Millesime Weekend, una constelación gastronómica de 24 estrellas Michelin

Desafío ( y prueba) superados
(en las fotos, Paco Roncero, de la Terraza del Casino; Joaquín felipe, de Europa Decó y Xosé T. cannas, de Pepe Vieira y una panorámica del salón)
Como ya conté en un post anterior, el pasado domingo (se celebró del 9 al 12 de junio) concluyó en Valencia la primera edición del salón gastronómico Millesime Weekend. Y este evento supuso un nuevo desafío para la organización -que cada vez se parece más a los espectáculos que monta Le Cirque du Soleil, como he dicho en alguna ocasión- que se ha empeñado en hacer suyo aquel lema circense del ‘más difícil todavía’.

En esta ocasión, no sólo era la primera vez que un evento Millesime mostraba al público su glamour y exclusividad, sino que lo hacía pensando en la hipótesis de una afluencia grande de visitantes, pero con la incertidumbre de si, finalmente, llenarían el Pabellón de Feria Valencia. Porque se da la circunstancia de que la capital del Turia, siempre proclive a la fiesta, no tiene el mismo predicamento por la gastronomía, tal y como señalan la mayoría de restaurantes gourment que tratan de abrirse paso y vivir de su negocio en la capital del Turia.

Por eso el mérito de Millesime es doble y la arriesgada propuesta de su presidente, el empresario Manuel Quintanero, un reto que luego resultó ser un éxito sin precedentes. Ya el jueves nueve, desde la inauguración, se vio que la propuesta había calado entre el público que llegaba en tropel hasta Feria de Valencia. Luego, en días posteriores, se confirmó este éxito con la asistencia (los cuatro días y en las seis sesiones) de algo más de 20.000 curiosos por ver de qué iba el salón. Parejas, amigos, familias enteras con sus niños degustando tapas en cada una de las ocho calles (32 restaurantes y 96 tapas) las elaboraciones representativas de cada uno de ellos y a precios muy competitivos -entre 2 y 5 euros-. El ejemplo del jamón es claro: jamones Carrasco ofrecía un plato de jamón ibérico de bellota por 5 euros (en cualquier lugar cobrarían de 20 a 30 euros por él).

Aunque es una opinión personal y todos los restaurantes y chefs estuvieron al nivel que se espera de las 24 estrellas Michelin que atesoraban entre todos, voy a destacar uno por uno las tapas y raciones que a mi me parecieron más especaculares. He de decir, eso sí, que en algunos casos me hubiera quedado con las tres , pero para no discriminar a nadie, paso a relataros mi top 32 (algunas de ellas en completo acuerdo con las que ha reseñado en su blog el periodista, y, sin embargo amigo, Carlos Maribona, de ABC).

Esta es mi lista top 32. El orden no es por calidad, sino por posición en el pabellón (calle 1, 2, 3…etcétera).

