No hay nada más placentero que comer bien y con unas vistas excepcionales. como ocurre en el restaurante El Picachuelo, frente al embalse del Atazar, en la provincia de Madrid.
Este es el lugar es idóneo para pasear y comer o para comer y pasear, según el gusto de cada uno.
Personalmente, nosotros preferimos pasear primero, por aquello de que subir cuestas con «la tripa llena» no suele apetecer mucho. Pero para gustos…
Paseo por el embalse
El pantano es una maravilla. A solo 65 km. de Madrid, hay muchos vergeles y este es uno de ellos.
Asombroso, quien lo camina por primera vez se queda con la boca abierta. Una ruta circular (la senda del Genaro) bordea el pantano que llega hasta la presa del Villar y por el que navegan veleros, tablas de wind-surf, paddel-surf y hasta piragüas.
En verano las tablas y las piragüas se pueden alquilar y son una gozada si eres aficionado/a al agua y la naturaleza más relajante.
Cómo llegar
Desde Madrid se accede por la carretera de Burgos, NI, hasta el kilómetro 60 más o menos. La salida es dirección al pueblo de El Berrueco.
Una vez allí se atraviesa el pueblo y se siguen las indicaciones al camping. Tomaremos este desvío y después de unos 100 m. aparece el inmenso parking donde está ubicado El Picachuelo.
Un restaurante pensado también para parejas con o sin niños, y que, según la temporada, suele poner un castillo hinchable para disfrute de los más pequeños, además de disponer de un mini parque infantil con columpios.
Desde la terraza del restaurante parte un camino que baja hasta el pantano (a izquierda y derecha) desde donde iniciar la ruta, si es que te apetece un agradable paseiío.
Esta es la única zona «difícil», porque el resto de los caminos que bordean el pantano hasta la presa son llanos.
Restaurante
Claro que lo de caminar es solo una opción (para nosotros perfecta), pero también puedes desplazarte hasta allí sólo para comer.
Ya en el Picachuelo, José Domínguez, y su personal te atenderán para hacerte sentir el «rey o la reina de la fiesta».
El Picachuelo, no es un restaurante gourmet, ni lo pretende, pero tiene lo que debe tener un «establecimiento de la sierra», aunque con cierto refinamiento: buena comida en un local agradable y acogedor.
Felicidad ante todo
La filosofía de su propietario, José Domínguez es bien sencilla: “que los clientes coman bien y se vayan felices“.
Y vaya que si se van contentos. Entre otras cosas, porque la relación calidad-precio es muy buena.
No se puede hablar de que tengan especialidades, propiamente dichas, pero nosotros destacaríamos, aparte del arroz con bogavante (al precio razonable de 20 €), los pimientos asados con bonito (12€) el cabrito asado (21 €).
Tambien, como no, las setas rebozadas (14€), el revuelto de morcilla con pimientos de piquillo y piñones (15€) y la ternera gallega.(15 € el entrecot).
Entre los postres caseros, destacan las filloas de crema y la tarta de Santiago (5.50€), las natillas caseras y el arroz con leche (4 €).
Luego está el especial de la casa que lleva una filloa, tarta…un poco de todo. (6,50 €). También hay gran variedad de helados y tartas heladas (5€). La mejor, sin duda, la tarta al whisky.
Vinos
La carta de vinos tampoco está mal y cuenta con unos precios moderados, lo que facilita enormemente decidirse por un Rioja (como un Viña Tondonia o Pomal) o Ribera de Duero (como Protos).
Asimismo, cuenta con vinos de Madrid y, por supuesto, con blancos gallegos tierra natal del propietario.
Trinomio perfecto
Buena comida, buen trato y buenas vistas son el trinomio perfecto para decidirse por esta propuesta.
Domínguez se empeña en satisfacer a sus clientes uno por uno, con lo cuál la conversación y el trato amable y profesional están asegurados.
Por si eso no fuera suficiente, las vistas del restaurante al pantano del Atazar, uno de los que abastecen de agua a Madrid, son impresionantes; tanto, que sólo por eso ya merece la pena acercarse hasta allí.
Eso sí, ya advierto que cuando uno va por primera vez, siempre repite. Por algo será.
El menú
- Setas rebozadas con ali oli
- Pimientos asados al horno de leña con bonito en aceite de oliva
- Paletilla de cabrito al horno con patatas al horno
- Entrecot de ternera gallega
- Filloas con crema
- Tarta al whisky y tarta de Santiago
- Vino: Protos. Tinto Crianza