Alcalá del Júcar, el pueblo de la princesa Zulema

En 1982 Alcalá del Júcar fue declarado Conjunto Histórico-Artístico y además atesora curiosos premios como el propiciado por su iluminación artística, por detrás tan solo, de la Torre Eiffel y la Gran Mezquita de Estambul. ¡Casi nada!

Pero más allá de galardones, este pueblo manchego, del norte de Albacete para más señas, es el lugar perfecto para hacer una escapada de fin de semana o disfrutar de unas mini vacaciones como las de este puente.

Y es que está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España. Así es que si no sabías donde ir, ya lo sabes.


Situado en el norte de la provincia de Albacete, Alcalá del Júcar es una de las obras maestras en las que la naturaleza y el ser humano se han comprometieron para crear belleza.

No en vano, parte de su enorme encanto tiene que ver con las cuevas y otras construcciones que los lugareños han encaramado dentro de las paredes de roca caliza en las que está construido el pueblo.

Este hecho unido al castillo y su cercanía al río Júcar hace que su topónimo Alcalá (que viene del árabe al-qala’ a, osea, el castillo) del Júcar digan exactamente lo que es la base del pueblo.

Limpio como «una patena»

Un pueblo cuidado cuyas calles están repletas de visitantes cada fin de semana o cuando llega un puente como el que se aproxima.

Y es que cuando visitas un lugar y ves que los aparcamientos para los coches están asfaltados y acondicionados, los restaurantes y hoteles tienen un nivel más que notable y en el suelo se pueden comer sopas.

Por eso sabes que estás en un lugar donde sus habitantes conocen el paño y no dejan pasar ninguna oportunidad de seguir atrayendo turismo.

El pueblo en sí, es bonito lo mires por donde lo mires.

Y en lo alto, el castillo, que está situado literalmente sobre uno de los meandros del río Júcar que por estos lares serpentea y juega a desgastar las rocas que aceptan el reto paisajístico.

Por eso la carretera también es sinuosa, aunque menos de los que dice el Google maps, y no se hace demasiado pesada.

Qué ver

El Castillo

Se ve desde todos lados y a todos lados apunta por lo que es la edificación más importante de Alcalá del Júcar.

Subido en lo alto de la montaña cuenta con un impresionante torreón de defensa construido por los árabes entre los siglos XII y XIII.

Cuenta con una muralla en el exterior y su destino era ser infranqueable, pero Alfonso VIII de Castilla lo conquistó en 1213.

Sobre esta preciosa (y restaurada edificación) se cuentan dos leyendas que tienen que ver con la princesa Zulema.

El rapto

En una de ellas la princesa es cristiana y raptada por el moro Garadén que la lleva a su castillo para casarse con ella.

En la segunda es mora y escapa del castillo y Garadén, en este caso su padre, para huir con un caballero cristiano del que se había enamorado. Sea como fuere has de subir a verlo.

Cómo llegar. Siguiendo las indicaciones desde la base recorrerás un montón de callejuelas en zigzag para encontrar la taquilla de venta de entradas a la fortaleza.

Toda visitable, con exposición y unas vistas increíbles. Precio: 2 euros. Horario: Abierto de mayo a septiembre: de 11 a 14 y de 17 a 20 horas y desde octubre hasta abril: de 11 a 14 horas y de 15 a 18 horas.

Plaza de Toros

Justo al otro lado de donde se encuentra el castillo está la curiosa plaza de toros, de forma irregular (parece un estadio romano) que es una de las más antiguas de España.

Nadie sabe exactamente cuando se construyó, aunque parece que pudo edificarse a principios del siglo XX. Lo que si se sabe es que simultaneaba sus funciones como teatro y plaza de toros.

El ruedo mide 40 metros de diámetro y el aforo -el graderío está hecho sobre la roca caliza y los muros son de adobe- es de 2000 personas. Horario: Solo sábados de 13,30 a 14 h y de 18,30 a 19 h. Precio: 1,5 euros. Menores de 8 años, gratis.

