!Prepárate, va a estallar el obús!

…los porqués de una semana
inquietante
Estamos consumidos por el miedo. Si ves
la tele, escuchas radio o lees cualquier medio de comunicación te
acojonas
con las noticias de cada día (sobre todo las económicas).
Me asustó ver el regreso del grupo rockero Obús, no porque vuelvan
para ganar unas pelillas, sino porque sus miembros siguen con el
mismo look de siempre, sólo que 60 años después. Pero lo que me
descolocó fue la noticia de que el Rey se había fracturado una
pierna en una cacería privada (de elefantes) en Botsuana.

Quedé estupefacto. Y tuve un flashback
y una flasforward a la vez. ¿Se va a un viaje privado a Bostsuana
con la que está cayendo en en España? ¿Se marcha a cazar, después
que el nieto acaba de pegarse un tiro en el pie? ¿A matar elefantes?
(aunque parece que sobran en Bostavana)…todo incomprensible.
Que conste que escribí esto antes de
que empezara la crucifixión televisiva, política y ciudadana del
monarca (que seguro se habrá producido cuando lo leais), y por eso
os traslado otra reflexión: ¿Qué hubiera pasado si no se hubiera
accidentado o nos hubieran informado de que, en realidad, se había roto
la pierna bajando la escalera del Palacio Real? En el primer
supuesto, es posible que no nos hubiéramos enterado del viaje, pero
aún así es inaceptable moralmente para un Rey que ha dicho
públicamente está al lado del pueblo por la crisis y el paro. Lo
segundo, es ¿por qué la Casa Real reconoce, de primeras, que ha
sido en una cacería en Africa y un viaje privado, sabiendo la que
les iba a caer encima? Pues, probablemente, porque presentían que se
iba a filtrar la noticia y que, si encima engañaban, iba a ser peor
el remedio que la enfermedad.

La pregunta que deben estar haciéndose
sus asesores y consejeros es qué hacer ahora. ¿Puede salir el Rey a
soltar un discurso a los españoles sin que se le caiga la cara de
vergüenza? ¿Debe comparecer públicamente para pedir perdón a la
ciudadanía? Creo que, en cualquier caso, la institución monárquica,
ya muy cuestionada, ha recibido una estocada que puede ser mortal.
Eso sin contar con el percance de Froilán. ¿Por qué en vez de
inculcarle -está claro que el niño no tiene culpa- ese amor por las
escopetas, sus mentores no le dirigen hacia otros hábitos de menor riesgo?

En todo este embrollo, y por quitar
yerro al asunto, lo único que se me ocurre es que el viaje a Africa,
la caida, fractura y demás formaban parte de un plan preconcebido
por el abuelo para estar junto al nieto en la clínica USP. Claro
que, si es así, también podía haberse fracturado, en Vitugudino,
que es más barato,…un decir.
Y es que la semana ha sido de espanto:
que si subida de la prima de riesgo; que si España era intervenida
por la UE; que si el nieto del Rey se pega un tiro en el pié (¡ay
como se va a cabrear mi abuelo con mi padre
, dicen que dijo el
nieto, el pobre); que Rajoy escapa de los periodistas (nadie ha
dicho que la espantá se debió a que debía renovarse el tinte del
pelo, e incluso que algún periodista le oyó decir por lo bajini, aquello de
¡Llongueras, te necesito!); que salga el ‘abuelo
cebolleta’, apodo cariñoso de Felipe González, para decir que si se
interviene España se acaba el euro y la UE; que la presidenta de
argentina (que se cree Evita Perón) diga que va a nacionalizar
YPF…y al final el Rey, con los elefantes. Vamos, que ha sido una
semana tan inquietante, como una edición especial del programa
Cuarto Milenio.
Vi a los del grupo Obús (lo digo con todo el
cariño), más pasaos que un guindo, como en los años 70, aunque
ahora con el aspecto de Carmen de Mairena. Es decir, en otro mundo;
en esa sociedad que, por culpa de la crisis, ya no existe y que nos
resistimos a abandonar. Para resumir: que por su aspecto, vi, que
después de años, a los de Obús, efectivamente les había estallado el Obús.
Vaya semanita. Cosas de la vida. Tomad nota.

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