Barga: el pueblo toscano que se convirtió en ciudad

Barga es un pueblo de la provincia de Lucca, en el norte de la Toscana, que guarda algunas de las joyas menos conocidas de Italia.

Y es, precisamente, este desconocimiento por parte del turismo de masas, el que le confiere un encanto especial.

Estamos ante un pueblo medieval que, parafraseando al poeta italiano Ovidio en el arte de amar, promete el disfrute del encanto de la tranquilidad.

Y algo debe tener el agua, cuando la bendicen, porque Barga siempre fue objeto de disputa entre Pisa, Florencia y Lucca, como veremos más adelante.

Borgo

Barga es un Borgo (pueblo, en italiano), vaya juego de palabras, de apenas 10.000 habitantes.

Está en un altillo (410 m. de altitud), en cuesta y cerca del famoso Ponte del Diábolo, que alguna vez hemos nombrado al hablar de la Toscana.

Es un lugar en el que parece se hubiese detenido el tiempo y, si vas de buena mañana, apenas te cruzarás con cuatro paisanos soñolientos que van a comprar el desayuno o a desayunar a alguno de sus bares.

Breve historia

En el siglo XI Barga fue la fortaleza de la familia Lombard Rolandinghi y sufrió numerosos asedios en la Edad Media, sobre todo de los ejércitos de Lucca y Pisa.

Por esta razón, el pueblo abrazó la amistad de Florencia, que no sólo le dio protección, sino gran esplendor gracias a las inversiones de la familia Medici (los Médicos).

Los Medici, convertidos en un gran fondo de Inversión, «amaban» Barga porque la zona era muy rica en materias primas

Como véis, a pesar de haber pasado más de seiscientos años, las cosas no han cambiado mucho en el mundo.

Estas inversiones permitieron, entre los siglos XV a XVII, el desarrollo y construcción de palacios renacentistas, como el Pancrazi, hoy sede del ayuntamiento, el Balduini y el Bertacchi.

En la organización administrativa del Gran Ducado de Toscana, Barga formó parte del Distrito Florentino hasta pasar, después de la reunificación de Italia, a Pisa y ya en el siglo XIX a Lucca.

Migrantes

En el pueblo de Barga hay muchas cosas curiosas y una de ellas es la de los migrantes -mira que se nos hace difícil y raro escribir esta palabra- italianos que marcharon a Escocia a buscar un futuro mejor.

De hecho, hay quien dice que es la “ciudad más escocesa” de Italia. Si, ciudad, porque desde 1933, y debido a su importancia geopolítica, Barga recibió el título de ciudad.

Su situación, en un monte sobre el valle del río Serchio, le confiere además un poderío de dominio estratégico sobre la comarca.

Este río, que baña parte de la Toscana, tiene mas de 100 km. de recorrido y es junto al Arno (Florencia) uno de los más importantes.

Qué ver

San Cristóbal

Sin duda, el monumento más importante, divisable desde cualquier punto, es la catedral o Duomo de San Cristóforo o San Cristóbal, patrón de Barga.

Construido entre los siglos IX y XV, es una catedral románica hecha de una piedra caliza local llamada albarese.

Dada su situación, en lo más alto de la ciudad, disfrutarás de un panorama increíble, que se extiende desde las montañas de la Pizzorne a los Apeninos y a los Alpes Apuanos .

Destaca su campanario y sus antiguas campanas, alguna del año 1580. El repique de estas campanas inspiró al poeta Giovanni Pascoli -prócer de Barga- para escribir su famoso poema » L’ ora di Barga». 

Finalmente, citar el Arringo, que es la zona de campo entre la Catedral y el Palacio Pretorio, donde la gente se reunía en el Parlamento y ahora podrás pasear en medio del siencio.

Museo Civico

Otra de las visitas obligadas es la del Museo Civico o etnográfico, ya que está instalado en una antigua prisión.

El museo muestra la larga vida del pueblo desde la prehistoria hasta el siglo XVII.

El museo está en el interior de la Loggia del Podestà (siglo XIV) residencia del alcalde y los comisionados enviados a Barga por la Signoria de Florencia.

Puertas

El pueblo-ciudad tenía tres puertas de entrada. Pero, precisamente, la Porta di Borgo que era el acceso al Borgo fue demolido en 1833.

Hoy quedan otras dos puertas: la porta Mancianella y la Porta Macchiaia. La primera fue rebautizada como Porta Reale, en homenaje al gran duque de Toscana, Leopoldo de Lorena, quien en 1787 realizó una visita a Barga.

