En el parque Natural de la Tovara, en el oeste de México, conviven no solo cocodrilos y jaguares, sino unos curiosos palafitos que nos recuerdan al descubrimiento de América.
Y el visionado de los mismos es hoy más pertinente que nunca, ya que esta noche ponen en RTVE el último capítulo de la serie «Inés del alma mía».
Basada en la novela homónima de la escritora chilena Isabel Allende, cuenta un pasaje del Descubrimiento en tierras chilenas.
Para quien no la siga, en la serie y en la novela se narra la vida de la cofundadora de Santiago de Chile, la palentina Inés Suárez, que en el siglo XVI se marchó a las américas en busca de su marido y de la libertad.
En la novela de Allende se equilibra, en cierto modo, la crueldad de los conquistadores y la de los conquistados -los mapuches- en pos de hacerse con el territorio.
Sin embargo, en la serie de tv se da mandanga, y de la buena, (que diría el personaje de Amador, en Aquí no hay quien viva) a los conquistadores españoles.
Principalmente a Pedro de Valdivia, conquistador absoluto del territorio, ex-aequo con Inés, y a la sazón amor y amante de esta mujer tan emblemática.
Otras pandemias
Y no decimos nosotros que la conquista no generara comportamientos crueles e inaceptables en el siglo XXI (que no en el siglo XVI) de los españoles.
Pero tampoco es menos cierto que la serie pasa de puntillas por encima de esta historia y del necesario mestizaje.
Por otro lado, tampoco se hace referencia a que la «mayor masacre» de la conquista y número de bajas de los indios tuvieron que ver con las infecciones que llevó hasta allí la población civil española, en sucesivas oleadas, y no sus espadas.
En fin, que sea como fuere, las construcciones de la Tovara muestran las duras condiciones en las que vivían los españoles que llegaron para conquistar el Nuevo Mundo.
San Blas
El parque natural de la Tovara, está situado muy cerca de San Blas, ciudad y muelle que se hicieron famosos gracias a una canción del grupo Maná.
Y es que nos encontramos ante una de las joyas del Estado de Nayarit, el mismo donde conviven los Huicholes y los millonarios de Punta Mita.
Situado al norte del Estado, es un manantial que da origen a un estanque natural de agua dulce en medio de un estero (pantano) en la base de una serranía.
El área es muy extensa y está llena de canales que discurren entre la jungla y desembocan en la bahía de Matanchén, en el océano Pacífico.
La vegetación es frondosa y llena de plantas tropicales entre las que destacan los helechos gigantes y los manglares.
También goza de una fauna diversa que incluye cocodrilos, tortugas, jaguares, ocelotes, armadillos, y una gran variedad de aves y peces.
El recorrido
El recorrido por los canales del manglar se inicia en San Blas o en el mismo manglar (nosotros recomendamos éste último porque es mucho más corto).
Allí tomareis una lancha en la que os aconsejamos que lleveis las manos dentro del bote por si acaso a un cocodrilo le da por saludarnos efusivamente.
Porque haberlos, haílos, aunque la mayoría de los que se ven son de pequeño tamaño (al menos los que se dejan fotografiar por los turistas), y no dan sensación de peligro (aunque lo tienen).
Paseos largos y cortos
El paseo depende del paquete que uno contrate (con o sin entrada al cocodrilario), pero en general dura entre una y tres horas .
El recorrido se inicia al pasar por unos espectaculares túneles naturales, formados por las raíces de las plantas.
Plantas que buscan con desesperación llegar al agua de los canales desde lo alto de las copas de los árboles.
Su intención es nutrirse y afianzarse en el fondo fangoso de los canales.
Estas raíces son recortadas por los lugareños con regularidad, para hacer transitables los canales durante todo el año.
La bifurcación
Aproximadamente a la altura del kilómetro 5 del recorrido, se llega a una bifurcación en forma de «Y», que marca el camino a los diferentes destinos.
Uno nos llevará en dirección al cocodrilario: una especie de minizoo de cocodrilos donde éstos pasan las horas dormitando o rebozándose en el barro.
En el mismo lugar, separados de los cocodrilos, claro está, hay cervatillos, guacamayos, mapaches y coatíes.
Cocodrilario
El cocodrilo más grande de esta reserva tiene casi 40 años, mide 4 metros y su nombre es «domingo».
Le pusieron ese nombre para que cada fin de semana pudiera festejar su santo.
Otro de los atractivos, por supuesto, es visitar el set ‘natural’ donde se filmó la película «Cabeza de Vaca» (ya os decíamos que era de película).
