El inútil cambio de hora que no beneficia al clima

El próximo fin de semana los relojes se atrasarán una hora para adaptarnos al llamado horario de invierno.

Una costumbre que nació en el año 1974 coincidiendo con la crisis del petróleo que afectaba a gran parte de los países industrializados. Con ello, se intentaba paliar la crisis energética.

Años más tarde, la UE implantó el horario de verano e invierno en todos los países. Sin embargo, ninguno de los innumerables estudios realizados al respecto han demostrado que este ahorro sea real.

Cosa distinta a lo que ocurre con la salud humana y hasta con los animales que sí se ven afectados durante este cambio horario.

La cronobiología estudia el comportamiento de los seres vivos y de cómo reaccionamos ante señales externas, principalmente a los cambios de luz y oscuridad. Y ha demostrado que los ritmos circadianos (que regulan las horas del día y la noche) se ven afectados cuando nos obligan a cambiar artificialmente del horario de invierno al de verano, y viceversa, todos los meses de marzo y octubre.

(Extracto del libro científico que sobre el tema dirigieron los profesores Juan Tamargo y Juan M. Barberá, autor de este reportaje).

Y está por ver si estos cambios de huso (horario), dos veces al año, perjudican al clima en un momento en el que la necesidad de mayor de energía conduce a más contaminación.

De manera que cabe la posibilidad de que, trastocando artificialmente los husos horarios, estemos produciendo alguna anomalía más en un planeta ya, de por sí, herido.

Incluso en el mejor de los casos, si no se produjesen ahorros de energía estimables, pero sí perjuicios eventuales para la salud: ¿qué necesidad hay de seguir cambiando la hora?

La contaminación atmosférica es un factor del calentamiento global

Polémicas

Pero en esta, como en otras cuestiones relacionadas con el cambio climático y sus consecuencias, entran en liza otros factores que es preciso valorar.

De hecho, la semana que ahora termina ha sido prolija en eventos en torno al clima o relacionadas con él.

La primera, el lunes 24, declarado oficialmente día contra el Cambio Climático. La segunda, más local, una reunión en la que se puso de relieve la apuesta de la hostelería española por la sostenibilidad del planeta.

La tercera, el cambio horario de la madrugada de este sábado al domingo y, la última, la 27 Conferencia Anual Mundial sobre el clima que se desarrollará en Egipto desde el próximo el 7 de noviembre.

¿Se están derritiendo los casquetes polares?

Intereses

Pero, como ya hemos advertido, el cambio climático no solo se enfrenta a la molicie y desidia de algunos gobiernos, empresas y ciudadanos, sino a los intereses económicos.

Y eso que, al menos en el mundo occidental o en los países desarrollados, la población cada vez está más concienciada de que el cambio climático pueden ser irreversible si no le ponemos freno de inmediato.

Las protestas en la calle claman por un cambio en nuestro modo de vida ya. Foto: Abigail Hedges

Esperanza

A pesar de esta emergencia, como reconoce Naciones Unidas, todavía tenemos una ventana de 8 años para conseguir que la temperatura global no suba más de 1,5º.

Porque si la COP27, que se va a celebrar en Egipto no lo remedia, el mundo se precipita hacia un peligroso aumento de la temperatura global de al menos 2,7°C en este siglo.

Y ese incremento, como advierten los científicos, podría suponer, entre otras cosas, un aumento del 62% de zonas calcinadas debido a incendios forestales en el hemisferio norte.

Además, se produciría la pérdida del hábitat de un tercio de los mamíferos del mundo y períodos de sequías más frecuentes, de entre cuatro y diez meses, entre otras catástrofes naturales.

La desaparición de la capa de ozono es una amenaza mas

Para Antonio Guterres, secretario general de la ONU, y para los cientos de científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, un escenario de calentamiento de 1,5°C es el «único futuro habitable para la humanidad».

Vamos, que el cambio climático ha pasado de ser un incómodo problema a una emergencia mundial que amenaza la vida del planeta en las próximas tres décadas.