Puentes

Puente Romano

Aunque se llama ‘romano’ por su apariencia, no lo es.en realidad. De piedra es, y bonito también lo es. Parece que data del siglo XIV, época en la que fue aduana fluvial, aunque el río Júcar ha obligado a restaurarlo en distintas ocasiones, la última en 1990.

Puente de madera

En realidad, el pueblo tiene tres puentes. El de mayor relevancia, dentro del pueblo, es el citado puente romano que atraviesa el río y comunica sus dos riberas (que a su vez parten el pueblo en dos mitades).

Pero el llamado de madera que se se aleja del centro del pueblo y discurre junto al río con pasarelas de madera, es lugar de relajo y descanso visual y espiritual.

Lo encontrarás justo al cruzar el puente romano en dirección al castillo y a la derecha.

Puente de Tolosa

El puente de Tolosa está a unos 5 km. del pueblo y cerca de la aldea de Tolosa (no confundir con la localidad navarra famosa por sus judías).

Es un lugar perfecto, como todos los parajes que rodean el pueblo, para hacer senderismo en un entorno espectacular y la única pedanía de Alcalá que está bañada por el río.

Cuevas

Aunque la más famosa es la cueva del diablo y del rey Garadén, también son visitables la cueva de Masagó y del Duende.

Nosotros recomendamos la del diablo porque comunica, por debajo de la roca, la zona interior del pueblo con los miradores del río.

Su propietario no es un demonio, aunque por los bigotes que luce, lo parece.

Se llama Juan José Martínez, es de Almansa, y un visionario que tras casarse con un ‘moza’ de Alcalá del Júcar, vio en las cuevas una oportunidad de negocio.

Torero, pintor, poeta, periodistas (al menos eso es lo que el dice cuando se le pregunta por su pasado)…el caso es que tiene las cuevas restauradas, adecentadas y como lugar para celebrar eventos.

Bonitas de verdad, hay que pagar para entrar, pero la entrada da derecho a consumición, a visitar el museo del diablo y a conocer a su personaje que está esperando a la puerta para saludar y fotografiarse con las visitas.

Es un crack y las cuevas y el museo merecen la pena de verdad. Por si fuera poco, desde la cueva del diablo se accede a la del rey Garadén a través de unos inquietantes pasillos. Espectacular todo.

Iglesia de San Andrés

Está junto al castillo y la distinguireis fácilmente por su preciosa cúpula de cerámica verde.

El templo es de crucero con la típica cruz latina y es más bonito por fuera (la cúpula) que por dentro. Está justo al lado del museo del Diablo.

Parajes Naturales

Uno de los alicientes de Alcalá del Júcar son sus paisajes, todos ellos impulsados por la existencia del Júcar que aquí lleva agua.

El tranco del lobo en el pueblo de Casas de Ves, y está ubicado entre su término y los de Villa de Ves y Alcalá del Júcar, y en el aparte de pesca y senderismo, se puede ir en bici o bañarse (en verano, claro).

El embalse del Molinar, está muy cerca del anterior, destaca por sus cañones y gargantas. Finalmente, la hoz del Júcar es la ‘joya de la corona’ paisajística.

Parece mentira que estemos en La Mancha. El río ha socavado los meandros a su gusto y adornado con una densa masa forestal sus riberas.

Parecido a las hoces del río Duratón (en Segovia), sus paredes rocosas son  lugar de anidamiento perfecto para multitud de aves rapaces como el águila real o el buitre leonado. Los más intrépidos hacen barranquismo en este lugar.

Más Pistas

Lo que las guías no dicen

Aunque en la oficina de turismo recomiendan llegar a la ermita de San Lorenzo, a 3 k. que los habitantes tienen en estima sentimental por ser el patrón, desde un punto de vista turístico es perfectamente prescindible.

En el pueblo hay una buena zona de aparcamiento, justo debajo del puente que comunica una especie de rambla o riera.

Hay que tener cuidado con el horario porque el domingo por la mañana hay mercadillo y no se puede aparcar.

