Praga: «Bohemia en la piel»

Praga es el escenario más romántico y probablemente la ciudad centroeuropea más bonita que se puede visitar: es como llevar Bohemia en la piel.

Abarcable y paseable, sobre todo su zona monumental, la capital checa tiene en el Castillo, en el Puente de Carlos y en su plaza del Ayuntamiento, los puntos fuertes de su atractivo, aunque no son los únicos.

Praga se puede ver en cinco días, pero para conocerla a fondo hay que quedarse más tiempo o repetir visita, que tampoco es mala idea.

El Escenario perfecto

Si la plaza de San Marcos de Venecia fue definida por el mismísimo Napoleón como el salon de Europa, Roma es Eterna y Viena es el palacio del Continente, Praga es el escenario perfecto para la apuesta más romántica.

Y es que Praga es de película. Un cuento de hadas. Allí se rodaron algunos planos de la película Misión Imposible, pero lo que es una misión difícil es estar allí y no enamorarse para siempre.

Pero, hacednos caso: solo necesitas pasear y pasear por sus calles sin rumbo, sin intenciones…y ella sola te atrapa.

El puente de Carlos con el Castillo, arriba, a la derecha

Vida y gente

Los praguenses no son muy simpáticos y, aunque viven de los turistas, parece como si éstos les molestaran.

Para quienes no quieran pensar mucho, os propongo subir hasta el castillo -zona de Hradkany– en bus o en metro y después de visitarlo (está en la parte alta de la ciudad) ir descendiendo poco a poco hasta el centro de la ciudad.

Catedral dentro del castillo

Qué ver

El Castillo y Kafka

Antes de iniciar el descenso hay que visitar, en el mismo castillo, el Callejón del Oro.

Allí está la casa de fachada azul donde vivió Franz Kafka autor, entre otros de el Proceso y la Metamorfósis, en la que creó a su famoso personaje Gregorio Samsa.

Kafka fue uno de los autores afines a las vanguardias de principios de siglo y es toda una institución en la capital checa.

Callejón del Oro donde vivió Kafka

Karlova Most

Tras ver el castillo, te recomendamos que bajes por las escaleras hasta llegar a una plaza previa al puente del emperador Carlos.

Karlova Most (Most es puente en checo) es una de las decenas de puentes que cruzan el rio Moldava o Vltava por diversos lugares.

Hay tantos que podría hacerse un reportaje fotográfico sólo de ellos.

Allí, en esa plazuela que os comento y donde paran varios tranvías se encuentra uno de nuestros restaurantes preferidos.

Se llama U Schnellu y queda cerca de una de las cervecerías más antiguas de la ciudad. (c/ Tomasska 2).

Allí se pueden degustar a buen precio algunos de los platos típicos checos -ya os digo que la gastronomía no es muy variada- como el goulash, pero sobre todo el ceska naradni -guiso a base de cerdo o buey- y el kneddliki.

Otra vista del Karlowa Most

Stare Mesto

Siguiendo hacia el centro de la Ciudad de las Cien Torres o Dorada, como también se la llama, hay que llegar hasta el citado puente de Carlos para admirar sus vendedores callejeros y sus músicos, aparte de sus 30 estatuas.

El puente mide 500 metros y comunica con Stare Mesto -la ciudad vieja- a través de la calle Karlova, !qué casualidad! ¿eh?

Esta estrecha calle nos llevará serpenteando hasta la impresionante plaza del Ayuntamiento y, un poco a la derecha, hasta el famoso reloj astronómico que data de 1490 cuando el maestro Hanus lo diseñó.

Plaza del Ayuntamiento de Praga

Reloj astronómico

Dice la leyenda que, tras su diseño, cegaron al maestro Hanus para que no se pudiera construir otro. El reloj, precioso, tiene tres partes diferenciadas.

En la superior salen a bailar cada cierto tiempo unas figuras (en la oficina de info te dirán cuando y en la propia calle hay carteles que lo indican).