El cambio climático y la deforestación ha pasado a ser una emergencia mundial

Sombras

Pero la verdad es que la reducción de las emisiones de contaminantes es una tarea gigantesca que sólo podremos llevar a cabo si los líderes que asistirán a la COP27 presentan planes realmente ambiciosos y con plazos concretos para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas.

Esta es la teoría, porque luego resulta que la política (léase economía) hace trampa, ya que muchos de los compromisos que se adquirieron en años pasados, han retrasado las medidas de acción más allá de 2030 o incluso 2050, lo que hace dudar de que estas promesas de cero emisiones puedan alcanzarse realmente.

Por ejemplo, en la Conferencia sobre cambio climático COP 26 celebrada en Glasgow no se consiguió ningún avance y por eso se espera con expectación lo que pueda ocurrir en la COP 27 que se celebra en Sahrm El Sheik, Egipto, en noviembre.

Carbón

Antes comentamos de pasada que, hoy por hoy, los intereses económicos están por encima la sostenibilidad.

El ejemplo de esto, es que los países que más contaminan como China, EEUU, India,.. no suelen firmar compromiso alguno para reducir su emisión de gases.

En segundo lugar, está el fariseísmo que se aplica a todos los niveles y que tiene que ver con la compra y venta de derechos de emisiones.

Una calle de Delhi, plagada de coches

Y es que, tras la conferencia de Kioto, en 1977, se creó un mercado de emisiones que permitía intercambiar los derechos generados entre países desarrollados y no desarrollados…que aún sigue siendo polémico y complejo de explicar y justificar.

Por si eso no fuera suficiente, la invasión rusa de Ucrania no solo nos ha metido en una crisis energética sin precedentes (aparte de otros riesgos), sino que ha hecho que algunos países vuelven a mirar hacia fuentes de energía, casi desaparecidas y mas contaminantes, como el carbón, para aliviar sus economías.

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Ajedrez

Lo que muestra este panorama es que estamos ante un problema muy, muy complejo, en el que todos los elementos están inter conexionados.

Por eso podríamos decir que se está jugando una partida de ajedrez que nadie va a ganar.

El momento actual demuestra que la escasez de energía hace que suban los precios de las materias primas y de los alimentos, con lo que la calidad de vida -y probablemente la salud- de la población se está resintiendo.

Y cuando las condiciones de vida son precarias, la supervivencia se pone por delante de cuestiones «superfluas» como preocuparse por el reciclaje o la contaminación que producimos individualmente.

De hecho, eso se ve en lugares como la India con mil millones de habitantes y con unos índices de contaminación atmosférica, de residuos que llegan a los ríos, al mar….inaceptables.

En la India hay gente que lucha por sobrevivir, asi que, ¿cómo les va a importar la contaminación del Planeta?

Hostelería

Por eso cualquier iniciativa que tenga que ver con el medio ambiente suma, y por eso, la plataforma de la hostelería (española) por el clima tiene mucho interés.

Esta plataforma es una iniciativa pionera en el mundo que permite a bares y restaurantes comprometidos con el medio ambiente reducir el impacto de su actividad mediante una disminución de sus emisiones contaminantes.

Hostelería #PorelClima, que es como se llama el proyecto, nació en 2017 de la mano de Ecodes y Coca Cola y cuenta con el apoyo de Hostelería de España.

La contaminación llega y afecta a todos los sectores productivos. Foto: George Bandy

Virtual

Como se dijo durante el evento celebrado recientemente en Madrid, es la primera iniciativa dirigida a impulsar la descarbonización del sector hostelero.

Pero aparte de ello, es una plataforma virtual que ayuda a los hosteleros a crear espacios más sostenibles y disminuir su huella de carbono que, por cierto, aún es muy alta.

De hecho, un 73% de los establecimientos españoles utilizan fuentes de energía de origen fósil.