Se trata de una suerte de palafitos y cabañas sobre el agua que nos trasladan al siglo XVI.
La historia
La documentos históricos revelan que tras la llegada de los primeros españoles al lugar, convivían en la región con diversas tribus de origen Náhuatl.
Entre los años 1529 y 1531 la región nayarita fue conquistada por Don Nuño de Guzmán, rival de Henán Cortés, a quién también se le atribuye la fundación del puerto de San Blas.
Blas de Mendoza
Y es que se dice que San Blas fue bautizado con ese nombre en honor de un monje, Blas de Mendoza.
En la época de la conquista fue el más importante puerto español ubicado al norte del Océano Pacífico, que servía de escala para los buques que iban a California y a Filipinas.
De hecho, Fray Junípero Serra, que falleció en Monterrey y se convirtió en el fundador de las famosas Misiones de California. (nueve, en total), tuvo aquí su «base»,
De esa época datan los restos de algunas construcciones como el edificio de «La Contaduría» y la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, llamada «La Marinera».
El puerto
San Blas también fue el puerto histórico que vio partir a soldados y marinos hacia mas allá de la Alta California para defender las posesiones españolas.
El objetivo era defenderlas de los navegantes y exploradores rusos que deseaban establecer una colonia en América.
Ahora es una ciudad con encanto, pero un poco dejada de la mano de los gobernantes, porque hay zonas que necesitan urgente rehabilitación.
Rehabilitación que parece sufre retrasos por la rivalidad geopolítica existente con la capital, Tepic.
Más pistas
Lo que las guías no dicen
Según la época del año, San Blas (y la Tovara) están llenos de mosquitos, por eso las paredes de las casas y hoteles están pobladas por el insecticida más poderoso: las lagartijas.
Así que no es extraño que en plena noche las veas entrar en tu habitación por el resquicio de una ventana.
Pero no te preocupes porque son inofensivas para los humanos, aunque letales para los insectos porque constituyen su dieta básica.
Por eso, para atravesar los humedales de la Tovara, es conveniente untarse de loción antimosquitos, así como utilizar una protector contra el sol.
Y es que en medio de tanta vegetación y manglares, es lo que prodece.
Además, te recomendamos que le des alguna propina al barquero que te llevará en la lancha, el la espera, y normalmente son gente humilde que lo necesita para atender a sus familias.
Lo que no te puedes perder
No debes perderte el set donde se rodó la película Cabeza de Vaca, ni tampoco el cocodrilario.
En el cocodrilario podrás calibrar por tí mismo lo que mide y pesa uno de estos ancestrales bicharracos y el tamaño de sus dientes.
También verás que pasan la mayor parte del día sesteando, pero es curioso verles rebozarse en el lodazal.
Comer y dormir
La Tovara tiene un pequeño restaurante que ofrece los platillos típicos de la gastronomía local que incluye el pescado zarandeado y tatemado.
Pero si lo que quieres es comer bien y pernoctar en un lugar entrañable, deberías optar por alojarte en el Hotel Garza Canela, regentado por la chef Betty Vázquez.
Desde luego es lo mejor de San Blas y uno de los mejores restaurantes de todo el Pacífico mexicano para saborear la gastronomía local hecha con destreza y cariño..
De hecho, lo más probable es que si estuviera en otro lugar, fuera considerado como un templo para gourmets.
Aún así, la valía de Betty Vázquez le ha llevado a formar parte del jurado de Master Chef México desde su primera edición.
Ahora, además, Vázquez ha iniciado una nueva aventura creando una línea de mermeladas con recetas que emulan la cocina de la abuela.
El Delfín
Entre los platos que se sirven en el bar restaurante El Delfín las estrellas son los ceviches como el que lleva mayonesa de chile güero y cilantro.
Otro plato digno de elogio es el aguachile de camarón con chile serrano tatemado y los Pulpos con naranja, manzana, jengibre y albahaca.
Estos platos tienen un precio de entre 179 pesos y 219 pesos, algo así como 9 y 13 euros.
En fin, que la Tovara es un lugar maravilloso para ver de cerca el territorio en el que se movían los conquistadores españoles en el siglo XVI.
Mientras que San Blas representa la oportunidad de acercaros a un pueblo hermano con una cultura y forma de vida que merece la pena conocer.
Genial. Muchas gracias por hacernos vivir la experiencia. Y si viajo será ideal llevarme este post en el bolsillo.
Gracias
Es lo que intentamos siempre: que quienes nos leen vivan la experiencia como si estuvieran con nosotros. Muchas gracias, Alejandra, por tu comentario