Jerusalén sigue siendo el reino de los cielos.
Han pasado miles de años y esta ciudad mítica, por muchas razones, sigue siendo objeto de deseo político y termostato de la paz mundial.
Y es que Jerusalén es un problema eterno; una paradoja indescifrable, un símbolo, diríamos nosotros, que tiene que ver con la religión y con el poder.
Este viaje al corazón de Israel es uno de esos que no todo el mundo está dispuesto a hacer, aunque a la vez sea uno de los más deseados.
Porque llegar hasta la capital de Judea, ahora en Israel, puede ser tan atractivo como contradictorio.
De hecho, se da la paradoja de que en hebreo yeru significa casa y shalem, paz; por lo que Jerusalén significaría literalmente «casa de la paz».
Justo lo contrario de lo que dice la historia de una de las ciudades más antiguas del mundo, con casi dos millones de años de vida.
Riesgo relativo
¿Hay peligro? La respuesta es que siempre existe cierto riesgo en un lugar en el que conviven árabes, judíos y cristianos y donde existe un conflicto nunca cerrado con Palestina.
Pero siempre fue así, desde antes de que viajaran hasta allí los cruzados para hacer sus Guerras Santas.
Porque, por si no lo sabíais, desde el siglo X, más o menos, se sucedieron distintas oleadas de Cruzadas y todas tenías como objetivo final Jerusalén.
Algunos cruzados templarios o de otras órdenes militares llegaron incluso más lejos, adentrándose en territorio árabe, pero Jerusalén siempre era el bastión más deseado.
Otra forma de vivir
La razón del porqué esa obsesión del mundo occidental con esta ciudad,. ahora en territorio de Israel, también tiene mucho que ver el modo de vida «oriental».
Muchos de los que migraban hasta allí al albur de las Cruzadas, y alentados por las historias que se contaban, viajaban en busca de un nuevo mundo; un nuevo estilo de vida que en Europa no existía.
Frente al ascetismo, la desigualdad y el estilo espartano de la Europa Medieval, Oriente aparecía como el lujo, el desenfeno, la riqueza y el bon vivant.
Para no extendernos más en esta apasionante historia, hay que señalar que un reducido número de judíos había permanecido en Palestina desde tiempos romanos.
Sin embargo, la inmigración sionista organizada en asentamientos agrícolas no comenzó hasta 1882.
Estado judío
En noviembre de 1917 el Gobierno británico hizo pública la Declaración de Balfour, que era favorable a la creación de un hogar nacional para el pueblo judío en Palestina.
Un mes más tarde las tropas británicas al mando del general Edmund Allenby se hacían con el control de Jerusalén.
Justo después de la I Guerra Mundial los judíos reanudaron la migración a Palestina, y hubo hasta cinco aliyás (oleadas) en la que los judíos fueron comprando terreno a los palestinos
En noviembre de 1947, un acuerdo entre EE UU y la Unión Soviética, en la ONU, permitió que se dividiera Palestina en dos Estados independientes, uno judío y otro árabe.
Jerusalén quedaba bajo un “régimen internacional especial”. que consistía en dividir la ciudad en dos (oriental y occidental).
Con nocturnidad y alevosía
El 14 de mayo de 1948, con nocturnidad (porque fue de noche) y alevosía, los británicos se retiraron de Jerusalén y los judíos establecieron un Estado judío independiente.
Los árabes no aceptaron este acuerdo y ahí empezó, bueno, más bien, se reanudó, todo el lío por hacerse con la ciudad.
De manera que el conflicto que tan bien reflejó Ridley Scott en el Reino de los Cielos sigue hoy vigente.
De hecho, hace unas semanas, Estados Unidos ha sido el primer país en reconocer a Jerusalén como la capital israelí, cosa que no ocurria desde la fundación del Estado de Israel en 1948
Cómo llegar
El primer escollo para llegar a Israel es ese: llegar. Se puede hacer en avión hasta Tel Aviv o a través del puente de Allenby (os suena, ¿verdad?) si se llega desde Jordania.
Hay gente que hace este viaje combinando Jordania-Israel y debe pasar por el Puente Allenby, aunque los palestinos le denominan Al-Karameh y los jordanos Puente del Rey Hussein.
Sea como fuere, siempre es tortuoso. Las medidas de seguridad del Gobierno israelí son tan grandes que te someten a un interrogatorio individual antes de tomar el avión.
Por eso las compañías aconsejan llegar con varias horas de antelación al aeropuerto por si este interrogatorio se extiende más de lo esperado.
