El restaurante Falling Leaves es una de las nuevas aperturas de Madrid y no le faltan argumentos.
El más contundente de ellos es un reto, ya que este local se halla en el piso superior de uno de los bingos más famosos de Madrid: el bingo Roma.
Pero también cuenta con el aliciente de que todos los jueves, viernes y sábado celebran sus «dinner show» con espectáculo incluido.
Incluso hay clientes que cenan, ven el espectáculo y juegan al bingo con sus tablets colocadas encima de la mesa (aunque a los no jugadores nos parezca un despropósito).
Apuesta arriesgada
Por eso se trata de una apuesta arriesgada que cuenta con ventajas e inconvenientes ya que, sin duda, para el «cliente aficionado a la gastronomía» cruzar el umbral de un bingo para llegar al restaurante le planteará dudas.
Será la lucha del ser o no ser; de entrar o no a un local donde hay gente -sobre todo de edad avanzada- que vive (literalmente) pegada a las maquinas tragaperras y al bingo.
Por eso, lo ideal sería que la propiedad separara la entrada del restaurante y la del bingo cosa que parece imposible (al menos por ahora) y así se evitaría que para acceder al restaurante te pidan el carné de identidad.
No es una broma. Te piden el carné porque al ser un local donde se juega el acceso está prohibido a menores de 18 años.
Por esta misma razón Falling Leaves es un restaurante only adults.
Ese es el reto a superar por los propietarios: idear una fórmula que permita al restaurante «independizarse» del juego.
Cocina honesta
Lo que ocurre, después de superar esta barrera psicológica, es que entras en Falling Leaves y es como acceder a otro mundo.
Una cuidada y moderna decoración, sin agobios (bueno la calefacción está un poco alta), mesas separadas, un escenario, una pantalla gigante sobre una chimenea ficticia…
Como se ve, todo distinto, todo curioso y tremendamente atractivo para pasar una velada estupenda.
Pero con todo y con eso, lo que mas sorprende no es el decorado sino la carta diseñada por el chef Juan Luis Dastis, con una relación calidad/precio muy atractiva.
Así que si tenías el pensamiento de que en un local, con las características señaladas, no se podía comer bien ésta sensación se viene abajo a las primeras de cambio.
Por ejemplo, cuando pruebas, su ensaladilla rusa de langostinos y gambas cristal (12€).
Impresionante, suave, perfecta, con la patata desmenuzada y el aliciente de las gambas cristal…hacía mucho que no probábamos una tan buena.
Todo rico
Después de este inicio deslumbrante, lo cierto es que lo que llega a continuación no desentona en absoluto.
En nuestro caso, probamos unos excelsos huevos rotos con tartar de atún rojo balfegó (16€).
Un plato sencillo y eficaz que no defrauda al comensal y le da idea de que el producto aquí es muy importante.
De hecho, tanto Juan Luis Dastis como su «segundo de cocina», Jorge Martín, parecen dispuestos a descubrir nuevos sabores que aportar a sus platos de cocina mediterránea.
Eso ocurre con las alcachofas a la brasa con yema de huevo (de codorniz), ajo negro, Idiazabal y polvo de jamón.
Unas alcachofas ricas a las que solo le ponemos una anotación al margen, y es que hay deberían retirar una mayor cantidad de hojas exteriores para que no queden duras.
Más entrantes
Otro de los entrantes de categoría es el Steak tartar con crujiente de tupinambo. Fantástico, de nuevo, y volviendo a la senda del notable muy alto.
En esta parte de la carta también puedes elegir, por ejemplo, los puerros asados en el horno de leña, romesco y jugo de jamón ibérico (8€) o la mozzarella templada en horno de leña sobre pan de pita, jamón ibérico, rúcula y aceite de trufa (12€).
También dispones de otros entrantes como los torreznos de Soria, tablas de queso, jamón, y distintas ensaladas.
Horno y parrilla
Luego, aparte de los platos de cuchara y los guisos, hay dos lugares donde carnes y pescados sufren su adecuada transformación: el horno de leña y la parrilla.
