Mesa comunal típica de Le Pain Quotidien |
En estos locales, repartidos por Madrid y Barcelona, puedes desayunar, almorzar, comer, merendar o cenar
Hay restaurantes que son un ejemplo de modelo de negocio;
que buscan algo que contar y lo encuentran, una historia en la que basar su oferta gastronómica y
que, además, ofrecen a los clientes precios competitivos. Este es el caso de Le Pain Quotiden, que tanto en sus locales de Madrid como de Barcelona ha logrado unir los conceptos de entorno rural de comida sana y ecológica, en unos locales donde incluso hay mesas comunitarias donde compartir las viandas con comensales desconocidos y a precios razonables (media de 15 euros).
local de Velázquez |
La idea es del chef Alain Counmont quien proyectó recrear las casas de campo belgas en
recintos urbanos de las dos capitales españoles para disfrute de los clientes que pueden compartir mesa y mantel, sentarse en su barra o buscar un lugar, apartado del mundanal ruido, dentro del local.
El centro de la oferta tiene que ver con el pan – de hecho es un restaurante-panadería- y los platos-raciones que allí se sirven.
servir un pan artesanal y variado.
momento del día: desayunos, comidas, meriendas y cenas donde. como se ha dicho, el pan y la
bollería ecológica y artesanal es la base de su carta.
selección de tartines |
Pero también ofrece otro tipo de platos -aparte de un menú del día- que incluye ensaladas, sopas, fondúes y otras elaboraciones como el humus -en distintas texturas- que harán las delicias de quienes las degusten. A mi el que más me llamó la atención fue el humus de lentejas que se sirve en un plato o tartín frío con ricota fresca, cebolleta y salsa provenzal o en ración. No estaba mal, pero a mi me gustó más el humus clásico. También sirven tartines (una de sus especialidades) calientes como el de lomo de cerdo gratinado con mozareklla de bufala y unos platos especiales que denominan selección marroquí que incluye, además de una pasta de pimientos asados con nueces, el humus de lentejas ya mencionado, dip de perjil y cilantro con nueces.
El pan que se sirve es artesanal |
Sin ser de altísimo nivel, la propuesta gastronómica cumple con lo que se espera del local y, desde luego, es tu sitio si te gusta el pan, en el mas amplio sentido de la palabra, porque una gran parte de la oferta del restaurante incluye este elemento. Además, Le Pain Quotidien -algo así como el pan (nuestro) de cada día- también cumple con la norma ‘no española’ de permanecer todo el día abierto, por lo que también puedes hacer un brunch, si es eso lo que te apetece.
Al menos en el que hay en la calle Velázquez de Madrid (Velázquez 95; Gran Vía 46; Serrano
27; Capitán Haya 26; Fuencarral 95) los comensales tiene pinta de ser repetidores, lo que es muy bueno para la marca porque significa que ya tiene clientes fijos en un lugar de paso y situado estratégicamente.
barra de la entrada |
postre |
En el menú que vayais a elegir -al menos eso me pasa a mí, que me gusta el pan- debeis tener cuidado con lo que pedís, porque si os pasais de ‘panazo’ acabareis con la tripa llena y sensación de pesadez. Por otro lado, si preferís algo más ‘ecológico’ teneis zumos baturales, fruta fresca y yogures ecológicos para un tentenpié frugal.
Además de todo esto, y para completar el círculo de modelo de negocio bien definido, estos establecimientos disponen de un servicio ‘take away’ que permite llevar a casa todos los platos
de la carta y el pan o la bollería artesanal característica y horneada a diario
con harinas ecológicas y procedimientos artesanales que son marca de la casa.