Que ver
Zona vieja
Pasear por la zona vieja de Jerusalén es casi obligado. Sus zocos, sus tiendas -la mayoría árabes- te dan una idea de los que se cuece aquí.
Por la calle puedes ver a un palestino, un jordano, un copto, un árabe, un rabino israelí o un ultra ortodoxo.
Aparentemente con total normalidad, pero imposible de juntar, como el agua y el aceite o los martinis de James Bond.
No decimos que haya zonas prohibidas para unos y otros, pero hay lugares donde unas religiones no se mezclan con otras.
Tres horas
Recorrer los lugares más emblemáticos del viejo Jesuralén te puede llevar unas tres horas, como poco, así que calcula que quieres hacer.
Tal vez puedes empezar por la Puerta de Jaffa, que es donde suelen iniciar la visita muchos tours turísticos.
Después debes acercarte hasta la Torre de David. Ahora es un museo, pero, en realidad, fue una ciudadela
Está situado en el Barrio Armenio de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Se construyó en el siglo II a.C., para defender la ciudad, aunque ha sido destruida y reconstruida en varias ocasiones por los guardianes de Jerusalén: cristianos, musulmanes, mamelucos y otomanos.
Santo Sepulcro
Seas o no creyente, otro de los lugares que debes visitar es la famosa basílica del Santo Sepulcro. Como puedes imaginar este es el «santuario religioso del cristianismo» por excelencia.
También se la conoce como la Basílica de la resurrección porque está situada en el punto exacto donde —según los Evangelios— se produjo la Crucifixión, Sepultura y Resurrección de Cristo.
Pero, además de eso, es el punto que separa la parte oriental de Jerusalén (árabe) de la la occidental (judía).
Puerta diplomática
Así que más simbolismo no puede tener. Pero dejadnos que nos detengamos un poco en contaros el curioso «proceso diplomático» que conlleva la apertura de la basílica cada día.
La basílica está situada sobre un montículo donde la Biblia sitúa el calvario, pero lo que no se dice es que la llave de sus puerta la tienen los musulmanes.
Si hay dos iglesias que nos han impresionado en el mundo: una es ésta y la otra, la de la Natividad, de Belén, de la que hablaremos después.
Y es que, a pesar de estar en el lado cristiano de la ciudad, su doble puerta de entrada la abre (y cierra) cada día una familia musulmana.
Esto ocurre desde tiempos de Saladino, allá por la Tercera Cruzada (s. XII) y funciona como un reloj.
De hecho, seis representantes de los grupos cristianos (griegos, armenios, etíopes, sirios, coptos y franciscanos) se quedan encerrados cada atardecer.
Y cada mañana, antes del amanecer, un musulmán les echa la llave por un una pequeña ventana y el Santo Sepulcro vuelve a abrirse. Curioso, ¿verdad?
Cúpula de la Roca
Otro de los monumentos destacados es la Mezquita de la cúpula dorada, oficialmente Mezquita de la Cúpula de Roca, que es musulmana.
Sin embargo, al otro lado del muro se encuentra uno de los lugares más emblemáticos para los judíos, sobre todo para los ortodoxos.
Se trata del famoso muro de las lamentaciones, donde algunos cabecean contra las piedras de la pared no sin antes pedir un deseo.
Este deseo se escribe en un papel y se introduce en alguna de las muchas juntas y grietas que tiene el muro.
¿Qué deseo os gustaría pedir? Cuidado porque, según la tradición, podría cumplirse.
El zoco y el vía crucis
Antes de pasar por los zocos y comercios, deberíais recorrer el Vía Crucis de Jesús con sus doce estaciones y donde se produjeron las siete caídas antes de llegar a la cruz.
En la zona vieja, las estaciones están señalizadas. Novena estación: Jesús cae por tercera vez ….Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz…
Hay un libro muy interesante que os recomiendo y se llama El Complot de María Magdalena.
En él se propone la teoría de que por medio de sobornos a los soldados romanos, y alguna que otra treta, María logró retrasar la llegada de Jesús a la cruz, lo que contribuyó decisivamente a salvarle de la muerte.
Es una teoría que entraría en conflicto con «los milagros», pero que podría haber sido una realidad.
Belén
Muy cerca de Jerusalén está la ciudad de Belén: el lugar donde nació Jesucristo.
En Belén está la catedral más maravillosa (en nuestra opinión) del cristianismo y aunque no seas creyente, en ella se respira algo especial.
Hablamos naturalmente, de la Basílica de la Natividad, donde una estrella dorada, en el suelo y frente al pesebre, marcan el lugar donde supuestamente nació Jesús.
