Michelín: ¡wanted! dead or alive (se busca: vivo o muerto)

El dilema de transformar el tocino en jamón

No sé si se debe al gracioso muñeco estandarte de la empresa de ruedas Michelin, pero el caso es que este término, con tilde, se españolizó en su día para designar, vulgarmente, el exceso de grasa abdominal, que diría un médico. Una grasa a la que todo el mundo declara la guerra tras las vacaciones de verano y de Navidad, y que es el testigo visual y orgánico de tanto exceso y sedentarismo de esas ‘fechas tan señaladas’.

Así que es un hecho que una vez pasada la fiesta de Reyes se dispara la alarma y todo el mundo corre al gimnasio para apuntarse a una misión, muchas veces, imposible: la de bajar kilos y hacerlo rápido. Los gimnasios lo saben, sobre todo los de low cost, y por eso se afanan en meter gente en el local sea como sea. Están seguros que un 50 por ciento abandonará antes de un mes, y que otro 25 por ciento más lo dejará antes de de que pasen tres meses, pero ya habrán trincado el dinero por adelantado. Este es el juego.

Todo el mundo lo sabe, pero todo el mundo hace como si no se enterara, y, mientras tanto, los lunes y martes hay que pegarse por una bici de spining que, dicho sea de paso, me parece una forma enferma (rompe las rodillas con tanto tirón) de hacer ciclismo indoor, o empujar, como si estuvieras en el metro en hora punta, para coger una bandeja de step, que, dicho sea de paso, de nuevo, es otra forma enferma –probablemente inventada por una croissant norteamericana– de hacer ‘felices’ a las mujeres mientras se machacan tobillos, rodillas y gemelos.

Así que con motivo de este notición(¿?) estacional (que la gente se apunta mas a los gimnasios en enero para adelgazar) vi en la tele a una culturista que aseguraba que a los que van al gimnasio asiduamente y toman suplementos -‘dietéticos’ los llamó ella- el Sistema Nacional de Salud (antes el Seguro) les debería subvencionar porque nunca van al médico. Casi me parto el pecho de risa. ¡Aysss, madre mía!.

Si la pantalla de TV hubiera sido interactiva, le hubiera contestado que, en primer lugar, nunca van al médico (si ella lo dice…) porque ir al gimnasio es el médico: su modo de vida, el lugar donde tratar todas las penas diarias… y, segundo, también le hubiera dicho que no van al médico, pero que irán, porque si siguen tomando o poniéndose creatina, anabolizantes, insulina… y otras ‘ayuditas’ para ganar músculo artificialmente, van a retener muchos líquidos y tendrán una madurez enfermiza y el riñón, el hígado…y no sé cuantos órganos más les dirán, más pronto que tarde: hasta aquí hemos llegado.

Y es que los gimnasios son como una sociedad que, al igual que ocurre en ella, cuenta con muchos ejemplares que arrastran patologías mentales tan diversas como crónicas y difíciles de tratar; tanto que a algunos les conduce a la muerte –y esto no es broma-. Ocurrió, hace poco con una chica anoréxica que hacía ejercicio mañana y tarde en el local de una conocida cadena de gimnasios.

He de reconocer, eso sí, que los objetivos de la gente que acude a ellos son tan dispares como sus caracteres. Unos van porque sufren vigorexia y todo ejercicio y dieta les parece poco (son los cruasanes, llamados así a los que están cachas de reventar y no pueden ni andar); otros van para tener un cuerpo mas moldeado, otros para mirarles a ellos y a ellas, otros para mitigar los efectos de sus trastornos mentales (los ciclotímicos, depresivos y ansiosos), otros para tratar su estrés, otros para reducir sus problemas de socialización (los inseguros e inadaptados sociales), otros para refrendar su chulería innata, (el macarra de toda la vida, ahora socializado en el gym), otros porque piensan que hacer ejercicio es fuente de salud (y lo es, si se hace con mesura y aerobia) y otros, simplemente, para seguir comiendo como limas. Afortunadamente, el modelo ligón ya va desapareciendo o está en vías de extinción, como el aberroncho, aunque todavía quedan algunos buitres leonados.

Pero no sólo los gimnasios hacen su agosto en enero, sino todos los tratamientos, artilugios y aparatejos que ofertan la pérdida inmediata de peso y grasa. Artilugios que son humo –como las famosas pulseras que daban vigor-, pero que se amparan en el deseo casi mesiánico de la gente por adelgazar sin esfuerzo. Estos tratamientos carnales toman su marketing viral de la misma NASA para vender sus beneficios y nos encontramos con una suerte de criolipolisis, aguántamela grasa, planchaneutrinaadiposa, cavitaciónextrasensorialintracorporea…-alguno de estos métodos me los he inventado, pero todo se andará- que venden la moto a quien desea con vehemencia transformar su tocino en jamón.