La yema de huevo de corral, caviar de trufa, pecorino, guanciale tostado y boletus, del restaurante Don Giovanni (Madrid), Andrea Tumbarello; el garbanzo de pico pardal, pulpo asado y caramelo líquido de pimentón, del restaurante Cocinandos (León), Juanjo Pérez Robredo; la vieira con tapioca de lima, del restaurante Pepe Vieira (Poio, Pontevedra), Xosé T. Cannas; la mojama casera con mayonesa de almendras y vinagreta de Pedro Ximenez, del restaurante Riff (Valencia), Bern Knöller; el salmorejo, migas de jamón y esturión ahumado, del restaurante Puerto Delicia (Sevilla), Antonio Bort; el cóctel de albariño Rías Baixas en dos temperaturas y dos texturas, del restaurante Yayo Daporta (Cambados,Pontevedra), Yayo Daporta; los guisantes repelados con gelée de manitas de cerdo, del restaurante Casa Jose (Aranjuez), Fernando del Cerro; el pepito de ternera con trufa negra espolvoreada, del restaurante L’Escaleta (Cocentaina, Alicante), Kiko Moya; el arroz cremoso de pollo de corral y moscatel, del restaurante el Alto de Colon (Valencia), Quique Barella; el ternasco a la pastora y aceitunas del bajo Aragón, del restaurante Las Torres (Huesca), David Fernández; el cremoso de legumbre tierna con pulpo a la brasa, del restaurante la Sucursal (Valencia), Jorge Bretón; los caracoles ibéricos con patatas, del restaurante Trigo (Valladolid); el morteruelo 2011, del restaurante las Rejas (Las pedroñeras, Cuenca), Manuel de la Osa; la clóchina valenciana con puré de celerí y huevas de trucha, del restaurante Torrijos (Valencia), Josep Quintana; la lasaña fría en sopa de tomate, del restaurante Etxanobe (Bilbao), Fernando Canales; la gamba frita con pie de cerdo crujiente, del restaurante Moo (Barcelona); Felip Llufriú; la tosta de tocino ibérico, del restaurante Ferrero (Bocairent, Valencia), Paco Morales; las zamburiñas marinadas con una sopa cítrica, del restaurante Casa Solla (Poio, Pontevedra), Pepe Solla; la croqueta líquida, del restaurante Terraza del Casino (Madrid), Paco Roncero; el guiso marinero de garbanzos y calamarcito, del restaurante Europa Decó (Madrid), Joaquín Felipe; las patatas con chorizo, del restaurante el Bohio (Illescas, Toledo), Pepe Rodríguez Rey; el lomo de esturión con puré de topinambourg, del restaurante el Claustro (Granada), Juan Andrés Rodríguez Morilla; la anguila ahumada con erizo de mar, agua de tomate, sandía y su aire, del restaurante Piñera (Madrid), Óscar Portal; la vaca gallega marinada y asada, cachelo y salsa de pimentón, del restaurante A Estación (A Coruña), Juan M. Crujeiras y Beatriz Sotelo; la cazuelita de fabada, del restaurante Casa Gerardo (Prendes, Asturias), Pedro Morán; las cigalas fritas en un mar de aceite a 100º envuelto en virutas de pan sobre una mayonesa de anguila, del restaurante Alborada (A Coruña), Luis Veira; el capuccino de tomates asados y queso, del restaurante Arrop (Valencia), Ricard Camarena; el arroz con plancton marino, del restaurante Aponiente (Puerto de Santa María Cádiz), Ángel León; el foie, melocotón asado y aceite de vainilla, del restaurante Maher (Cintruénigo, Navarra), Enrique Martínez; la caldereta de cordero en brocheta, del restaurante Adolfo (Toledo), Adolfo Muñoz; el tartar de pierna de cerdo ibérico de bellota y mostaza, del restaurante Abantal (Sevilla), Julio Fernández Quintero y el chupito de mejillones y bacalao, del restaurante Ramiro’s (Valladolid), Jesús Ramiro.

Además, también destacaría delicias como los blinis del caviar ecológico per se y caviar world, las ostras de Sorlut y las huevas de merluza de Real Conservera Española, así como las hamburguesas de Wagyu, de Nuestro Buey (éstas ultimas, deliciosas, y un exitazo de venta)

Entre las bodegas de los wine bar, triunfaron todos los vinos (los organizadores se quedaron sin existencias de algunos de ellos), pero el público, por mayoría absoluta, citó a Altos de Losada como uno de los grandes, además de Dueto 2003. Aparte de eso, los pasteles de Paco y Jacob Torreblanca arrasaron (entre otras cosas porque no tenían competencia) y los helados artesanos de Estiu, también, ya que ofrecieron validad y calidad a precios muy contenidos. Finalmente, los destilados premium, sobre todo los gin tonics, también gozaron de la aceptación de los asistentes y la terraza Drink & Music, abierta hasta la madrugada con la música de los mejores DJs, estaba siempre llena de gente. Y el año que viene…prometen volver.

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