Oslo es una de las capitales europeas menos visitadas y, sin embargo, esconde bastantes alicientes como para viajar hasta allí.
No obstante, como sucede con Breslavia, en Polonia, muchas veces esta ciudad queda fuera de las excursiones de las agencias, a no ser que el tour se comparta con los Fiordos y/o Suecia.
En Noruega, y en Oslo en particular, son especialmente meticulosos con las normas sociales y con el cuidado del medio ambiente. De hecho, esta ciudad fue elegida Capital verde europea en 2019.
Eso hace que las calles y hasta sus gentes tengan en la observancia de la buen conducta social, una poderosa razón de ser y convivir.
Es decir, justo lo contrario de lo que ocurre con los españoles, por poner un ejemplo. Tanto es así, que si en Oslo atraviesas una calle sin hacerlo por el paso de cebra se dice que has hecho «una españolada».
Qué ver
En Noruega el nivel social no lo marca conducir el mejor coche o tener el chalé más grandioso, sino poseer un barco o la casa más soleada.
Y esto es así porque viven de cara al mar y porque gran parte del año transcurre en periodos donde casi no hay luz durante el día.
Parque Vigeland
El parque Vigeland es con toda seguridad uno de los lugares más visitados de Oslo. Se calcula que recibe un millón de visitantes al año
Su nombre proviene del escultor noruego Gustav Vigeland (1869-1943) que dedicó su vida entera al diseño de este increíble parque.
Durante nuestra visita llovía en Oslo, así que las casi 200 esculturas realizadas en granito, hierro y bronce, aún resultaron más impactantes de lo habitual.
El parque Vigeland es un lugar maravilloso en el que puedes pasarte horas y horas intentando descifrar qué quiso comunicar el artista con cada una de sus esculturas.
Así y todo, hay algunas de ellas que son las preferidas del público o que han alcanzado más notoriedad por lo que representan o por su realismo.
Entre estas elegidas están la estatua de bronce del pequeño enfadado (Sinnataggen ), junto con el Monolito (Monolitten) y la Rueda de la Vida (Livshjulet).
Fortaleza de Akershus
El castillo o Fortaleza Akershus es otra de las atracciones de la ciudad y está situada muy cerca del Ayuntamiento, en pleno centro de Oslo.
Si entras por el puente levadizo que atraviesa Kongens gate llegarás justo al centro de información de visitantes, el Museo de la Resistencia y el Castillo.
El Akershus festning, en noruego, fue construído alrededor del año 1300. El castillo solo se puede visitar con guía.
Barrio de los museos
Bygdoy es una península (barrio) situada al oeste de Oslo y en ella se encuentran algunos de los museos más curiosos y visitados de la ciudad.
Se trata de un barrio residencial , que en verano se convierte en sitio de playa; eso sí, teniendo en cuenta que es un término a lo noruego.
Museo de los barcos vikingos
Este museo es nuestro preferido, sin duda, porque puedes ver (sin tocar) los barcos vikingos mejor conservados del mundo.
Son naves auténticas y fueron encontradas en tres grandes tumbas reales, en las cercanías del fiordo de Oslo.
Ahí fueron enterradas hace más de 1100 años con objeto de transportar a los reyes vikingos hasta al reino de los muertos (qué cosas).
Un vídeo, Vikingtiden lever (Vuelven los tiempos de los vikingos), te acompañara por el techo y las paredes durante tu recorrido.
El museo muestra también los hallazgos hechos en las tumbas: pequeñas embarcaciones, trineos y el único carro de la época vikinga; además de tejidos y objetos domésticos.
Antes de salir del recinto te encontrarás con una tienda superchula donde es casi imposible no comprar nada. Nosotros picamos, como no, y nos trajimos uno de los barcos… a escala.
Museo etnográfico
Al museo etnográfico aquí lo llaman Museo folclórico noruego. El recinto está al aire libre y acoge casas y figurantes que te harán rememorar como se vivía en Noruega años ha.
Este museo muestra 155 casas tradicionales de todas las regiones de Noruega y cuenta con numerosas actividades, entre otras, la de practicar el noble arte de la plancha con una artilugio de madera.
Aparte de paseos en coche de caballos y un parque infantil de época, también tienen una tienda de golosinas.