Fondazione Giovanni Pascoli

Giovanni Pascoli fue un poeta e hijo pródigo de la ciudad. En el centro histórico se encuentra el Teatro Diferente donde el poeta pronunció el discurso «La Grande Proletaria s’è mossa» (1911).

A las afueras, como a 5 km. del centro, se encuentra la Casa Pascoli, o Cardosi Villa Carrara, visitable y donde se conserva el mobiliario, la biblioteca y los manuscritos del poeta.

Asimismo, a un lado de la casa se encuentra la capilla donde el escritor fue enterrado junto con su hermana María.

Para visitarla hay que pagar una entrada que también permite el acceso al Museo del territorio de Barga.

Convento de Santa Isabel

En Barga hay unas cuantas iglesias, pero entre estos edificios destaca el convento de Santa Isabel que fue una escuela femenina y luego se transformó en conservatorio.

Actualmente se utiliza, en parte, como residencia de mayores e iglesia.

Palacios

Por lo que se refiere a los palacios, el más importante es el Palacio Pancrazi, sede del ayuntamiento y que está realizado en piedra tallada con una punta de diamante

Como los otros palacios del pueblo, es una de las obras renacentista promovida por los Medici.

En cuanto al Palazzo Balduini, fue construido a finales del siglo XVI por el padre de Antonio Balduino Balduini de Barga, obispo de Aversa.

Sobre la puerta central de la fachada, se encuentra, en la parte superior, el escudo de armas de la familia Medici, para que quede constancia de quién lo financió.

En la Piazza Salvo, situada junto al palacio, se encuentra la columna erigida por los Medici en honor a Cosme I en 1548.

A su costado está la Loggia dei Mercanti ahora sede del mercadillo ambulante semanal y que data del año 1547.

Finalmente, el palacio Bertacchi-Cordati fue construido sobre las ruinas de una antigua torre, donde se alojaban los Grandes Duques de la Toscana, en sus visitas a esta ciudad.

Hoy en día alberga la exposición permanente de las obras del pintor Bruno Cordati.

Mas pistas

Lo que las guías no dicen

Barga es un pueblo medieval y pintoresco que reúne todas las condiciones para ser visitado sin prisas.

Grotta del Vento

Localizado casi en la frontera noroeste de la Toscana, no es tan grande y monumental como Lucca, pero dispone de los alicientes necesarios para darse un paseo muy agradable.

En verano hace bastante calor, así que hay que tenerlo en cuenta antes de lamzarse a ver sus monumentos entre sus calles empinadas.

Además, es el emplazamiento perfecto para visitar la Grotta del Vento (cueva del viento) a unos 14 kilómetros situada a unos 15 km. de Barga.

Lo bonito de esta cueva de estalactitas son sus lagos subterráneos que requieren contratación de guía turístico.

Lo que no te puedes perder

No te puedes perder la catedral de San Cristóbal, sus vistas y la pradera que la circunda -Arrigo-. Parece un castillo renacentista, más que una catedral.

También debes ver sus palacios y, desde luego, el puente de Diablo, y rendirte ante su leyenda.

Puente del Diablo

La leyenda dice que fue tal la dificultad que surgió para la construcción de este puente que el maestro de obras, desesperado ante la imposibilidad de cumplir con el plazo para su finalización, se echó a llorar frente al río Serchio.

Entonces se le apareció el diablo y le propuso un pacto: el  intercambio del alma del primero que pasase por el puente a cambio de terminarlo en una noche.

El hombre aceptó y el diablo finalizó el encargo consiguiendo que no se derrumbase a pesar del peso de las piedras.

Sin embargo, este pacto no dejaba de atormentar al hombre que le confesó al alcalde de Barga su acuerdo. Entre ambos decidieron no dejar pasar a nadie hasta que encontraran una solución. Y la encontraron.

La leyenda completa

El pacto con el diablo hablaba de acabar el puente en una noche a cambio de quedarse con el alma del primero que pasase, sin especificar que tuviera que ser un humano.

Así que hicieron cruzar el puente a un cerdo (una variante de la leyenda dice que fue un perro blanco).

Tras lo cuál, el diablo, enfurecido por la treta, se lanzó a las profundidades del río y desapareció para siempre.

La leyenda también cuenta que en las tardes de otoño un perro blanco aparece aullando rabiosamente, prometiendo venganza.

Precioso relato, ¿verdad?

Comer

En el mismo pueblo «el partido» de los mejores lugares para comer se juega entre muy pocos equipos. Los más destacados son Scacciaguai, da Aristo y Trattoria L’Altana

Pero, sin duda, el que tiene más caché no está precisamente en Barga, sino en Ponte a Moriano. y es la Antica Locanda di Sesto. Queda dicho



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