Mérida: el patrimonio romano en «la Hispania»

Mérida fue la capital más importante de la Lusitania romana.

Y es más que probable que, de no haber sido ficción, Maximo Décimo Meridio de Hispania; o sea, Russel Crowe, protagonista de Gladiator, hubiera tenido su hacienda en esta tierras hoy extremeñas.

Mérida es la capital de Extremadura para evitar la rivalidad entre Cáceres y Badajoz, y por estar casi a mitad de camino entre ambas

En todo caso, llegar a Mérida es contemplar un museo al aire libre -sobre todo, romano- rodeado de cierto caos urbanístico.

Casas de medio pelo construidas al lado o, incluso, sobre joyas arquitectónicas de incalculable valor.

Subsuelo enriquecido

Dicen los lugareños, que aquí das una patada a una piedra y aparece un templo romano, y no les falta razón.

Cada cata urbanística descubre una nueva gran o pequeña joya arquitectónica porque, como se sabe, los humanos tenemos la costumbre (mala, casi siempre) de construir las edificaciones nuevas sobre las viejas.

Y se hace en muchos casos para mancillar el honor de los que estuvieron antes o para reafirmar el poderío de los nuevos inquilinos.

En el caso de Emérita Augusta (Mérida), hay restos de la civilización romana por todos lados.

Breve historia

Aunque la creación de esta ciudad tuvo un orígen fundamentalmente militar, hacia el 16-15 a.C. , sus primeros pobladores fueron veteranos de las guerras del noroeste.

Tal y como se refleja con precisión en la película Gladiator, guerreros que
buscaban un territorio fértil y tranquilo en la que retirarse.

En esta época, además, hubo algún que otro emperador hispano, lo que coincidió con su mayor desarrollo.

De hecho, su máximo esplendor se produjo hacia la época de Diocleciano, momento en que se constituyó como máximo centro político de Hispania.

Teatro romano

Cristianismo

Pero a Mérida llegó pronto el cristianismo, por lo que conoció mártires, entre ellos Santa Eulalia, y tuvo importantes momentos históricos en la época visigótica y árabe.

Tras la reconquista perdió el arzobispado, en beneficio de Santiago de Compostela, y entró en un período de decaimiento general, solo interrumpido hacia el final del siglo XX.

Esta es la historia que iremos descubriendo a medida que vayamos paseando por sus calles.

El arco de Trajano, el templo de Diana, el Teatro Romano…Muestran la existencia de una gran urbe que, además era el el punto de arranque de la Vía de la Plata.

Allí confluían las rutas provenientes de Hispalis (Sevilla), Corduba (Córdoba), Toletum (Toledo) y Lusitania, con Astorga como destino. 

Templo de Diana

Qué ver

Uno de los lugares imprescindiebles es el teatro, que ha sido remodelado varias veces, especialmente en los siglos I y IV, y posee una magnífica escena.

Originariamente de mármol, está dotada de una serie de elementos ornamentales y esculturas de alto valor, que ahora se conservan
en el museo Romano.

La capacidad del magnífico graderío era de 5.500 asientos (sillares) realizados en granito.

Gradas del anfiteatro romano

Detrás de la escena existía un pórtico, con jardines, y una capilla de culto imperial.

El anfiteatro, inaugurado el año 8 a.C., también sufrió modificaciones en siglos posteriores.

En él tenían cabida 15.000 personas. La balaustrada que rodeaba la arena tenía una decoración pictórica relativa a los juegos.

Por lo que respecta al circo, es posterior, del año 20 d.C., de la época del emperador Tiberio, y en sus gradas se estima podrían ‘disfrutar’ del espectáculo unas 30.000 personas

Visita a Guadalupe

Una recomendación de interés es acercarse hasta el pueblo de Guadalupe.

Situado sobre una montaña en ladera sur del Monte de las Villuercas, eleva sus cumbres hasta los 1600 metros.

Depende de la época del año, lo verás probablemente por encima de un mar de niebla y es famoso por su santuario y por su paisaje.

Pero vale la pena meditar sobre el algodón de sus nubes y nieblas casi desconocidas.

¡Ah¡, y no os olvideis del queso (torta del casar), el pimentón, las migas y el jamón ibérico.

Más pistas

Lo que las guías no dicen

Como se ha dicho, una excursión de interés, y no lejana a Mérida, es Guadalupe.

Famosa por su Santuario del siglo XIII, dice la leyenda que fue encontrada por un vaquero.

Este individuo andaba buscando uno de sus animales que se había perdido, cuando se le apareció María que le avisó de la presencia de la imagen de Guadalupe enterrada en ese mismo lugar.

Así y allí se alzó el monasterio. Además, ya en Mérida, es muy recomendable un paseo por la orilla del Guadiana para contemplar el maravilloso puente romano.

Lo que no te puedes perder

Ruinas en buen estado de conservación, templos, arcos, esculturas, mosaicos….

Aunque sea discutible el formato que le dio el arquitecto Rafael Moneo, hay que visitar el Museo Romano.

Venden una entrada combinada con el teatro, anfiteatro y circo,que sale mucho mejor de precio si es que vas a ver -y debes hacerlo- los tres recintos.

Eso si, el teatro es, con mucha diferencia, el más impactante.

También acércate a orillas del Guadiana para ver el puente romano más largo de la antigüedad: 721 metros y 60 arcos monumentales.

Puente romano de noche

Comer y dormir

El mejor sitio para pernoctar en Mérida es el Parador y allí también tienes un restaurante ‘bastante apañao’ para comer, si quieres.

Sala del restaurante Madruelo

Pero la recomendación en Mérida es el restaurante Rex Numitor, que dispone de una calidad/precio imbatible y el A de Arco (24-45€)

Luego, fuera de alli, en Badajoz, aparte del cásico Aldebarán, ahora venido a menos, nuestra recomendación es Lugaris (30/45€) y el Sigar; otro de calidad/precio excepcional y en menor medida, El paso del Agua.

Además de eso, en la no lejana ciudad de Cáceres, te recomendamos el restaurante Madruelo; también de gran calidad a precios mas que razonables.

Luego, también tienes como opción el que ha quedado como más de batalla y tradicional Figón de Eustaquio, cerca de las murallas, o el restaurante Javier Martín (30/50€).

Asimismo, si te atreves, tienes el dos estrellas Michelin, Atrio (120/175€) del chef Toño Pérez; éste último también hotel en el que pernotar…y en Trujillo lo típico es ir a casa Troya.

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