
Cada hueco está jalonado por una bodega y un merendero barbacoa que debe darles muchas satisfacciones en verano.
Clunia
En esta misma carretera, y en dirección a Salas de los Infantes, se llega hasta Clunia –el desvío está un poco antes de Peñalba de Castro–.
Merece la pena acercarse hasta allí y ver el yacimiento arqueológico y sus ruinas romanas.
Justo al lado, de la puerta de entrada, hay un restaurante en el que sirven un menú casero por sólo diez euros.
Aranda de Duero
Ya de regreso podemos dirigirnos hacia Aranda de Duero cuya catedral es una maravilla –sobre todo el pórtico y su mezcla de estilos– y también la zona antigua que jalona el río Duero.
Desde allí, y cruzando la carretera Autovía se llega hasta Roa de Duero: un pueblo con un gran pasado prehistórico del que apenas quedan las murallas.
Roa de Duero
En él destacan el aula arqueológica que está en el centro de la localidad y la ermita.
Además cuenta con el parque arqueológico en las eras de San Blas y el consejo regulador de los vinos de la Ribera del Duero. No en vano, la zona está plagada de bodegas.
Una de ellas es la que elabora los vinos Raíz y Páramo de Guzmán, que comparte nombre con el queso más famoso (Páramo de Guzmán), y uno de los mejores de esta tierra y que debéis probar porque es un néctar de los dioses.
Más pistas
Lo que las guías no dicen
Te recomendamos que visites Casanova, una pequeña pedanía situada a escasos 3 km. de Peñaranda.
La aldea tiene una plaza preciosa y una buena cantidad de bodegas que se sitúan paralelas al río.
Tampoco hay que olvidar comprar en Roa queso Páramo de Guzmán: curado de oveja con leche cruda, es una delicia.
Si se compra en la tienda de la fábrica podremos ahorrar algunos euros por kilo.
Lo que no te puedes perder
No debes perderte las ruinas romanas de Clunia. Situadas entre Peñalba de Castro y Huerta Del Rey. Los domingos, entre las 3 y las 5 de la tarde, la entrada es gratuita.
El yacimiento cuenta con una vivienda romana bastante bien conservada, diversos mosaicos, parte del foro, termas y también un anfiteatro.Tampoco debes perderte una visita al castillo de Peñaranda.
Comer y dormir
En Aranda de Duero hay restaurantes de fuste como Aitana y Casa Florencio, donde casi es un pecado no probar el famoso lechazo.
Además, también en Aranda, tienen buen nivel La Picara Gastroteca y el Lagar de Isilla.
Un poco más lejos, en Burgos, nuestra recomendación es La Fabrica, y en Roa, otra de nuestras recomendaciones el hotel rural Raíz (ahora en reforma).
Las seis habitaciones disponibles están repletas de detalles de calidad y lujo. Además, allí se puede comprar el queso y el vino.
ENLACE RELACIONADO. PEÑAFIEL