Es una catedral sencillísima. Sin los lujos vaticanos y que casi está desnuda en su interior; es decir, que simboliza el necesario ascetismo de la fe primigenia.
De hecho, es una iglesia tan santa que está custodiada por tres guardianes: uno es católico (franciscano), otro armenio y un tercero ortodoxo, al considerarse lugar santo para las tres religiones.
Es costumbre que los creyentes bendigan allí sus rosarios pasándolos por encima este lugar santo.
Mas pistas
Lo que las guías no dicen
La moneda oficial en Israel es el Shekel o NIS (New Israeli Shekel), que tiene un valor aproximado de 4 Shekels = 1€. El Shekel se divide en 100 agorot.
Cuidado en los mercadillos porque los precios a veces están en dólares, pero sin el símbolo.
Por eso, antes de pagar conviene que preguntes si el precio es en $ o Shekel, así no te llevarás sorpresas desagradables.
Pasaporte
Al llegar al aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv, se emite un visado de turista por una validez de 3 meses. Es aconsejable que lo lleves siempre a mano para mostrarlo si te lo solicitan.
También debes llevar el pasaporte si piensas ir de Jerusalén a Belén y/o Jericó (Territorio bajo la Autoridad Nacional Palestina), ya que el paso funciona como una frontera.
Para viajar de Israel a Jordania tendrás que pagar 60 dólares en concepto de tasas y otros 65 dólares por el visado en sí (aunque sea para sólo un día).
A la inversa; es decir entrando a Israel desde Jordania lo habitual es que te hagan algunas preguntas que pueden retrasarte más de una hora.
Como ya señalamos, si vuelves en avión desde Israel, es recomendable estar al menos 3 horas antes en el aeropuerto.
Se trata de tener tiempo suficiente para responder «al interrogatorio» que pueden hacerte antes de facturar el equipaje.
Desde el aeropuerto de Ben Gurion a Jerusalén hay unos 65 km. Para recorrerlos puedes tomar el autobús 947, que sale de la Estación Central de Tel Aviv. Tarda como una hora.
A la inversa, para viajar de Jerusalén a Tel Aviv, debes coger el Bus 480 o el 405, que salen desde la Estación Central de Jerusalén.
Lo que no te puedes perder
Todo depende de lo largo que quieras hacer el viaje.
Si te ciñes solo a Israel, entonces lo imprescindible es visitar la Basílica del Santo Sepulcro, La Mezquita de la Cúpula de la Roca y el muro de las lamentaciones.
Sin embargo, también te aconsejamos visitar Belén y la basílica de la Natividad donde está el portal de Belén y donde, casi seguro, podrás bendecir los rosarios que hayas comprado como souvenirs.
Si vas a combinar el viaje, entonces es problable que te interese ir al Mar Muerto y también a Petra, ya en territorio jordano.
Comer
La cocina Kosher (judía) tiene tantas peculiaridades y excepciones como te puedas imaginar.
Por citar un solo ejemplo, no se pueden mezclar carne y leche.
Ésta es una prohibición muy fuerte en la Torá, por eso se lleva a cabo de la forma más estricta.
Para que la comida sea kosher ningún derivado de la leche puede tocar la carne que comes y viceversa.
Por ejemplo, no podrias tomar una hamburguesa con queso.
Por eso, si un plato se usó para comer carne o pollo no se puede volver a usar para comer productos lácteos si no ha llevado un proceso de kasherización (lipieza incluída).
Esa es la razón por la cuál muchas familias tienen de dos a tres vajillas y varios sets de utensilios separados con colores.
Cerdo, no
Hay muchas normas que tienen que ver con cómo se ha sacrificado el animal y tambien animales prohibidos directamente, como sucede con el cerdo
Por eso, muchos de los restaurantes son de corte mediterráneo o internacional, y algunos incluyen algún plato típicamente israelí, pero no es sencillo combinar una gastromomía pujante con tantas reglas y excepciones.
En Jerusalén los dos mejores restaurantes son Atalya, con unas vistas panorámicas espectaculares, y Deja Bu.
En Tel Aviv y para probar la cocina local uno de los mejores es OCD aunque no es precisamente barato.
Otras opciones son el West Side, un poco mas asequible que OCD (de 20-40€).
Y si quieres comida rápida, la gente se pirria por los bocatas/emparedados/burritos (no sabemos como llamarlos) de Sabich Tsernikovski: son los más famosos de la ciudad.
- Petra, la joya de los Nabateos