La que está al lado es la iglesia de Tyn, pero lo más gracioso son las figuras animadas del tramo superior del reloj con las imágenes de el Turco, la Avaricia, La Vanidad y la Muerte.

Reloj astronómico de Praga

Nove Mesto

La ciudad moderna, o Nove Mesto, está presidida por la plaza de Wenceslao, que no vale mucho, pero hay que verla con la imponente biblioteca nacional al fondo.

Aunque Praga es bastante seguro, hay que tener cuidado en esta plaza y en la del Ayuntamiento con los cacos dispuestos a birlarte la cartera.

Barrio judío

Otras visitas de interés son el barrio judio, zona de Josefov, con sus sinagogas y cementerios y, sobre todo la iglesia de Loreto, la Opera y el Monte Petrin.

Aquí no va casi nadie, pero aparte de las vistas espectaculares de Praga se sube en un funicular.

En el monte, hay una torre de 60 metros similar a la de Eiffel y un curioso laberinto de espejos.

Debajo del puente de Carlos está la Isla Kampa y su Molino, en el centro de Mala Strana el jardin barroco de Vutba.

Torre de la pólvora

Esto solo son algunas indicaciones porque en los aledaños del Ayuntamiento y en la ribera del rio hay monumentos y casas preciosistas para dar y tomar,

Una de ellas es la famosa torre de la Pólvora y las casas-tartas que la escoltan. Es precioso.

Torre de la pólvora

Mas pistas

Lo que las guías no dicen

Todo los comercios que están cerca de la plaza del Ayuntamiento son carísimos y timan a los turistas.

También hay que tener cuidado con los taxis. Hay que pactar el precio porque si no corremos el riesgo de que nos den un buen palo.

El metro es un buen modo de viajar, pero hay pocas líneas que no llegan a todos lados.

Para ahorrar en transporte mejor comprar una tarjeta de 3 días y las entradas de los espectáculos, mejor on line, si se puede, claro.

Torre con el reloj astronómico

Lo que no te puedes perder

Aparte de los monumentos citados, no te puedes perder una visita a la cervecería U Fleku y/o U Kalicha.

La primera es inmensa y la más vieja de Praga. Es medieval, tiene mesas de madera colectivas y uno puede hacer amistad alredor de una buena jarra de Pivo (cerveza) negra de medio litro.

Parece que no pega, pero, ¡cuidado¡ que se sube a la cabeza. Eso sí, es riquísima y el lugar encantador. En verano hay orquesta.

U Kalicha, más pequeña, pero coqueta, allí se escribió la historia del famoso soldado Sweig.

Otra cosa que, por turística que sea, no hay que perderse es asistir a una función del famoso teatro negro.

En Ta Fantastika, en Karlova 8, está uno de los más famosos.

Reloj y ayuntamiento de noche

Comer

Y no se puede terminar, sin referirnos siquiera al producto nacional checo: la cerveza, y a que comer, con el cambio a euros, es bastante barato.

En cuanto a la cerveza, además de ser la mejor del mundo, allí se inventó el sistema Pilsen y los campos están llenos de un lúpulo gigantesco.

Sus principales marcas son la Urquell, Budweiser y Gambrinus pero muchas cervecerías fabrican la suya propia.

En cuanto a los hoteles te recomendamos que lo busques por el centro (como el Intercontinental), porque, de lo contrario, llegar hasta la parte vieja de la ciudad puede ser un suplicio.

Y para comer, y aparte de las tres cervecerías citadas, los mejores restaurantes con una calidad precio aceptable son Divinis (de 885 CZK A 1.125 CZK) ; Sansho de cocina asiática (510 a 1100 CZK); Eska (de 545 a 995 CZK) y Na Kopci (de 695 a 835 CZK).

Sala del restaurante Field con una estrella Michelin

Luego también tienes los estrella Michelin La Degustacion Boheme y Field (1160 CSK unos 50 €). Hay que tener en cuenta que 1 euro equivale a 36,800 koronas checas aproximadamente.

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