El Fram
El museo de la nave polar (rompehielos) Fram es otro de nuestros preferidos, amantes, como somos, de los barcos y la navegación en general.
Eso sí, a pesar de los esfuerzos, este barco no le llega ni a la suela de los zapatos al Vasa sueco, situado en la isla Djurgarden, en Estocolmo.
No obstante, hay que decir, en defensa del Fram, que es el único buque que ha navegado tanto en la parte más septentrional como en la más meridional del planeta.
El buque fue utilizado en tres grandes expediciones polares dirigidas por Nansen (1893-1896), Sverdrup (1898-1902) y el famoso Roald Amundsen (1910-1912).
Construído en 1892, aún conserva en su interior todos los objetos originales. No te pierdas la exposición del Ártico y el paso del Noroeste en el edificio Gjoa.
Aker Brygge y Tjuvholmen
Aker Brygge y Tjuvholmen, son los barrios del diseño en Oslo. Hay galerías de arte por todos lados y edificios con una arquitectura singular.
Ambos distritos tienen una densidad alta de restaurantes, desde los más exclusivos como el Hanami, japonés, hasta los más informales como Rorbua
La ópera
El edificio de la Opera de Oslo es uno de los más vistosos y emblemáticos de la capital noruega. Situado a la derecha del puerto, su fachada llena de ángulos es puro diseño.
Una de las atracciones es la subida a su azotea desde donde apreciarás unas bellas vistas de la ciudad y el fiordo de Oslo.
El interior del edificio está construído fundamentalmente con madera de roble y el vestíbulo principal tiene forma de herradura, como homenaje a los teatros clásicos de la antigüedad.
Código de barras
En los aledaños de la ensenada de Bjorvika, al este de la ciudad, se han creado dos barrios muy curiosos, arquitectónicamente hablando.
Uno de ellos es el Barcode o código de barras, que está formado por doce edificios de diferentes alturas y anchuras.
Su nombre proviene de los espacios que hay entre los edificios, lo que les hace simular un código de barras.
El otro barrio es Sorenga (antiguo muelle de contenedores) que ha sido transformado en un barrio marinero
Mas pistas
Lo que las guías no dicen
Es importante que tengas en cuenta que con la tarjeta Oslo pass (desde 445 coronas,unos 45 euros) tendrás transporte y entradas gratuitas a algunos museos y descuentos en restaurantes.
Sin embargo, están excluídos el ferry a Drobak y tanto el bus como el barco City Sightseeing Oslo.
En verano, la mejor manera de llegar a la península de Bygdoy (la de los museos), es tomar el barco que sale de Rådhusbrygge 3. Son 15 minutos de travesía.
El barco opera desde mediados de marzo hasta mediados de octubre. El resto del año se puede coger el autobús 30, que tarda unos 20 minutos desde Nationaltheatret.
En cuanto al parque Vigeland, puedes llegar con el tranvía número 12 (la parada se llama Vigelandsparken).
Lo que no te puedes perder
En nuestra opinión, no te puedes perder un buen paseo por el muelle de la Ópera, ni tampoco por Aker Brygge y Tjuvholmen.
En cuanto a visitas, es imprescindible que conozcas el parque Vigeland, el museo de los barcos vikingos y el castillo de Akershus
Comer
La comida en Noruega no es muy variada y predominan los arenques y el salmón.
Y ya se sabe que eso es sinónimo de invasión de cocina extranjera. Por eso muchos de los mejores restaurantes representan a la cocina italiana, francesa, indú o japonesa como sucede con el famoso Fangst.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, han surgido nuevos negocios, algunos de los cuales de gran éxito, basados en el concepto brunch y el diseño.
Pero si tuviéramos que elegir el mejor restaurante de Noruega, en relación calidad-precio, nosotros diríamos que es el Smalhans (175/600 coronas).
Otros de nivel, pero ya con estrella Michelin (Noruega, curiosamente, había quedado al margen de la guia Michelin hasta 2020) son Kontrast (785/1900 coronas) y Stathholdengaarden (1000/1900 coronas); al resto los obviamos (hay nueve) porque están por encima de las 1700 coronas como minimo.
Fotos: Oficina de turismo de Noruega y gastronomoyviajero