Delta del Ebro: el arroz y el turismo como medio de vida

El Delta del Ebro es una llanura de aguas dulces y saladas, un remanso de paz; un refugio para las aves; un territorio para el arroz, las barracas y el sosiego.

Por aquí las gentes no se aceleran. Caminan al tran tran como los elegantes flamencos que parecen levitar sobre las lagunas.

Todo se mueve a un ritmo slow y el paseante solo tiene que dejarse llevar por el vaivén de esa simbiosis entre agua dulce y salada que se produce en la desembocadura del río Ebro.

Y es que el Delta del Ebro tiene forma de punta de flecha arenosa que ha sido modelada por el paso del agua y por el tiempo.

Consta de 320 km2 de superficie y constituye el hábitat acuático más extenso de Cataluña.

Los flamencos anidan en estas lagunas

¿Necesitas algo más para animarte a visitarlo? Si es por títulos, no te preocupes porque no le faltan.

Es Parque Natural, zona de especial protección de aves, forma parte de la red Natura 2000, cuenta con la carta europea de turismo sostenible y es destino turístico de excelencia por la U.E.

La torre vieja desde el barco que surca el Ebro

Aspecto

El aspecto actual de la desembocadura, que penetras unos 25 km. en el mar, no tiene nada que ver con el de años atrás.

La erosión del terreno, el cambio climático y sus temporales, y la mano del hombre, casi siempre perniciosa, han alterado este hábitat.

Te lo cuentan en el barquito que hace el recorrido turístico por el delta del río Ebro y cualquier lugareño, como los propietarios del hotel L’Algadir, que estén enamorados de su tierra.

Y por aquí lo están….y mucho. Te hablan de los arrozales, de las lagunas, del medioambiente y su cuidado… Como si fuera su casa y, en realidad, lo es.

Patio de una casa típica de Poble Nou

Una parte de estos arrozales han sido trabajados por familias enteras durante años y siguen haciéndolo, con mayor o menor éxito económico, en la actualidad.

De hecho, pocas personas saben que Poble Nou, uno de los pueblos de la zona, antes se llamaba la Villa de Franco, porque fue el extinto dictador quien lo creó.

Repleto de casas bajas con patio, eran la morada ideal para aquéllos que trabajaban los arrozales (o así lo entendió Franco).

Laguna de la Encanyissada

Qué veremos

En nuestro paseo por esta comarca vimos mucha agua, muchos arrozales, mucho mundo rural y, a pesar de todo, ganas de ser visitados, conocidos, pero sin estridencias.

Se trata de no alterar el equilibrio homeostático de la zona y mirar empapándote con la poesía que te dicta el propio paisaje.

El recorrido forma un amplio triángulo entre Poble Nou, La Rápita, Amposta, L’Aldea, Camarles y el propio Deltebre y Sant Jaume.

Uno de los barcos «golondrina»

Un paseo en golondrina

Una de las cosas que harás, casi seguro, si vas por la zona es pasear en barco (la golondrina) por el interior del Delta del Ebro.

Es un poco turistada, no te lo vamos a negar, y un poco decepcionante, por lo menos para nosotros. Y no porque esté mal, que no lo está, sino porque tal vez habíamos puesto muchas expectativas en la excursión.

En la sección de mas pistas tienes los datos necesarios para hacer esta ·mini excursión crucero» que te llevará hasta el mar mediterráneo ida y vuelta.

La isla de Buda, el Garxal, la Tancada, Les Olles, la Torre antigua….en el recorrido verás todo lo que hay que ver y ya está. Cuarenta y cinco minutos ida y vuelta.

Iglesia de Poble Nou

Poble nou

Poble Nou está justo al otro lado del Delta donde se encuentra embarcadero de «las golondrinas» y se asemeja a Las Vegas (EEUU), pero en medio de los arrozales y lagunas.

De aspecto impoluto, parece un pueblo artificial, pero ni mucho menos lo es.

Está a medio camino entre La Rápita y La playa del Trabucador, y en esta zona es donde podrás disfrutar de los lindo de la laguna de la Encanyissada.

El punto de encuentro de este lugar es el hotel restaurante L’Algadir porque alrededor del mismo, se encuentran algunos de los lugares más bellos que podrás visitar.

En los alrededores tienes diversas lagunas (en el hotel y en el pueblo alquilan bicicletas), con sus respectivos miradores, desde donde podrás admirar el vuelo de distintas aves: anátides, fochas, cormoranes, flamencos, garzas y fumarales, entre otros.

Laguna de la Tancada

La Encanyissada

Cerca del hotel L’Algadir del Delta se encuentra la laguna de la Encanyissada que con sus más de 1.100 hectáreas es la más grande del Delta.

Casa de Fusta

Cerca de allí está la casa de Fusta y su embarcadero, un lugar que no debes perderte…ni tampoco sus miradores.

Al otro lado de la casa, y separado una pequeña carretera, se encuentra uno de los miradores más grandes y un pequeño embarcadero.

En el interior de la casa encontrarás dos exposiciones permanentes: una sobre la formación de las lagunas del Delta del Ebro y otra sobre las aves.

Hace años esta laguna y la de la Tancada estaban unidas, pero el secado de los terrenos para el cultivo del arroz las ha separado.

Atardecer en la barra del Trabucador

Trabucador

Aquí la llaman La barra del Trabucador, pero para nosotros es más que una playa o lengua de tierra que separa la laguna del mar.

Decir que es impresionante, es poco. Tiene 6 km. de largo y une el Delta con la Punta de la Banya, delimitando la bahía de los Alfaques.

Lo mejor es ir al atardecer (tiene un amplio parking de arena) porque es entonces, como si fuera el Café del Mar en Ibiza, cuando la gente saluda al atardecer.

