La Barranca, ¡vista al frente!

Las Canchas, con la bola del mundo, al fondo

Tan cerca, tan lejos..

Respirar aire puro…por fin. Este podría ser el slogan del valle de la Barranca. Y es que a poco más de 50 km. de Madrid se encuentra esta joya del senderismo y el paisaje que merece la pena ser visitada y disfrutada.
Como ocurre con otros tantos lugares de la geografía española, muchas veces no es preciso desplazarse muy lejos de nuestra residencia habitual para encontrar un sitio espectacular que, precisamente por hallarse cerca, o por desconocimiento, jamás hemos visitado. En Madrid, la gran mayoría de los senderistas conocen este lugar (incluso se hacen campeonatos regionales) que está situado en las faldas de la Sierra de Guadarrama, casi pegando con el límite territorial de Segovia. Se trata de un lugar en el que se puede hacer de todo; caminar, montar en bici o hacer el Tarzán tirándote por una de las tirolina de ‘De pino a Pino’, empresa que tiene allí una de sus sedes. Además, la ruta dispone de recorridos para los amateurs, los que quieren darse un paseo o quienes buscan los retos más exigentes.

Pista forestal, al incio de la subida

El valle está situado a las faldas de la Bola del Mundo (Alto de Guarramillas de 2.265 m) y La sierra de la Maliciosa (2.227 m.), cuyas cumbres aparecen nítidas y casi al ras desde el Mirador de las Canchas. Si consigues llegar hasta él, a unos 1900 m.(muchos son los llamados y pocos los elegidos) sabrás lo que es bueno. La naturaleza y tú. Bosques de pino silvestre salpicados por una vegetación abundante en helechos (como ocurre con la senda Ortiz, de la que luego os hablaré) y montañas por todos lados. El embalse de Manzanares, al fondo y a la izquierda; la Bola del Mundo con sus repetidores de tv más a la izquierda y en lo más alto; la Maliciosa, enfrente; Navacerrada y su emblase a la derecha…Por suerte, en la cima de las Canchas existen unos paneles explicativos con el que se entiende perfectamente lo que estás viendo.

Con la Maliciosa vigilante

Pero, atención, la Barranca, como ocurre también con la emblemática Pedriza, no muy lejos de allí, está tocada por la misma seña de identidad: que es muy fácil perderse. Y cuando digo perderse, me refiero a perderse sin consecuencias o con ellas. Metidos en harina; es decir, muy dentro del bosque, se pierden las referencias muy rápidamente, así que yo os aconsejo seguir los caminos y las sendas, si no coconeis el terreno. Es preferible caminar un poco más, pero hacerlo de forma segura.

Al recorrido se accede por la carretera autonómica M-607, que llega desde Navacerrada o desde Colmenar Viejo, según desde donde se venga. En todo caso, es fácil saltarde el desvío porque no pone nada. Si vais por la carretera de Colmenar hay que superar Cerceda y un poco más adelante, casi llegando a Navacerrada, hay una curva a izquierdas. Pues bien, junto a ella, pero en vuestra parte derecha habrá un desvío brusco en el que pondrá de Pino a Pino. Hay que ir despacio porque es fácil saltárselo. Si vienes de Navacerrada el desvío está nada más salir del pueblo dirección Madrid, pero a la izquierda.



senda Ortiz

Sigue por la pista que, como curiosidad, diremos que está asfaltada desde 1982, fecha en que España fue sede del Mundial de Fútbol, para facilitar el acceso de la selección francesa que se alojó en el hotel La Barranca. Sin embargo, hay que tener precaución porque es tan estrecha que apenas caben dos coches. Al final de la misma se encuentran los parkings para dejar coche o moto. No tiene pérdida, un poco más arriba, a la izquierda, está el hotel y, a partir de ahí, comienza la aventura.

Lo primero que encontrareis serán dos presillas, a la derecha, que remansan las aguas de un afluente del Manzanares, el Samburiel y que, como veis en las fotos, ahora lleva poca agua. Siguiendo el curso del río que queda a la izquierda, comienza la subida por una pista (ya sin coches) bien señalizada y que se va haciendo más empinada a medida que nos acercamos a la cima.

El rio baja con poca agua

Antes de eso hay que pasar por ‘De pino a pino’ y seguir ascendiendo a ritmo pausado y, si se va con niños, lo que es muy recomendable, parándose las veces que haga falta y finalizando el recorrido donde se quiera, ya que la zona cuenta con numerosos lugares, algunos incluso con mesas, para tomar un bocadillo o la famosa tortilla de patatas. Obviamente está prohibido hacer ningún tipo de fuego o barbacoa, así que mochila y bocata es lo mejor…¡ah! y luego no se te olvide recoger desperdicios y papeles y tirarlos a los contenedores de basuras. Aún se ve papel aluminio, servilletas y hasta pieles de plátano (de forma aislada, eso sí) en lugares tan emblemáticos como Las Canchas.

Si te animas a realizar todo el recorrido y llegar hasta el final debes saber que hay varias formas de subir y algunas son más tortuosas que otras. Se puede seguir por la pista, por ejemplo, pero esta opción, la más segura, entraña unos duros repechos al final (como 2 horas andando a ritmo). Sin embargo, la opción más recomendable es tomar el llamado camino o senda Ortiz (sin cartel que lo advierta) y que llega hasta las Canchas por una senda menos dura, aunque más selvática. Si quieres saber más sigue leyendo. Si ya te vale con esto, ve y disfruta.

MAS PISTAS

LO QUE LAS GUIAS NO DICEN

Inicio de la senda Ortiz, con los escalones

El camino que conduce a la senda Ortiz está en la foto adjunta y en una curva a derechas una vez rebasado el campamento ‘De Pino a Pino’. Hay que subirlo hasta el final, allí encontraremos una explanada -con restos de muretes- de un antiguo hospital, y justo a la derecha sale una vereda (se ve marcada) que en 20 metros más arriba nos situa en la pista forestal que sube hasta las Canchas. Una vez allí, se puede regresar hasta el parking por el otro lado, simplemente siguiendo la pista forestal. Puede interesarte saber que justo después de la zona recreativa hay una fuente (a la izquierda) donde puedes beber o llenar las botellas de agua. Al final del recorrido, cuando hayas descendido y ya cerca de la zona recreativa, baja hasta el río y mete los pies en el agua fresquita (o mas); tu cuerpo lo agradecerá.

PARA NO PERDERSE
El Mirador de las Canchas porque es el punto desde el que se divisa todo. De allí sale otro sendero que hará las delicias de los más montañeros, y que lleva hasta la Bola del Mundo. Yo tampoco me perdería la senda Ortiz; eso sí, lleva un apartamoscas, porque las hay a cientos…y son ‘cojoneras’.

COMER
Está claro que puedes comer en el hotel La Barranca, pero lo más recomendable es tartera o bocata, fruta y agua. Hay montones de lugares en los que hacer un alto en el camino y cuando te venga en gana. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *