El camino que lleva hasta el penal de Bustarviejo

La sierra Norte de Madrid está plagada de senderos como que el que lleva hasta el Penal de Bustarviejo.

De distinta dificultad, pero todos atractivos para senderistas expertos y principiantes, estas sendas recorren el norte de la Comunidad de Madrid hasta las misma falda de la sierra de Guadarrama.

Una de estas rutas es la que parte desde el coqueto pueblo de Navalafuente y llega hasta el antiguo Penal de Bustarviejo.

Pero también puedes salir desde Bustarviejo (cementerio) y llegar hasta este destacamento/prisión en una ruta circular y llana de unos 4 km.

Vista externa del penal desde la «ciudad encantada»
POR SI NO QUIERES LEER TODO EL REPORTAJE…
La ruta que lleva hasta el penal de Bustarviejo, en la sierra Norte de Madrid, se puede hacer desde Navalafuente o desde el mismo Bustarviejo. En este penal cumplían penas de trabajos forzados presos políticos republicanos que construyeron la línea férrea Madrid-Burgos bajo el régimen del general Franco.
La ruta, con Navalafuente en el valle

Navalafuente

Nosotros, que somos aficionados bizarros, lo hicimos desde Navalafuente, así que nos chupamos cerca de 20 km. en total, la mitad de ellos en subida, aunque no muy exigente.

Y es que la mayor altitud de Bustarviejo hace que el recorrido se empine al principio y llanee después.

Esta ruta nos llamaba la atención no solo por el recorrido en sí, sino por la historia que guardaba y que ahora os vamos a resumir.

En este penal había entre 100 y 200 presos hacinados en tres habitaciones

El Penal

El Penal de Bustarviejo se creó en 1944 como parte de un programa de redención de penas por trabajos.

Este sistema fue ideado por el régimen del general Franco para resolver el problema de la saturación de las prisiones.

Penales que estaban repletos de presos (la mayoría políticos del bando republicano, claro) confinados allí tras la Guerra Civil.

La entrada al recinto está vallado

Parte del interior con mi sombra

Mano de obra

El objetivo último era disponer de mano de obra que construyera o reparara infraestructuras, como las vías férreas, tras la contienda.

Dicen las crónicas de la época que por estas dependencias pasaron entre 1944 y 1952 una media anual de entre 100 y 200 presos.

Reos que construyeron parte de la línea férrea Madrid-Burgos.

El viaducto tiene 26 metros de altura

Uno de los dos túneles horadados por los presos

50 céntimos

Se da la circunstancia, de que las familias de los reos vivían en una especie de chabolas situadas por encima de los barracones.

De esta forma, tenían una línea directa de visibilidad sobre los presos con objeto de controlar que sus parientes siguieran con vida.

Por cada día de duro trabajo en la vía del tren, cada preso recibía una paga de 50 céntimos.

Su mujer, si estaba casado, recibía 2 pesetas al día, más una peseta por cada hijo menor de 15 años que tuviera el matrimonio.

Llegada al túnel desde el camino

Túneles y viaducto

Estos presos políticos construyeron, además, dos túneles, de 395 y 248 metros, respectivamente, y un viaducto (de 26 metros de altura) con 11 arcos de 12 metros de largo.

Además de eso, también alzaron una estación de tren ubicada en las afueras de Bustarviejo.

En total, para la construcción de esta línea férrea del Madrid a Burgos, el régimen de Franco instaló nueve destacamentos penales.

Todos ellos comprendidos entre las localidades madrileñas de Chamartín y Garganta de los Montes, y este de Bustarviejo fue uno de ellos.

La cantera de camino a Bustarviejo

La ruta

Desde el pueblo de Navalafuente hay que tomar el camino de las viñas y a la mitad del mismo, coger el sendero de la derecha que dejará Navalafuente abajo, en el valle.

Pronto aparecerán antes nuestros ojos las canteras de piedra y un poco más adelante una explotación ganadera custodiada por perros mastines.

