Miravet: el pueblo tranquilo que vigila al río Ebro

Como ocurre con todos los lugares bellos, hay una foto de Miravet que sale en todos lados (la de arriba).

De hecho, como también es habitual, otros pueblos de menor calado y espectacularidad, se aprovechan en las redes sociales de estas fotos para publicitarse y confundir al visitante.

Pero, que no os engañen: Miravet, solo hay uno, y está esculpido en vertical a orillas del Ebro.

Es como el David de Miguel Angel, pero en modo pueblo, así que, aun admitiendo que la perfección no existe, esta pedanía de la provincia de Tarragona casi lo es.

La belleza de Miravet es indiscutible

Qué ver

Situado al sur de la comarca de la Ribera del Ebro, y en el límite con las de Bajo Ebro y la Tierra Alta, se asoma sobre el río a120m. de altitud.

En cuesta, claro, su casco antiguo está coronado por un castillo templario que es visitable.

Miravet es coqueto, pero pequeño, así que contando con la visita al castillo se ve en una mañana.

Eso sí, aunque su parte antigua se recorra enseguida, es tan bella que puedes detenerte a mirar y admirar cada rincón de sus calles mucho tiempo.

Miravet desde el paso del Ebro

Castillo

El acceso al castillo sale directamente desde el río Ebro y va sorteando las calles, hacia arriba, serpenteando entre edificios emblemáticos como la iglesia.

Subida al castillo

Esta antigua fortaleza islámica fue convertida por la Orden del Temple en castillo-convento a mediados del s. XII.

Dada su privilegiada situación, desde sus almenas se dominaba el meandro del río Ebro, lo que le hacía casi inexpugnable.

De estilo románico cisterciense y espíritu cruzado, está considerado uno de los mejores ejemplos la arquitectura religiosa y militar de la orden del Temple en todo Occidente.

Solo le ganan el castillo de Peñíscola (Castellón), y, sobre todo, el de Loarre (Huesca), que es el castillo románico más importante de España.

Murallas desde el exterior

Varias salas del castillo están cubiertas y el recinto cuenta con la torre del tesoro, las caballerizas, la torre de Sant Miquel, el bastión, el refectorio , la iglesia y el coso, además de las murallas y dos puertas de acceso, una de ellas al recinto superior.

Templarios

Pero la historia del castillo no se pude explicar sin la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón -los templarios- creada en 1.120 como la primera orden religiosa y militar de la cristiandad.

Parece que la idea de su creación surgió de un grupo de caballeros que habiendo luchado en la Primera Cruzada, decidieron fundarla para defender los lugares sagrados de Tierra Santa y proteger a sus peregrinos.

Interior del castillo

Liderada por Hugo de Payns la orden nace bajo los votos de pobreza, obediencia y castidad.

El conde Ramón Berenguer conquista el castillo en 1153 a los árabes y lo dona a los templarios, que acaban convirtiéndolo en la encomienda de Miravet que será, a la sazón, sede de la provincia templaria de Aragón y Cataluña.

Su poderío se mantuvo hasta el siglo XIV, concretamente, hasta que el rey Jaime II de Aragón, siguiendo el ejemplo de Francia, inicia una persecución de los templarios por mala conducta y en 1307 decreta su detención.

Estos se refugian en el castillo de Miravet, donde resisten el sitio durante un año. En 1308 se rinden y en 1312 el Papa Clemente V les disuelve y transfiere sus propiedades a la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén.

El pueblo viejo

El pueblo antiguo de Miravet, Cap de la Vila, al pie del castillo y adaptado a la roca sobre el río Ebro, es impresionante.

En otro tiempo constituyó la rápita o centro urbano de la alquería musulmana de Miravet, desde sus orígenes -s. VIII- hasta la expulsión de su población en el siglo XVII.

En la parte vieja podrás ver, entre otras cosas, sus calles estrechas y porticadas, la última atarazana fluvial donde calafateaban los Llaguts (s. XI) (barcazas), el molino de aceite y el mirador de la Sanaqueta.

Te sorprenderá la super roca roja sobre la que se asienta el castillo, así como las vistas sobre el Ebro, el meandro del Tamarigar, el frondoso bosque de ribera y sus formaciones dolomíticas.

Iglesia vieja

Iglesia vieja

La Iglesia vieja es un magnífico templo renacentista, construido por la Orden del Hospital entre 1565-1585 sobre la antigua mezquita árabe.

Durante la Guerra Civil y de la Batalla del Ebro, aparte de la pérdida de los retablos e imágenes, una bomba atravesó su cúpula.

