El Picachuelo, un restaurante con vistas

Ya sabeis, como nos recordaba el machacante estribillo de aquélla horrible canción (por decir algo) que en Madrid no hay playa.

Pero Franco y sus ministros de Fomento se empeñaron en construir pantanos y gracias a ello, o por culpa de ello, hoy existe el Picachuelo: un restaurante en plena sierra madrileña, al lado del pueblo de el Berrueco, que destaca por la calidad de su materia prima a unos precios muy razonables, y por la filosofía de su propietario, José Domínguez, empeñado “en que los clientes coman bien y se vayan felices“.

Y vaya que si se van contentos…más que unas castañuelas.El Picachuelo, al lado del camping del mismo nombre, no es un restaurante gourmet, ni lo pretende, pero tiene lo que debe tener un establecimiento serrano, aunque con cierto refinamiento: buena comida en un local agradable y acogedor.

No se puede hablar de que tengan especialidades, propiamente dichas, pero yo destacaría aparte del arroz con bogavante a precio low cost, el cabrito asado, las setas rebozadas y la ternera gallega.La carta de vinos tampoco está mal y cuenta con unos precios moderados, lo que facilita enormemente decidirse por un Rioja (como un Viña Tondonia o Pomal) o Ribera de Duero (como Protos o Pesquera) de rango medio.

También cuenta con vinos de Madrid y, por supuesto, con blancos gallegos tierra natal del propietario.La comida es buena (algunos platos, como los citados, exquisitos) y Domínguez se empeña en satisfacer a sus clientes uno por uno, con lo cuál la conversación y el trato amable y profesional están asegurados.

Por si eso no fuera suficiente, las vistas del restaurante al pantano del Atazar, uno de los que abastecen de agua a Madrid, son impresionantes; tanto, que sólo por eso ya merece la pena acercarse hasta allí.

Eso sí, ya advierto que cuando uno va por primera vez (seguro que repetireis y llevareis a más gente) no es fácil llegar ya que se accede, yendo desde Madrid, por la salida 60 de la carretera de Burgos y desde allí hay que salir en dirección a la sierra norte y el pueblo de el Berrueco. Una vez en el pueblo se llega hasta un cruce.

Allí se gira a la izquierda e inmediatamente la primera a la derecha. Siguiendo por esa carretera (el Berrueco-Cervera) a 1,5 km. está la entrada al restaurante. Hay que ir despacio porque es fácil saltársela.

Para evitarlo hay que fijarse en el camping y tomar el camino de al lado. Este, asfaltado, os llevará hasta un amplio párking gratuito para dejar el coche con tranquilidad, y a las mismas puertas de el Picachuelo que, dicho sea de paso, también dispone de terraza exterior (si hace sol las vistas son maravillosas) para tomar el aperitivo y un mini parque infantil con columpios.

Si además os gusta pasear o montar en bici en medio de la naturaleza, no os lo podeis perder. Tanto si vais con niños o con pareja, desde las inmediaciones del restaurante salen diversos caminos señalizados (rutas) que bordean el pantano y permiten contemplar bellezas arquitectónicas tan espectaculares como la presa de el Villar.

Pero de esta ruta maravillosa ya os hablaré otro día. Sólo diré, como adelanto, que la senda del Genaro, que es como se llama al camino señalizado que llega a los pueblos de los alrededores, da una vuelta completa al pantano.

Por eso un gran plan es madrugar un poco, irse a caminar o a montar en bicicleta por la senda y, a la vuelta, reponer fuerzas con unas buenas viandas en el restaurante. Para quienes aman la naturaleza y la gastronomía, es el plan perfecto.

Restaurante el Picachuelo. Ctra El Berrueco-Cervera km. 1,5. (El Berrueco-Madrid)Telf. 91 868 60 74http://www.elpicachuelo.com/

3 comentarios en «El Picachuelo, un restaurante con vistas»

  1. ¡Este lo conozco! Y es verdad, es estupendo. Si no recuerdo mal las dosis son bestiales. Después de leerte me han entrado unas ganas enormes de hacer una escapada a la sierra.

  2. Me alegro haber recibido este post,nosotros celebramos nuestra boda(sencilla e intima)en este restaurante y en todo le doy un 10;muy recomendable!!!!!!

  3. Estoy totalmente de acuerdo contigo en todo lo que comentas, pero le voy a sacar un defecto:

    Para los que no somos fumadores y nos gusta comer sin humos… (a ver si es verdad que el próximo año se prohibe "de una vez por todas" el fumar en espacios cerrados), nos tenemos que conformar con comer en un pequeño salón destinado a los no fumadores, el cual no tiene vistas al pantano… Una pena! pero bueno, aún así es totalmente recomendable.

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