Feng Shui para el estómago
‘Comida asiática de lujo, pero que sea asequible al bolsillo’. Este es el lema que intenta seguir Miguel Angel García Marinelli, propietario, entre otros, del Café Saigón (el vietnamita del que os hablaré otro día) y del Tse Yang: para mí, uno de los mejores restaurantes chinos de Madrid –si no, el mejor- que conjuga en su salón la excelencia culinaria con un servicio de sala extraordinario y el lujo y embrujo de una decoración cuidada al máximo, desde sus jarrones de porcelana china, hasta las teteras, pasando por sillas o las cortinas de seda.
La historia de este mítico restaurante –conocido durante mucho tiempo como ‘el chino’ del Villa Magna, porque está ubicado dentro del hotel- comienza en 1996, aunque el cambio más importante se produjo (en el local, que no en la carta) con la reciente remodelación del hotel que obligó a hacer lo mismo con el restaurante. Desde entonces, aparte de un incremento notable de la clientela (casi siempre está lleno), se ha delimitado el tipo de comensal según la hora del día: a media jornada, ejecutivos; por la noche, ejecutivos de paso por Madrid, y en fin de semana, parejas y familias.
El Tse Yang, que significa en chino ‘doble felicidad’, es un local exquisito, para gente que sabe apreciar la cocina china gourmet. Los Dim Sum son excepcionales. Los hay de varios tipos: pato con foie gras, txangurro, huevas de salmón, boletus y shitake al aroma de trufa blanca A mi los que más me gustan son los de pato con foie y los de boletus; estos últimos realmente excepcionales.
También es llamativa la forma que tienen de tratar el pato. El laqueado o lacado estilo Pekín es espectacular. No hay palabras. Así que si te decides a ir a este restaurante, no dudes en pedirlo porque te sorprenderá. Todas las cocciones tienen el punto adecuado y, en general, con algún altibajo perdonable, cualquiera de los menús de la carta merecen la pena, todo dependerá de los gustos de cada cuál. Hay sopas, por ejemplo, picantes y agridulces de gran nivel y se nota la mano del jefe de cocina de este grupo restaurador, Chiu Kam Hoy, un auténtica figura de la cocina oriental.
¿Y que pasa con la bodega? Pues que como el resto de la oferta del restaurante, es de gran calidad. Espumosos y Champagnes exquisitos que se combinan y marinan de forma correcta con casi toda la comida asiática, y una carta de tintos que quita el sentido. Del pescado nada os puedo decir, porque nunca lo pedí. Todo lo más, los langostinos empanados con brócoli, dotados de una textura especial o el pollo crujiente con frutas exóticas. El precio no es lo mejor, ya que ronda los 60 euros por comensal, pero el ágape vale lo que cuesta. Y si piensas que, además, le estás dando una dosis de Feng Shui a tu estómago y al de tu acompañante….aún es barato.
Dirección: Hotel Villa Magna. Paseo de la Castellana, 22 – 28046 – Madrid. Telf: 91 431 18 88
Sólo se comer kuba ( y no si se escribe asi) y rollitos de primavera. Mi conocimiento en esta materia es muy corto.