Recuperada como monumento, hoy se encuentra desacralizada y se emplea como palacio de diversas exposiciones de alfarería o una inédita muestra de piezas iconográficas medievales pintadas sobre baldosas de barro.

También destaca por sus pinturas murales de 1730 y por el altar románico original trasladado desde la iglesia románica del castillo y obra de los caballeros del Temple.

Alfarería

Miravet cuenta con siete talleres alfareros donde aún se pueden adquirir las piezas clásicas de marcado carácter miravetano: «pitxells», cántaros, cadufos, «gerres», lebrillos, etc .

Paso de barca

El paso de Barca de Miravet es el último transbordador original de todo el Ebro que aún funciona sin motor.

Funciona desde 2003 y puedes cruzar con tu coche el río tan solo con la corriente del agua y la maestría del barquero.

Horta de San Joan

Si te atreves a adrentarte por una carretera de montaña, pero realmente bonita, sería recomendable que te acercaras hasta La Horta de Sant Joan.

Este pueblo medieval de la comarca de Terra Alta, se encuentra dentro del Parque Natural de Els Ports.

Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por su Conjunto Histórico Artístico, destacan la iglesia románica-gótica (siglo XII), su plaza mayor (parecida a Valderrobres) y sus calles estrechas y empinadas.

Como curiosidad, decir que aquí pasó algunas semanas el pintor Picasso para curarse de la escarlatina y eso ha dado pie a que exista un museo Picasso.

Otros lugares de interés son el Ecomuseo del Ports, la antigua prisión de Horta, y Lo Parot, un olivo declarado árbol monumental por su antigüedad bimilenaria.

Más pistas

Lo que las guías no dicen

Hoy en día pasa por Miravet la Ruta Domus Templi, la de los Caballeros Templarios, que va desde Aragón hasta Valencia.

Los meandros del Ebro y Miravet desde el castillo

Los cerca de 815 habitantes que residen en el municipio reciben el nombre de miravetanos o miravetanas.

El camino la carretera hasta Miravet es una preciosidad y merece la pena ir mas despacio de lo normal con el coche para admirar tanta belleza arbórea.

Lo que no te puedes perder

No debes perderte las vistas de la Iglesia y el pueblo viejo, en vertical, sobre un a piedra del río.

El mirador de la Sanaqueta y la Aljama-mezquita constituyen uno de los monumentos más importantes y destacados de Miravet.

Tampoco debes perderte la visita al castillo y, sobre todo, las vistas desde sus almenas.

Y como gracia de tu visita no te olvides de tomar el barco transbordador que pasarán a ti y tu coche hasta el otro lado del rio.

Comer y dormir

En Miravet, el mejor lugar para comer es el Molí de Xim, pero tanto en este pueblo, como en Horta de Sant Joan, donde os recomendamos el Hotel Miralles (con menú) y Can Parrado, el problema son las curvas de la carretera.

Los dos pueblos están en la montaña y, además que los restaurantes son «de batalla», llegar hasta ellos (sobre todo a Miravet) precisa recorrer un «largo y curvo camino» que cantarían los Beatles.

Así que si os mareáis en el coche os recomendamos que salgáis a otro lado, a la llanura, al pueblo de Xerta, o deis una vuelta por Miravet o la Horta para bajar la comida y hacer la digestión.

Y es que comer en Xerta, a medio camino entre Miravet y el Delta del Ebro, significa ir a probar la cocina de Fran López al restaurante (también es hotel) Villa Retiro.

Fran López

El chef Fran López, tras pasar por la escuela de cocina Hofmann de Barcelona, trabajó tres años al lado de Alain Ducasse en el Hotel Plaza Athénée, en París. 

De vuelta a España, y junto con su hermano Joaquín, abren en el 2006 el Hotel Villa Retiro y dentro del hotel, el Restaurante El Torreó de l’Indià que ahora de llama como el hotel.

López, con una estrella Michelin aquí y otra en Xerta, Barcelona, el cuarto cocinero más joven del mundo en tener una Estrella Michelin (con tan solo 25 años).




ENLACE RELACIONADO. DELTA DEL EBRO

2 comentarios en «Miravet: el pueblo tranquilo que vigila al río Ebro»

  1. Madre Mia. Conocemos atraves de Gastronomo y viajero los rinconcitos mas encantadores del planeta! Y por supuesto la alta gadtronomia no nos puede faltar!
    Felicitaciones!

    1. Gracias, Arnolia, por seguirnos. Recuerda que nuestros videos están en youtube en gastronomoyviajero…por si te quieres suscribir

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