El restaurante Matarraña, en el pueblo de la Fresneda está situado en pleno corazón de la Comarca del Matarraña y es una de las refencias gastronómicas de la llamada «Toscana de Aragón».
El local, decorado estilo rústico, incluida una chimenea de leña, consta de dos plantas, y está regentado por dos cuñados y sus respectivas esposas o viceversa, ya que ellas son las que se encargan de la cocina.
Así que Pilar Gil y María Elena Grau, son las reinas de la cocina y José Luis y Joaquín, quienes se encargan de la sala, en una combinación que, por lo que se ve, y los años que llevan juntos, es perfecta.
Recetas tradicionales
Recetas tradicionales y productos de la zona marcan la pauta del día a día de este restaurante que solo abre por las noches el fin de semana, salvo fiestas y puentes, pero cuya afluencia a mediodia es masiva.
Al tratarse de un restaurante «de paso», gran parte de sus comensales no repite, lo que les permite tener una carta estable con pequeñas variantes estacionales.
Carta y cocina a la que han trasladado las recetas aprendidas de sus madres y en la que emplean productos de la tierra; de cercanía, de frontera y propios.
Producto «de la tierra»
Granjas y agricultores que les proveen de los productos básicos. De hecho, Joaquín y José Luis son agricultores y han vivido siempre en la Fresneda.
Por eso, cuando se les habla de las cartas de otros restaurantes de la comarca para diferenciar su estilo gastronómico, saben con precisión quienes están en la línea de «la cocina del terruño» y quienes no.
Obviamente, solo utilizan los productos de temporada, como las excelentes alcachofas que tuvimos la oportunidad de probar. Alcachofas con un ligero toque de foie, pero que, como se dice del cerdo, «nos gustaron hasta sus andares».
También probamos los «rollitos de Matarraña«, una especie de canelones de carne, pero cuya pasta está hecha a base de hojas de col. En esta elaboración, se mastica la carne picada, pero de verdad.
Suculentos y de sabor excepcional son, sin duda, uno de los aciertos seguros de la carta.
Carta que, aparte de la habitual ensalada de perdiz o codorniz (típicas de esta zona) también tienen unas sugerentes cebollas rellenas de carne y especias al graten (9€) o un brik de morcilla de arroz con cebolla caramelizada (9€).
Principales
Los principales que tomamos fueron pollo de corral con setas y romero y el atún con salsa de soja, naranja y espárragos, éste último fuera de carta.
El atún estaba sabroso, lo justo, gracias al punto que le otorga la soja, pero muy suave y untuoso.
En cuanto al pollo, salvaje desde todos los puntos de vista, presentaba la carne musculosa de un deportista criado a la intemperie. Con las setas precisas y el toque de romero que la da ese sabor a campiña (13€).
Obviamente, entre las carnes, las cocineras del restaurante Matarraña también incluyen el «famoso» cabrito rebozado o empanado, que campa a sus anchas por casi todos los locales tradicionales de Teruel.
Aquí no lo probamos (así que Matarraña es «inocente»), pero sí en otros restaurantes y, aunque está rico, nos parece que habría que empanarlo o rebozarlo con alguna hierba para que no estuviera tan plano de sabor.
En el restaurante Matarraña tambien puedes elegir una deliciosa terrina de manitas de cerdo deshuesadas con foie a la plancha y reducción de vino tinto (14.50€), la perdiz roja de caza con chalotas (18€) y el ternasco al horno (14,50), que es como se la llama por estos lares a la paletilla de cordero.
Del mar
En cuanto al producto marino, y aparte del citado atún, el pescado básico es el bacalao, bien sus cocochas con almejas (18 €) o con alcachofas y huevo a baja temperatura (15 €) en una composición, a priori, tan sorprendente como aclamada.
El ambiente del local es rústico y el servicio amable, preciso y rápido. Por eso, y para que «el tema» no se les vaya de las manos, no suelen admitir más de 100 comensales en cada pase.
Postres
Entre los postres, el chocolate en tres texturas (6€), el típico mostillo (mosto de vino, higos y nueces…una bomba) con nueces (5€). también puede pedir una pannacota con y el tiramisú.
Nuestra elección, motivada por la recomendación de Joaquín, nos llevó hasta la tarta de manzana con pasas, almendra y helado de vainilla (6€), de formato grueso, y al contundente pastel de requesón con nueces, realmente suave y exquisito.
Vinos
En lo que respecta a la carta de vinos, es la justa y con precios contenidos cuando se trata de vinos de la zona (Bajo Aragón, Matarraña y Somontano), con referencias «sin fallos» como el Enate, el Viñas del Vero, el Lagart D’Amprius, de Matarraña, o el Dominio del Maestrazgo del Bajo Aragón, con precios que oscilan alrededor de los 17€.
También hay vinos blancos, rosados, reservas y cavas y champagne. Entre estos últimos destaca el Monasterio de Veruela por ser «maño». El resto clásicos, como Juve & Camps, entre otros.
Resumiendo, que el restaurante Matarraña -por cierto, uno de los dos Bib Gourmand que la Guía Michelin tiene en la zona- es una referencia obligada si quieres comer bien, a buen precio y con una calidad suprema.
Y te recomendamos que no te lo pierdas si viajas hasta la «Toscana de Teruel» porque es un valor seguro.
El Menú
- Rollitos del Matarraña rellenos de carne
- Alcachofas con foie
- Atún con salsa de soja y naranja y espárragos
- Pollo de corral con setas
- Tarta de manzana con pasas, almendra y helado de vainilla
- Pastel de requesón con nueces
- Vino: Viñas del Vero. Crianza