Sotomanrique: la bodega que «susurra» a los viñedos

SotoManrique es una bodega, afincada en el pueblo abulense de Cebreros, que está empeñada en prestigiar la garnacha y el albillo real.

Su filosofía de trabajo es tan particular que aprenden de las viñas y escucharn al terreno trabajando los suelos donde se asientan.

Por eso su intervención en la elaboración de los vinos es mínima, favoreciendo las fermentaciones espontáneas para obtener vinos frutales y limpios.

Alto de la Estrella

La villa del buen vino

Cebreros es un pueblo de la provincia de Ávila que siempre fue famoso por sus vinos y porque allí nació Adolfo Suárez.

Tanto es así que ellos mismos se autodenominaron como «Cebreros: la villa del buen vino».

Pero lo cierto es que, a pesar de poseer un extenso viñedo, especialmente de uva albillo, el vino que se hacía era, digamos, de una calidad media-baja.

Museo dedicado a Adolfo Suarez en la «iglesia vieja» de Cebreros

Sin embargo, su potencial siempre fue grandísimo y por eso grandes viticultores, como Telmo Rodríguez, enseguida le echaron el ojo a sus viñas.

El hallazgo

Y así fue como otro de los aficionados al cultivo de la vid, como Jesús Soto, prócer de SotoManrique, que había trabajado durante los años 90 en bodegas como Belondrade y Bleda, entre otras, decide en 2013 comprar pequeñas extensiones de viñedo.

Imagen icónica de la picota del pueblo

Tres años más tarde, y tras adquirir distintas parcelas, se instala ya en Cebreros con la idea de cambiar la filosofía que imperaba en los viticultores del lugar que era vender vino a granel.

En el año 2016 se asienta en Cebreros, empieza a comprar viñedos, y actualmente posee unas 20 hectáreas de terreno..

Su idea siempre fue recuperar suelos, trabajar en orgánico y buscar la máxima personalidad de esas viñas olvidadas de garnacha.

El objetivo era empezar a hacer buenos vinos a partir de los productores que ya existían en el pueblo, cambiando una producción, que hasta entonces era horizontal, por otra piramidal.

El resultado es que ahora se hacen unos 60 vinos distintos comandados por SotoManrique con viñas viejas de garnacha pura y albillo real, situadas entre 700 y 1100 metros de altitud.

El Galayo/el reventon

Propias y ajenas

En estos momentos y a punto de comenzar la vendimia (que se ha adelantado un mes, aunque en SotoManrique lo llevan haciendo desde el minuto uno), cosecharán 25 hectáreas propias y otras 250 hectáreas de distintos viticultores.

El propósito de adelantar la vendimia que adoptamos desde que llegamos a Cebreros es hacer vinos más «borgoñones», más ligeros, elegantes y con menos taninos.

Jesús Soto, director de SoroManrique

Unos vinos màs del gusto Europeo y diferentes a lo que ofrecen Ribera de Duero y Rioja.

Viñas de la parcela de las loberas

Vino que, por cierto, se almacena en cajas de 20 Kg. y cuya vendimia es refrigerada a 0 ºC previa a su despalillado y encubado.

Fermentación

Las fermentaciones son espontáneas, a temperatura controlada, en depósitos de hormigón principalmente, aunque también utilizan el acero inoxidable en algunos casos.

Para la crianza utilizan tinas de madera de gran volumen, entre 2.000 y 15.000 litros, y fudres de diferentes tamaños.

Con ello logran la mejor evolución respetando el carácter frutal de la variedad y el terreno del que procede.

Viña de albillo real

Compromiso

Uno de los compromisos adquiridos por SotoManrique con los productores de la zona fue potenciar las marcas tradicionales de alli, como el Galayo.

También, y eso por propia filosofía, desde que llegaron a Cebreros decidieron rendir culto al terreno; al territorio.

Tipos

Fruto de ello hoy hacen tres tipos de vino.

Por un lado, el Sotomanrique, de uva proveniente de viñedos con vides de más de 50 años (Han detenido el arranque de estas viñas para conservar ese patrimonio del pueblo).

Mas dos dos gamas paralelas: transición y tradicional que tiene que ver con la bodega de la cooperativa de El Galayo.

Tres claves

La filosofía de la bodega responde a tres claves o tres «ges».

La primera «ge» es la garnacha, la variedad de tinto que cultivan.

La segunda «ge» es el granito del terreno en el que están las vides.

La tercera «ge» viene de Gredos, que es la sierra cercana y su influencia sobre estos viñedos en altura.

La Mira

El terreno

En SotoManrique no se cansan de repetir que lo importante es el terreno, que es tanto decir como el terruño o el territorio.

Eso, en sí mismo, ya supone una revolución en la manera de entender el vino que tiene que ver, y mucho, con la DOP que obtuvieron en 2017.

En ella están encuadrados 35 municipios de la sierra de Gredos, con 400 hectáreas de viñedo y 12 proyectos de bodega.

En estos momentos, Sotomanrique es el 80 % de la producción de ese millon de kilos de uva (450.000 botellas anuales) que produce la DOP.

Pueblo, paraje y parcela

Son tan originales, que en esta DOP no existe la clasificicación tradicional de vino joven, crianza o reserva.

Aquí se clasifican por denominación del entorno; es decir: vinos de pueblo, de paraje y de parcela.

Eso hace que esta denominación tenga un escaso desarrollo en el momento actual, pero va a ser fundamental mirando al futuro.

Garnacha de Gredos

Alguno de los expertos más afamados, como Robert Parker o Sara Evans, han bautizado a estas uvas tintas como «la garnacha de Gredos».

Y es que hay vinos, como La Mira y el Alto de la Estrella, obtenidos de vides plantadas1100 metros que han obtenido 94 y 93 puntos en la guía Parker, que es como la Michelin, pero de los vinos.

Finalmente, señalar que en Cebreros, en los años 60 se vendimiaban unos 15 millones de kilos de uva; sin embargo hoy apenas se recogen 1 millon de kilos.

  • Vinos por menos de 10 euros

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