Si preguntáramos a alguien con cierta idea de la fisiología humana y sentido común, cómo se puede adelgazar sin ganar más kilos en el intento, nos diría que sólo hay una forma de hacerlo y es gastando más energía de la que se ingiere; o lo que es lo mismo, hacer mas ejercicio físico y comer menos.

Quería haber comentado lo del yua famoso vídeo de Rajoy y los impuestos o del fallo judicial que obliga a un colegio católico a readmitir e indemnizar a una profesora de religión, que se llama nada menos que Resurrección (parece de coña), a la que echaron por casarse con un divorciado…, pero, al final, se me ha ido el santo, digo la grasa, al cielo.

4 comentarios en «Michelín: ¡wanted! dead or alive (se busca: vivo o muerto)»

  1. Creo Juanma, desde mi punto de vista, que has mezclado churras con merinas, y has cometido dicho bastante barbaridades en esta entrada tuya, con todo respeto (el cuál tú no has tenido por los deportistas y por gente, como yo, que va al gimnasio y corre habitualmente, no has tenido). Y te paso a explicar por que lo digo, no sabes lo que es un gimnasio, ni tienes idea de spinning, y menos de step, y muy poco de la constancia en cualquier deporte. Verdad que has dicho, que al gimnasio en Enero y Septiembre se llena, y es más el personal que aguantamos no llegamos al 10%, pero por eso no somos unos enfermos drogadictos, y simplemente tenemos constancia y nos gusta que es lo principal, como a tí la cocina o lo que sea, por supuesto que al gym hay gente de todo tipo como en todos los sitios, pero has dicho con dos cojones, creatina, anabolizantes, insulina, pero que dices por favor, y es como si dijera que los gordos cocineros solo toman, chorizo, tocino y cocaína. La creatina es una mierda, pero es legal y se compra en cualquier lado, la insulina la toman sólo los diábeticos por receta médica y los anabolizantes son drogas totalmente prohíbidas. Por eso lo de mezclar, y he dicho gordos cocineros, como tú has llamado a la gente que práctica deporte emfermos mentales con diversas patologías. Lo prmero el spinning es todo lo contrario a lo que tú has dicho, es un deporte fuerte que requiere para practicarlo un buen estado de forma, pero que es muy poco dañino para las articulaciónes, y vale como complemento a otros deportes, running o natación. El step (que no practico) requiere primero una buena coordinación y si la tienes (que yo no) es un deporte fabuloso y divertido, donde todas las bestialidades que dices de quien lo practica son verdad. Y creo que has insultado de forma gratiuta a todos los que practican, practicamos, estos deporte de forma gratuita. Y lo que veo después de leer tu entrada, y puedo estar muy equivocado, es que tú perteneces a ese grupo que va al gym y no aguanta el tiempo suficiente, y carga su frustración con los que sí lo hacen o lo que están allí diariamente. Lo más habitual es que los deportistas en general practican su deporte porque les gusta, no por ser ligones, ni por verse cachas, ni por adelgazar, porque esos, y solamente esos, son los que abandonan. Siento si he sido un poco ofensivo, pero me he cabreado un poquillo, no por ti, sino cuando compañeros de deporte han puesto tu entrada y han comentado como la "vida misma", que es cuando la he leído.

  2. Apreciado Roberto, no suelo hacer comentarios de los comentarios, pero creo, que, en este caso, es necesario. En primer lugar, te agradezco tus reflexiones, pero ya te adelanto que en mi ánimo nunca ha estado insultar a nadie, ni a ningún colectivo(nunca lo hago), sino plantear de forma jocosa y satírica un tema actual como es el de la obsesión por perder peso. Por otro lado, no sólo soy deportista habitual desde mi infancia, sino que para mi, el ejercicio físico en general, y el deporte, en particular, me parecen fundamentales para mantener la salud física y mental (lo que no quiere decir que no respete a quien no quiera hacer deporte o que yo piense que quien no hace deporte no esté sano). Tampoco soy de los que abandonan, como dices, el gimnasio, sino que, desde el conocimiento de los que van con frecuencia y practican deporte todo el año…he presentado el gym como una sociedad paralela a la sociedad, donde se reproducen sus mismos arquetipos y, como te he dicho, sin ánimo de ofender. Te invito a que releas el artículo sin ver maldad o crítica despiadada en él, sino desde la perspectiva de un reflejo de la sociedad, y de situaciones que se dan y que tu conoces, si eres asiduo al gimnasio. En todo caso, si a tí o algún otro deportista habitual, ha molestado algo de lo que he escrito,pido disculpas por adelantado y reitero que esa nunca fue mi intención.

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