Unos van para cargarse de energía positiva, otros para meditar y algunos mas solo por disfrutar de su belleza.

El silencio es absoluto. Todo el mundo que va respeta esta calma y quietud. Así que, si quieres hablar, hazlo bajito para no espantar al espíritu de la laguna.

Al otro lado, una inmensa playa te funde con el Mediterráneo sin que te des cuenta: agua salada, agua dulce, arena, olas, el atardecer y tú.

Puerto de La Rápita

La Rápita

Desde Poble Nou la carretera de la izquierda te lleva al Trabucador y la de la derecha a la Rápita.

Torre de Sant Joan

A un kilómetro en dirección a La Rápita (ya no se llama San Carlos de la Rápita) y a la izquierda verás una caseta blanca y un camino que te llevará hasta la torre de Sant Joan.

Esta torre fue construida, junto a otras, para avisar de la llegada de los piratas

Bueno, no te lleva hasta allí, porque deberás dejar el coche antes, y luego caminar unos 3 km, pero es el sitio más cercano para ver esta torre en medio de la laguna.

Antes de llegar, verás una laguna donde se agolpan los flamencos y donde, nuevamente en silencio, podrás tomar fotos maravillosas.

Ullals de Baltasar

En la Rápita todo se mueve alrededor del puerto y el mismo pueblo crece hacia el interior partiendo del mar.

Por el camino verás mejilloneras que podrás visitar e incluso degustar una variedad de guisos con estos moluscos en los chiringuitos anejos a ellas.

Cenotes del Ebro

Entre La Rápita y Amposta, a la derecha de la carretera tienes otro de los muchos puntos atractivos del Parque Natural del Delta del Ebro.

Desconocido para muchos, y justo en el límite del delta, se encuentra el paraje de los Ullals de Baltasar.

Esta especie de hoyos son manantiales de agua dulce rodeados de eucalipto y muy parecidos -aunque de menor tamaño- a los cenotes que hay en la península de Yucatán.

Ten cuidado de no saltártelos, aunque está bien indicado desde la carretera con un cartel indicativo del camino que te llevará hasta ellos.

Un barco acaba de llegar a La Lonja de la Rápita

Puerto

La Rápita no sería nada sin su puerto y su famosa lonja (no os perdáis en próximas fechas la visita que hicimos a la misma con el chef Albert Guzmán, que nos hizo de guía).

De hecho, por su superficie y volumen llegó a competir, en importancia, con el puerto de Barcelona

  • Calado bocana: 7 m
  • Diques: 3
  • Número de muelles: 16
  • Metros lineales de muelles: 2.286 m

Cifras

Las marismas del Delta del Ebro y sus humedales desarrollan muchas funciones vitales, aparte de almacenar agua, como es la protección contra temporales, la estabilización de la costa o el reciclaje de nutrientes.

En la laguna viven alrededor de cien especies de peces y unas 343 de aves, con los humedales que alojan colonias de crías de las aves marinas más importantes del mediterráneo.

Mas pistas

Lo que las guías no dicen

Gran parte de la población autóctona del Delta del Ebro vive de y para el territorio.

Y esta historia de «amor a la tierra», de la que ahora también forma parte gastronomoyviajero, está íntimamente unida a los arrozales y a la pesca.

De hecho, durante el mes de junio se celebra la fiesta de la Plantada donde se recuerdan las antiguas técnicas del cultivo del arroz.

Cultivo y cuidado de los arrozales que son, por producción, el cuarto de España, por detrás de Andalucía, Extremadura y Valencia.

En lo que respecta a los cruceros por el delta, hay dos compañías básicas: Olmos y Cruers Delta del Ebre, estos últimos son más baratos, (10€) y se lo tienen bien montado porque regentan el restaurante que hay enfrente (pero que es de batalla).

Además, encontrarás un mercadillo en el muelle de embarque, así que es un lugar para hacer el crucero y salir pitando de allí en busca de lugares más tranquilos y de calidad.

Lo que no te puedes perder

A nivel visitas, no te puedes perder disfrutar de la puesta de sol en la barra del Trabucador.

También son muy recomendables los miradores de la Encaynissada, frente a la Casa de Fusta, y los que están en el camino a La Tancada.

Si tienes curiosidad, como nosotros, te recomendamos pasar parte de una tarde ( a partir de las 16,30h.) en la lonja de la Rápita.

Comer y dormir

Sobre comer y dormir no tenemos dudas para recomendaros lo mejor. Y lo mejor para recalar en vuestra estancia es el hotel L’Algadir del Delta en Poble Nou.

Un lugar tranquilo donde te informarán de todo lo que puedes (y debes) ver en los alrededores, además de contar con unas instalaciones muy coquetas y un restaurante de lujo.

Restaurante del mismo nombre que regentan el chef Joan Capilla y su familia, y en el que se puede sentir la intensidad del amor por estas tierras y sus arrozales.

Sala del restaurante del hotel L’Algadir

La cocina de Joan Capilla lleva aparejada un bib gourdamnd de la guia Michelin (no os perdáis el próximo reportaje), y aparte de otras delicatessen e interpretación del territorio con toques de autor, sus arroces son impresionantes.

Otra de las recomendaciones, y que ya hemos citado con anterioridad de pasada al hablar de la lonja de la Rápita, es el chef Albert Guzmán (del que también os hablaremos más ampliamente).

Guzmán dirige el restaurante del mismo nombre en La Rápita y es un firme candidato a un entorchado Michelin en breve.

Fue la gran sorpresa de este viaje y su cocina una brutal experiencia gastronómica y de sabores infinitos.



ENLACE RELACIONADO. Alcañiz, Teruel.

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