Si os decimos que penséis en verde no creais que hacemos publicidad de una cerveza, sino que queremos que imaginéis como es la isla de la Palma.
Un lugar que tiene contrastes paisajísticos arrebatadores: océano, desierto, lava y unas cumbres desde las que ver las estrellas.
Muchos la llaman «la isla bonita» y, si no lo es, desde luego es una de las más hermosas y completas del archipiélago canario.
La más lejana
La Palma es la isla más occidental del archipiélago canario y el punto más lejano del oeste español.
Alguien la bautizó como la isla bonita –no Ibiza, a la que se refería Madonna en su canción– pero se quedaron cortos.
Eso sí, como todo lo bello y lo que merece la pena, cuesta, y la Palma es una isla un tanto «incómoda» de recorrer.
Por ejemplo, es poco apta para quienes se marean mucho en coche porque, aunque las distancias son reducidas –menos de 50 km de costa a costa, la carretera está plagada de curvas… y tiene más trampas que una película de Tarzán.
Carreteras tortuosas
Y para muestra basta un ejemplo: desde la capital, Santa Cruz de la Palma, hasta el observatorio astronómico del Roque de los Muchachos –38 km– se puede tardar una hora y media o más.
Eso da cuenta de la velocidad media, que muchas veces apenas supera los 30 km/h.
Dicho esto, y bien provistos de biodramina o similar, sólo queda disfrutar de unos paisajes que harán las delicias de los senderistas y los amantes de la naturaleza, en general.
Los Tilos
Si tu idea es encontrar el lugar idóneo para andar y andar sin rumbo por pistas bien señalizadas, el sitio es el bosque de los Tilos.
Está situado cerca del centro geográfico de la isla y cuenta con un centro de interpretación.
Se puede llegar hasta él en coche o también dejarlo abajo, en el aparcamiento, y subir a pie, eso ya depende de cada cual.
Hacer alguna de sus rutas puede llevar desde horas a todo el día.
El bosque, que más parece una selva, fue declarado Reserva Natural por la Unesco y, como su nombre indica, está plagado de tilos, laureles, madroños y brezos.
Charco azul
Muy cerca, entre los pueblos de San Andrés y Puerto Espíndola, al este de la isla, se encuentran las piscinas naturales del charco azul.
En ellas, no sólo se permite el baño, sino que se pueden recibir las embestidas de las olas que saltan el malecón de protección, lo que añade un atractivo más de diversión a su belleza natural.
Taburiente
El gran accidente geológico de la Palma es la archifamosa Caldera de Taburiente.
Es un parque nacional al que se puede llegar desde distintos puntos.
Uno de ellos es el que da acceso por la cara este, y va desde la capital hasta el Observatorio Astronómico del Roque de los Muchachos, a 2.400 m. de altura. La subida en coche, aunque lenta, es espectacular.
Por encima de las nubes
Conviene llevar la cámara de fotos preparada porque más o menos a mitad de camino la carretera se ensancha con amplios arcenes de tierra desde los que se puede divisar el mar de nubes y la isla antes y después de atravesarlo: una auténtica pasada.
Luego, lo que os espera no es menos espectacular.
Lo primero que encontraréis son las llamadas ventanas a la Caldera –un cráter volcánico de 1,5 km. de profundidad y 20 km. de diámetro–, donde hay que hacer una nueva parada.
Después, y tras reanudar la marcha, comenzarás a divisar los telescopios y la cumbre; y eso te indicará que vas por el buen camino.
Una vez allí, hay un sendero, que se asoma a pie de cráter, en el que hay que ir con cuidado porque el terreno es pedregoso y hace mucho viento.
Otra forma de subir «al Roque» es desde el Paso hacia la Cumbrecita y el Lomo de las Chozas.
Aquí hay una ruta circular, corta, aunque preciosa, para los más perezosos.
Teneguía y Garafía
Con la visita al volcán Teneguía, en el sur, la costa de Barlovento y Garafía, y los decepcionantes petroglifos de la Zarza, en el norte, daremos las puntadas necesarias a una isla que merece la pena ser cosida en toda su extensión.
Mas pistas
Lo que las guías no dicen
Aunque parezca que hace calor, hay que llevar ropa de abrigo para subir Al Roque.
Allí se realizan visitas guiadas al observatorio, pero hay que reservar. (Telf. 922405500).También se puede consultar la web del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC).
Pero si no hay sitio para la visita guiada, no te preocupes porque el paseo ya es un regalo.
Conviene llevar comida y bebida, porque arriba no hay de nada y si vamos a comer en la ladera, en algún pueblo, debéis contar con que se tardan casi dos horas en bajar en coche.
Lo que no te puedes perder
El bosque de los Tilos, Teneguía y las piscinas naturales del Charco.
El volcán (Teneguía) está en la zona sur, en Fuencaliente, donde existe un microclima inexplicable. Puede que llueva en la isla, pero allí las nubes no se atreven a entrar. Es mágico.
Comer y dormir
En San Andrés hay varios lugares emblemáticos para comer cherne, vieja y papas arrugás, con sus mojos.
Para dormir, aparte de casas rurales, lo mejor es el hotel Teneguía Princess que, además, de contar con una cocina notable, está en Fuencaliente, donde siempre hace sol.
Para comer un poco más formal, teneis el Rincon de Moraga, cerca de los LLanos de Aridane, en el oeste de la isla (Llanos de San Pedro), Casa Osmunda, en Santa Cruz de la Palma y, sobre todo, el Jardín de la Sal, en el sur; en las Salinas de Fuencaliente.