Otro lugar donde se puede dejar el coche (aunque hay muchos hoteles que tienen aparcamiento), es a la salida del pueblo, a la izquierda, cerca del río.

Lo que no te puedes perder

Aparte de todo lo citado, te recomendamos que visites el cercano pueblo de Jorquera.

No porque el interior del mismo tenga nada especial, pero si para que lo contemples desde el mirador situado en la carretera que va hasta Albacete. No te arrepentirás.

Es una imagen espectacular del pueblo alzado sobre una loma y bordeado por el río, y se puede aparcar el coche con comodidad.

Si hace buen día, puedes tirarte allí un buen rato mirando y mirando sin parar. Tampoco debes perderte, en Alcalá, el castillo, la plaza de toros y la cueva del diablo y el rey Garadén.

Comer

Una de las características de Alcalá del Júcar es que tiene tantas visitas que muchas veces es complicado encontrar un lugar donde comer y dormir.

Pero, no hay que preocuparse porque las pedanías de los alrededores (como Jorquera o Tolosa, por poner dos ejemplos) se han puesto las pilas y han abierto tanto hoteles rurales como restaurantes para aprovechar el efecto arrastre de Alcalá.

La playa

Uno de estos hoteles y restaurantes es la Playa de Jorquera. Situado a las afueras del pueblo y en un paraje, junto al río, realmente increíble.

Cuenta incluso con una pequeña presa y embarcadero de piraguas, además de terraza sobre una pasarela.

Su joven chef, Javier Martínez, tiene ‘hambre’ lo que es muy bueno para seguir progresando en una cocina que huye de los menús del día.

Alli podrás probar una supermeritoria ensalada César con el pollo y la panceta recién hechos a la parrilla y el rey del mar (pata de pulpo con una parmentier).

Sin embargo, el capricho de Joquera (un bacalao rebozado en crujiente de cerveza) no cumplió con las altas expectativas. 

Además, aunque no la tomamos, las paellas tenían muy buena pinta, especialmente la de arroz negro.

La sala, bien; sin embargo, deben revisar el precio de los vinos, sobre todo los de La bodega Cepa de Pelayo, a la sazón propietaria del restaurante, porque no pueden tener mayor precio que las tiendas del pueblo.

Por lo demás, la cocina está bien en general y las vistas al río son espectaculares (aunque la hace falta toldo para proteger del calor en las cristaleras).

Mirador y el Chato

En Alcalá del Jucar, las recomendaciones son el Mirador (el propietario es el hijo del diablo) y los fogones del Chato.

En el primero hay menú, incluso sábados y domingos, por 15 euros (bebida aparte). Nosotros lo probamos para ver de qué estábamos hablando y fue una sorpresa muy agradable por su relación calidad-precio.

El lugar, en lo alto de la montaña ofrece unas vistas espectaculares sobre el pueblo y el servicio es muy atento y profesional.

Puedes tomar un arroz caldoso con pollo y setas, delicioso, o unos pimientos rellenos de gambas…y mejillones, que también están correctos.

Y luego un bacalao confitado con pisto manchego o embutido de pueblo a la brasa.

Todo normal y con menos exigencia que a la Playa que aspira a mas y tiene precios muy superiores.

Aquí el precio está acompasado por la calidad y el menú, con algún fuera de carta como el chuletòn de buey o el angus, es cómodo para la cocina y razonable para batir tantas mesas y comensales.

Pero si queréis comer gourmet, de verdad, os recomendamos acercaros hasta Almansa y probar la cocina de Maralba.

Un dos estrellas Michelin en el que se puede comer por 50 euros. Eso sí, hay que llamar porque siempre está hasta la bandera y con lista de espera.

En cuanto a donde dormir, y aunque hay cantidad de hoteles y casas rurales en Alcalá, Jorquera, Tolosa…nosotros recomendamos el hostal Alcalá del Júcar (tiene aparcamiento gratuito) porque está muy cerca del centro del pueblo, es bastante moderno y cuenta con un precio y desayuno apropiados y razonables.

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