Como hemos señalado, al principio todo es subida, pero al llegar a la zona de las vacas (que están sueltas, pero son inofensivas) el terreno es plano.

La ruta de ida y vuelta se hace en unas tres horas, dependiendo de las paradas que hagas por el camino.

La piedras de «aloe vera»

Entrada a «la catedral»

La caprichosas formas de las piedras que estimulan la imaginación

Ciudad encantada

Nosotros tardamos un poco mas porque, como es «norma de la casa», nos entretuvimos en la zona del penal y su pequeña ciudad encantada.

Y es que la prisión está situada en una zona rocosa con piedras que se sustentan, unas sobre otras, casi de forma imposible.

De hecho, muchas de ellas tienen formas que, a nada que dejes volar la imaginación, se convertirán en aloes vera, cabezas de animales, soldados romanos o entradas a las catedrales, según cada cuál.

Cabeza de romano

Interior represivo

Del antiguo penal, y ahora testigo mudo de lo que fue un lugar represivo, quedan en pie los barracones y alguna estructura mas que no se puede ver porque el recinto está vallado y cerrado.

Sin embargo, hemos podido averiguar que el recinto estaba formado por tres barracones para los presos, un patio central, la vivienda del teniente de la policía armada (los antiguos «grises»), un economato, una enfermería, una cocina, letrinas y habitaciones para los guardias.

Estas, habitaciones, situadas en la parte delantera, actuaban como un filtro entre los presos.

Garitas a la puerta de entrada

Garitas y

En la parte exterior aún quedan en pie las garitas, el polvorín, las cuadras y un lavadero de ropa.

Como estuvimos «investigando» por los alrededores, descubrimos, entre los pedruscos, varias torretas cuya función parece que no era vigilar a los presos, sino rechazar los ataques de las milicias «maquis».

De hecho hay una especie de búnkeres o refugios, construidos con piedras, supuestamente para defenderse de estos ataques.

Desde allí, además, no solo se ve y puedes caminar por la vía férrea sino atravesar sus túneles y llegar hasta el viaducto que mencionamos antes.

Garitas y búnkeres

Con y sin idelogía

Si no tienes ideología, verás el paisaje con curiosidad, pero si la tienes y te paras un momento a pensar en lo que allí ocurrió, tal vez veas en el penal un ejemplo a seguir o, por el contrario, escuches las voces de los presos que allí sufrieron un castigo innecesario.

La vuelta hasta Navalafuente se realiza por el mismo camino, entre los árboles y el monte bajo lleno de robles, jara y tomillo.

Y entre vacas y canteras te dará tiempo a reflexionar sobre lo que hemos mencionado.

En todo caso, y obviando la parte emocional, es una ruta muy recomendable que, al menos, si no con la historia, te reconciliará con la naturaleza en toda su extensión.

Desde el camino se divisa el viaducto

La vacas están por todos lados

Desde Bustarviejo

Como señalamos al principio, también puedes hacer esta visita desde el pueblo de Bustarviejo.

Se trata de un camino circular, de apenas 4 km. Este apenas tiene desnivel y está recomendado para cualquier caminante durante las cuatro estaciones del año.

Se sale desde el sur del pueblo, junto al cementerio.

De allí un sendero te conducirá hasta una dehesa y tras recorrer unos 1,9 kilómetros se llega al Destacamento Penal.

Esta prisión también es conocida en el lugar como Los Barracones.

Comer

Si quieres puedes llevarte un bocadillo, pero si prefieres buscar un restaurante, estos son los mejores que tienes por la zona.

En el cercano pueblo de la Cabrera, Nébula y Cachivache, ambos testados por nosotros y recomendables.

Sin testar, pero con fama en Bustarviejo, La Fuente del Collado y El Asador de Bustarviejo; y Arroz y Cañas, en Guadalix de la Sierra.

La preciosa barra (y sala) de Cachivache en la Cabrera

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