José Ángel Ruipérez, presidente de ECODES (la secretaría técnica de la Comunidad #PorElClima), señaló que después de la conferencia de París se detectó que no era suficiente el esfuerzo de los estados y por eso involucraron a empresas privadas y organismos no estatales para sumarse al proyecto.

Ahora la idea que subyace es que cada organización se responsabilice de sus emisiones

Camarena, Yzuel, Gómez de Acebo, Rupérez y Rodrigo (sentados de izda a dcha.)

Realidad

Según el estudio realizado por Hostelería #por el Clima, las principales fuentes de emisión son el consumo eléctrico, el combustible fósil utilizado en cocinas y los gases refrigerantes.

Y ahora esta iniciativa se quiere internacionalizar y por eso durante el próximo COP 27 van a hacer un llamamiento al sector hostelero a nivel mundial para que se sumen a la lucha contra el cambio climático y apuesten por el objetivo de conseguir emisiones netas cero antes de 2050.

Contradicciones

Al acto también asistieron Carmen Gómez de Acebo, por parte de Coca Cola, José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España, la chef Begoña Rodrigo y el chef Ricard Camarena, ambos con una estrella Michelin verde y firmantes de la llamada declaración de Sharm El Sheik que se va a presentar en el COP27 en Egipto.

Como afirmó Begoña Rodrigo, del restaurante La Salita, «la pandemia nos ha venido bien para asustarnos y hacer que nos fijáramos en lo que estábamos haciendo mal».

«Tanto Ricard Camarena como yo», continuó, «hemos conseguido trasladar la sostenibilidad a las relaciones laborales, para que el personal trabaje 40 horas semanales y pueda conciliar».

José Luis Izuel, Begoña Rodrigo y Ricard Camarena, durante el coloquio

El siguiente paso, sostiene Rodrigo, es renovar nuestros modelos de negocio que en España están muy atrasados con respecto a otros países.

Para Camarena «ser más sostenible impacta positivamente sobre la cuenta de resultados. Son medidas que te van a hacer ahorrar».

la meteorología tiene cada vez más difícil las predicciones

Rodrigo y Camarena coincidieron en afirmar que también había que convencer a los empleados (para que influyeran en el público) de que debemos ser más sostenibles, porque, o «somos sostenibles, o no seremos».

Bonita frase, sin duda, que se vino abajo cuando gastronomoyviajero les preguntó si estaban de acuerdo en servir agua del grifo al comensal que lo solicitara. (versión más sostenible que servir agua embotellada y más si es en botella de plástico).

Y ambos se rebelaron ante esa medida, porque, dijeron, «empeoraba su cuenta de resultados, aunque admitieron que si alguien lo pedía se la daban».

Esto demuestra, una vez mas, que los intereses económicos muchas veces entran en colisión con la sostenibilidad.

Dicho de otro modo, estamos dispuestos a ser sostenibles siempre que no afecte a nuestro bolsillo.

Horas de luz

Tampoco quisieron contestar claramente, ni José Ángel Ruipérez, ni José Luis Yzuel, a otra pregunta de gastronomoyviajero, en el sentido de si ellos pensaban que el cambio de hora tenía algún sentido en estos momentos y si ello no perjudicaba a la hostelería.

Ruipérez contestó que no sabía, pero sí que recurrió a un argumento político para que sostener que España debería instalarse para siempre en el horario de invierno (el que viene).

Según él, este fue un invento de Franco para alinearse con Alemania, aunque a nosotros nos corresponde el horario de Gran Bretaña.

Pero al repreguntarle si no cree que el cambio al horario de invierno perjudica a la hostelería, en general, porque tenemos menos horas de luz y, por tanto, menos posibilidad de negocio en un sector, como el turismo, vital para España.

Ruipérez no contestó nada, pero sí Camarena que respondió que más horas de luz perjudicaría a las relaciones laborales de la jornada de 40 horas (respuesta que no entendimos).

Mientras, José Luis Yzuel, y ante nuestra insistencia en repreguntar, respondió finalmente que sí, «que él está a favor de que dejen el horario en el que haya más horas de luz».

