Da Pode es un hotel restaurante situado a la entrada de San Gimignano, en el centro neurálgico de la Toscana.
Porque aunque Barga, Lucca y Pisa pertenecen a la Toscana, el verdadero y característico paisaje de esta región italiana empieza a vislumbrarse a partir de San Gimignano.
Y esto sucede, sobre todo, en la región de ‘La Crete’ (Creta), al sureste de Siena, en la carretera que va hacia San Quirico D’Orcia, con sus cipreses, sus casas de campo y sus ermitas.
Una vez allí, nada de conformaros con cualquier fast food del pueblo, no, hay que salir hasta Sovestro y recalar en Da Pode en este extraordinario lugar con vistas y cocina.
Lo mejor que puede decirse de Da Pode, regentado por Sergio Failli y su esposa, Lucía, que ejerce de chef, es que aquí se viene a comer bien y a disfrutar sin prisas.
Tanto es así que el propio Failli nos comenta que mucha gente reserva en el hotel Sovestro –también de su propiedad- que está junto al restaurante, para poder reservar mesa y comer en Da Pode.
Antigua alquería
El restaurante es una antigua alquería que conserva elementos arquitectónicos que nos retrotraen a la función rural de antaño.
La cocina es Toscana hasta la médula, no exenta de cierto refinamiento y de un servicio muy profesional. Un oasis frente a San Gimignano, podría definirse.
Bestiales los rotelle della factoria con albahaca y queso pecorino y, sobre todo, los Tortelloni di Pode, con crema de champiñones, jamón y espinacas, realmente sublimes.
La pasta, por supuesto, la hacen a mano (ovviamente e rigorosamente fatto in casa) y la dibujan a su antojo, por eso puede que encuentres en el plato sorpresas de forma y sabores desconocidos.
Mas de 30 años
Da Pode tiene casi 30 años de historia familiar, comenzando por Alfredo, el padre de Sergio, y las 20 personas que completan la plantilla. Tal vez por eso nunca cierra.
Entre sus segundos platos más celebrados está el Cortofiletto al Chianti con una riquísima salsa elaborada a partir de este vino (y potente) y zanahorias; una especie de San Jacobo de una sola cara en la que el vino aparece pareja de este baile gastronómico.
Tortelloni di Pode |
Curiosamente, esta podría la historia de un hotel pegado a un restaurante, porque fue éste, el primero en abrirse.
Tiene capacidad para 160 personas (80 en el interior y 80 en la terraza), pero sólo abren o una u
otra zona porque de lo contrario colapsarían la cocina y a la ‘pobre’ Lucía.
En la carta artesanal y sublime que propone la familia Failli también hay segundos platos fríos, muy propios de la época, como la ensalada de alcachofas con Parmigianino o el Carpaccio al tartufo.
Fornatina |
Entre los contorni o complementos (que en Italia siempre van aparte del plato) las patatas al horno están increíbles y también el Fiorentina alla Griglia (Vitello a la Fiorentina a la parrilla), es otra de las especialidades de la casa.
El postre lo podeis imaginar, dolci Della casa: il meraviglioso cioccolato representado por un volcán, coulant, o, más concretamente una Fornatina al chocolate con mousse de yogur, natillas y caramelo.
Antes de marcharos debéis pedir a Sergio que os indique desde donde se pueden hacer unas fotos maravillosas de San Gimignano y, después, para bajar la comida, lo lógico es hacer una excursión con parada y descanso al castillo de Monteriggioni.
Da Pode. località Sovestro 63 I . San Gimignano. Telf 0577943153. www.hotelsovestro.com/ www.dapode.com
Excursión al Castillo de Monteriggioni
El castillo de Monteriggioni fue construido de 1213 y ésta duró 6 años. Fue concebido por la República de Siena, para defenderse de Florencia, hoy y siempre rival y, en otra época, enemiga.
De hecho, la República de Siena compró las tierras de los nobles de Staggia y sobre el construyó el castillo.
Con un foso lleno de «Carbón» fue incendiado durante los asaltos de los sitiadores.
Dos puertas
Al castillo se accede por dos puertas, una mira hacia el este; a
Siena y se llama «romea o franca puerto»; la otras hacia Florencia, es conocida como «porta de San Giovanni o Fiorentina.»
Las paredes del castillo tienen 15 metros de altura y 2 metros de espesor y han sido testigos de numerosos asaltos, tretas, escaramuzas…siempre entre Siena y Florencia.
De modo que este castillo representa mejor que nadie una rivalidad que aún sigue entre sus dos zonas vinícolas; la de Chianti (más florentina) y la de Montalcino (más senese).
Rivalidad
Sin embargo, es probable que la gastronomía haya servido para unirlas para siempre bajo el paragüas de la Toscana en la que se apuesta por el producto fresco y de proximidad y en la que la pizza es un elaboración menor’ y en el que las sopas, como la ribollita, y la trufa alcanzan categoría ‘cum laude’
Volviendo a la tumultuosa historia de este castillo, decir que en 1544 los
florentinos conquistaron Monteriggioni con 2.000 soldados de infantería y 500 caballeros y cañones de artillería…
Hasta que llegaron los Medici y pusieron orden y concierto, comprando y vendiendo la propiedad a la familia Goliat, de Siena, que desde el siglo XVIII conserva partes de sus tierras intactas.
El Castillo cuenta con dos amplios parkings (de pago, como siempre), pero el mas cercano a la puerta de entrada es el que hay en la parte superior.
Así que subid hasta arriba con el coche para ahorraros la caminata…que si hace calor es un
calvario. La entrada es gratis (menos mal).
Después de esto -y si además has recorrido San Gimignano o Volterra, otro de los lugares míticos de la zona, lo lógico es alojarse en Siena.
Ufff, Il palio, las banderas, la ciudad medieval y las multas por mal aparcamiento. Pero eso es otra historia y será en otro capítulo de Toscana.