Pisa y el milagro de un destino muy inclinado

Son las cosas de la vida…y eran las cosas del fascio. Por eso ‘el bueno’ de Benito Mussolini intentó enderezar –a la fuerza- la inclinada torre de Pisa y casi consigue derrumbarla. 

Pero el campanario, que tal vez se vaya al suelo algún día porque sigue torcido, también destapó el odio de las tropas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial.

De hecho, EEUU decidió demoler todas las torres de la ciudad (incluída esta), dado que, según ellos, podían ser refugio de francotiradores.

Afortunadamente, nada de eso ocurrió y el campanario fue indultado en el último instante.

Plaza del Milagro

En fin, que la plaza del Milagro (ahora ya sabéis porqué se llama así) que es lo más bonito de la ciudad de Pisa, sigue en pie –tras restaurarse, claro- de puritito milagro.

La realidad es que su nombre lo recibe del milagro que supone haber construido edificios tan armónicos y singulares en un espacio tan reducido.

La piazza dei Miracoli concentra la bellisima catedral o Duomo de Santa María Assunta, la torre inclinada, el Baptisterio y el Camposanto, todos ellos construídos entre los siglos XI y XIV.

La Torre y la vida

Salvo la torre (o campanario) los monumentos representan las tres etapas básicas de la vida: el nacimiento (baptisterio), la existencia (catedral) y la muerte (camposanto).

Hay gente a la que no le gusta mucho Pisa (italianos incluidos), pero a nosotros, al menos el cogollo del que os hablamos, nos parece fantástica; realmente bellísima.

Y es que el cuidado césped de la piazza y sus monumentos otorgan una imagen espectacular al visitante que puede quedarse horas y horas haciendo fotos y mirando desde todos los ángulos.

Algunos datos interesantes confirman que el el Baptisterio, proyectado por Diotisalvi y comenzado en 1153, es el más grande de Italia con forma de circunferencia 

Mala cimentación

En cuanto a la fascinante torre inclinada tiene una altura de 55 metros, pesa 14.700 toneladas y tiene 300 escalones (que, por descontado, subimos).

Según algunos historiadores, el arquitecto de la torre fue Bonanno Pisano, pero no es seguro que fuera él.

Lo que está claro es que poco después de comenzar su construcción se vio que los cimientos eran débiles para sostener el Campanario.

Así que, tras la finalización de los primeros tres pisos, la torre comenzó a inclinarse, por lo que su construcción se detuvo.

Cuatro pisos mas

Cien años más tarde, Giovanni di Simone, se arriesgó a concluir la construcción agregando cuatro pisos mas.

Para contrarrestar su inclinación, los pisos superiores tienden a “enderezarse” hacia la vertical (fueron construidos con un lado más alto que otro), por lo que la torre es en realidad curva, como un plátano.

Después de distintos intentos para detener la curvatura y de estar cerrada al público, en 2001 se logró reducir la pendiente de 40 cm y parece que la solución fue extraer parte del subsuelo del lado norte (el contrario a la inclinación).

En todo caso, fueron necesarios 200 años y tres etapas para construir sus ocho niveles y se inauguró, por fin, en el siglo XIV. 

Más Pistas

Lo que las guías no dicen

La entrada a la Torre de pisa es ‘carilla’, pero merece la pena. El Duomo es gratis, así que no vale la pena coger la entrada combinada.

No dejan entrar con bolsas, así que tendrás que ir al guardarropa 10 min. antes de tu hora de subida a la torre y suele haber cola.

Te recomendamos una visita a Certaldo, pueblo ‘de cuento’ cercano San Miniato, y así echas el día completo.

Lo que no te puedes perder

El Duomo y la subida a la torre inclinada. Vistas espectaculares, casi tanto como las fotos que se hacen desde donde se ponen los puestos ambulantes, no tiene pérdida.

Certaldo

Las fotos sujetando la torre, típicas y tópicas…pero inevitables. Tocar el lagarto que hay en los bajorelieves del Duomo dicen que da suerte.

Comer

Una de nuestras recomendaciones es que te acerques hasta San Miniato, a la Osteria L’Upupa.

Se trata de un negocio familiar en el que se sirve una extraordianria comida casera basado en la trufa negra (tartufo nero) que aquí alcanza categoría especial.

Si los tienen en carta (o fuera de ella) os recomendamos probar los tagliolini al tartufo nero, o una tagliata di manzo al tartufo.

En Pisa capital tienes otras opciones (no tan auténticas) como Squisitia (vías filippo Mazzei 2) o la Osteria dei Cavalieri (en la zona universitaria).

Por cierto, en Italia y Toscana está mal visto tomar café late (con leche), late maquiato o capuccino después de las 12 del mediodía.

Así que prohibida la leche (la buena y la mala) hay que darle cancha al espresso, como Georges Clooney, de un sorbo. ¿What else?. Buenísimo.



*** Lucca, la ciudad de las cien torres

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