Reflexiones

Si habéis llegado hasta aquí en la lectura, entenderéis que estamos muy atrasados si ahora acuñamos la frase «seremos sostenibles o no seremos», cuando Michael E. Porter, académico de Harvard, refiriéndose a las empresas la pronunció hace 14 años.

Aparte de eso, el tema plantea muchas preguntas y reflexiones, y se nos ocurren algunas que os planteamos a continuación.

Por ejemplo, dado que los intereses económicos, ya sean de gobiernos, empresas o particulares, se interponen en el logro de emisiones cero antes de 2030 o incluso 2050, ¿no sería mejor adaptarnos como especie?

Si citamos a Darwin y la evolución de las especies, a lo largo de la vida del planeta solo han sobrevivido quienes han sabido adaptarse a las circunstancias.

Se trata de poner en valor la famosa frase de que «no sobrevive el más fuerte, sino el que se sabe adaptar».

Las energías renovables, como la eólica, son la demostración de que hay otra forma de vivir

Dinosaurios

El ejemplo de la desaparición de los dinosaurios es clarificador: solo sobrevivieron los más ligeros, los que se adaptaron, y desarrollaron alas para desplazarse hasta lugares lejanos para buscar alimento.

Esa puede ser una lección de vida. Y por eso quizá, y decimos solo quizá, debamos adaptarnos a la subida de las temperaturas, a las largas épocas de sequía, al mayor número de catástrofes naturales, al padecimiento de enfermedades emergentes…

No decimos que no haya que seguir reciclando, ni cuidando el medio ambiente todo lo que podamos, por todos los medios que podamos y desde la individualidad de cada uno.

No solo por conciencia social responsable sino porque, al hacerlo, el cambio climático no será tan repentino y la humanidad podrá ir adaptándose a él.

Lo que planteamos, sin que eso signifique resignación, es si no sería mejor prepararnos y adaptarnos lo mejor posible al futuro.

Que hay que revisar nuestro modo de vida actual, incluido el capitalismo más o menos liberal, separando la sostenibilidad de los intereses económicos más salvajes, pues se revisa.

Que hay que vivir con menos lujos y necesidades fátuas, pues se hace, si con eso vamos a mejorar la salud del planeta.

Pero la pregunta es si la humanidad, en general, o tú, que has leído este reportaje, ¿estás dispuesta/o a hacerlo?

Sea así o no, lo que está claro es que, como decía la canción de un precioso anuncio publicitario, Debe haber otra forma de vivir.

2 comentarios en «El inútil cambio de hora que no beneficia al clima»

  1. Mi opinión, es que nos dejemos de cambios de hora y adaptemos el horario que se lleva en Portugal. Y hablar de medidas de cambio climático en el ámbito particular: casa, coche, etc…cuando a esas cumbres que nos quieren cambiar la vida, llegan aviones a reacción, con coches blindados de gasolina, tropecientos de sequito, mientras en China e India se pasan por el forro todo lo relativo al ecologismo…a mi que no me digan que cambie de coche o que me duche con agua fría.

    1. Gracias por tu comentario, Jorge. Obviamente, nosotros, y lo hemos manifestado en el reportaje, pensamos que el horario de verano es el que mejor se adapta a nuestra costumbres, más allá de meridianos y otras cuestiones políticas, porque creemos que si hay más luz, la hostelería y el turismo, que son nuestra principal fuente de ingresos, se verán favorecidas. Y, además, a más luz, menos depresiones y si no que se lo digan a los nórdicos que envían a sus trabajadores a España a que se hagan curas de sol. Y en cuanto a los de los aviones, sequitos, derechos de emisiones y demás…estamos de acuerdo contigo, pero pensamos que así y todo, desde nuestra pequeña individualidad somos los ciudadanos quienes debemos cuidar nuestro entorno mas cercano (barrio, ciudad o pueblo) y los que podemos presionar a empresas y gobiernos a para que contaminen menos o no contaminen nada.

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