De ésta última puedes elegir desde una chuleta de vaca madurada, al solomillo o la presa ibérica, pasando por pescados como la lubina, el rodaballo o la merluza.
Nuestra elección fue el lomo bajo de vaca madurado (22€) que estaba suave y con ese sabor peculiar de la maduración.
En su punto justo y tal vez necesitado de un poco mas de sal, pero muy rico.
Para no dejar nada fuera de contexto, había que probar algo cocinado en el horno de leña y el cochinillo asado con cremoso de zanahoria y jengibre fue el elegido, aunque también había paletilla de cordero y distintos arroces.
El cochinillo es de diez, como la ensaladilla, con su piel suflada y crujiente y un puré de zanahoria que ayuda a desengrasar.
Postre
En cuanto a los postres, todos son mas que apetecibles y están a la altura de las circunstancias de esa nota de notable alto de toda la comida.
Aquí puedes encontrar la torrija caramelizada con helado de turrón (5€), que siempre es un éxito y el coulant de Nutella (6€) con un sorprendente helado de galleta María.
Ambos riquísimos y en su punto justo, como mandan los cánones.
Otros postres son el flan de chocolate blanco, la tarta de queso Idiazábal y los crepes de Nutella.
En cuanto al vino, la carta es la justa, con distintos precios y calidades y con referencias de autor/a raras, pero resultonas, bien elegidas por la asesora y sumiller Erika Varela.
Dinner shows
Aparte de su carta y un menú ejecutivo (por 14€), ya apuntamos que lo más diferenciador de Falling Leaves (traducido algo así como hojas de otoño o caída de hojas), son sus dinner shows o cenas con espectáculo todos los jueves, viernes y sábados.
En ellos, van rotando espectáculos de flamenco, jazz y soul pop, de los que disfrutas mientras cenas en una sala, en la que el maitre, Javier Martín, destila simpatía y entusiasmo.
Nosotros coincidimos con el espectáculo flamenco de la bailaora Raquel Valencia, con Paco Oliva al cante, Reza (el persa) a la guitarra y Joaquín Cimarro, como bailaor invitado.
También disponen de un menú para el próximo día de Navidad (comida) por 50 € y otro de nochevieja con música, baile… por 189€.
Falling leaves, abrió sus puertas el pasado 9 de octubre y tiene como objetivo fijar un ticket medio de 35/40€ por comensal
Próximos show dinners
- Hoy: Candelaria de la Serena: voz. Tatiana Studyonova: piano
- Viernes 16. Susana Ruiz. Jazz/soul. Jacob Sureda: piano. Jose Vera: bajo
- Sábado 17. El show del señor Síncopa. Rodrigo Cobos: piano y clarinete. Luis Guillermo Díaz: guitarra. Silvia García: acordeón
Por eso y como conclusión podríamos decir que Falling leaves, es un nuevo concepto jamás visto en Madrid, donde se ha situado a la gastronomía como ingrediente principal, pero sin olvidar el espectáculo e incluso el juego.
Así que no lo pienses. Si quieres cenar bien, a un precio ajustado, en un local agradable y con una cocina notable, Falling Leaves es el lugar.
Eso sí, tendrás que preparar tu mente para asumir sin complejos que entrarás por el mismo lugar que se accede al bingo.
Nuestro menú
- Ensaladilla rusa de langostinos y gambas cristal
- Huevos rotos con tartar de atún rojo balfegó
- Alcachofas a la brasa con yema de huevo, ajo negro, Idiazabal y polvo de jamón
- Steak tartar con tupinambo
- Lomo bajo de vaca madurado
- Cochinillo asado con cremoso de zanahoria y jengibre
- Torrija caramelizada con helado de turrón
- Coulant de Nutella con helado de galleta María
- Vino de autora. Blancayllé 2018 (100% Tempranillo)
pinta muy bueno todo me apunto para visitarlo .
Muchas por tu comentario, Juan Carlos.