Córdoba: 10 razones para conocerla (o volver)

We like Córdoba!
Es difícil escibir un reportaje sobre Córdoba y no repetir piropos de admiración. Incluso, es complicado abstraerse al embrujo de sus calles y sus gentes. Dicen que las mujeres cordobesas tienen los ojos más bonitos del mundo. No sabemos si es una exageración, pero si Córdoba es mujer, os aseguramos que no puedes dejar de mirarla una y otra vez.
Así que ya no hay excusas para no visitarla, o volver, si es que ya caíste embrujado por su alma. Y, si no lo crees, te damos 10 razones para que recuperes la fe..

1.- La Mezquita como eje de todo. La Mezquita de Córdoba es bella de día y de noche.   Construida en cuatro fases (y ampliaciones), la primera en el año 785, llevadas a cabo por Abderramán I, II, Alhakén II y Almanzor, es el símbolo del poderío del Califato Omeya. Tanta fama alcanzó en su tiempo que Córdoba llegó a sustituir a Damasco como modelo de referencia musulmana. Para saber más ya está la wikipedia, pero lo que no puede describir esta enciclopedia on line son las sensaciones y emociones que se sienten al pasear entre sus arcos.

 Ahora, además, con buen criterio, al ayuntamiento Cordobés se ha ‘inventado’ un espectáculo nocturno  (El Alma de Córdoba) donde mediante un video y un audioguía, se explica la historia del templo, con poco énfasis en la época árabe, según pudimos comprobar los asistentes al blogtrip #ILikeCordoba, que reunió en la capital andaluza a alguno de los blogueros más importantes de Córdoba y resto de España. Y es que ahora hay muchas sensilidades encontradas -incluso entre los cordobeses- con la pugna por la tirularidad del tempo, así que ahí lo dejamos. Espectacular a cualquier hora.

2.- Patios de ensueño. Su gente, sus calles sus patios…La ciudad no tiene desperdicio y, sobre todo, el caso antiguo es espectacular. Fuera de esas murallas, el Alcázar de los Reyes Cristianos también son dignos de mención y de visita, y recorrer la ciudad amurallada es bastante fácil. Presente por todas partes, el arabismo urbano es vigilado por una estatua de Averroes, adalid del conocimiento científico. Así que lo mejor es comenzar por la Judería que nos llevará directamente hasta la Mezquita. Eso sí, hay que caminar despacio para no perderse ningún patio, con sus flores, que los cordobeses están hartos de ver, pero los visitantes no.

Puerta del puente

 Hay muchas cosas que disfrutar, desde la Sinagoga a la Capilla de San Bartolomé, pasando por el museo arqueológico, pero lo que no debeis perderos es ese rincón magnífico que está en la puerta del puente y el triunfo con la estatua de San Rafael. Es el inicio del Puente Romano que cruza hasta el Campo de la Verdad y el Museo Torre de la Calahorra. ¿Algo mas? La puerta de Almodóvar, la calleja de las flores, la de la hoguera, la del pañuelo… Pasead sin rumbo:es lo mejor

3.- Tapas a gogó.Y hablando de tapas y mesones hay que citar dos establecimientos de distinto calado y conceptos de negocio, que ofrecen un interesante ‘break’ al visitante. 
El primero de ellos es las bodegas Mezquita (hay más de una), donde se ofrece desde un improvisado tablao flamenco que te demuestra lo ignorantes que somos al dar las palmas ya sean por bulerias, sevillanas, etcétera (por lo menos los blogueros), a sus mejores tapas. También cuenta con una tienda gourmet donde venden de todo y de la que, curiosamente, surgieron los negocios de las tabernas. Salmorejo (rico y untuoso), berejenas califales (la mejor tapa) con miel de vino Px de Montilla; albóndigas mozárabes, rabo de toro y, claro, pastel cordobés, fueron la selección de tapas que probamos con una calificación de notable.
Además, otra de las bodegas interesantes es La Cazuela de Espartería, no sólo por la amabilidad de su personal y la belleza del local, típico, y en dos plantas, sino porque hace algún guiño de autor a la cocina tradicional.

Bejerenjena ‘made in’ BM

4.- Salmorejo y punto. Pero si hablamos de la cocina tradicional, es imposible no hacer una parada en el salmorejo y, para conocer todos sus secretos, nada mejor que acercarse a la Salmoreteca de Juanjo Ruiz en el Mercado Victoria. El único mercado gastronómico de Córdoba, ubicado en la antigua caseta del Círculo de la Amistad, tienen casi de todo y así lo pudimos comprobar en las tapas que tomamos: aceitunas con cherry y queso azul (riquisimas), ceviche nikkei, maki flamenquin, mini hamburgesas de raza nostra….aparte del jamón ibérico de bellota de Covap o el queso puro de oveja, de la quesería del mercado.

Variedad para dar y tomar en un recinto que se pone hasta la bandera los fines de semana y que también cuida las copas nocturnas con distintas terrazas -alguna abierta y otras por abrir- con un gran ambiente. Pero si hay que destacar algo es la labor del chef Juanjo Ruiz, ‘el Averroes del salmorejo’. No sabemos si quedará mucho tiempo para que sea nombrado jefe de cocina del mercado, pero si eso ocurre, no será sorpresa para nosotros. Nadie sabe mas de salmorejo que el y en la salmoreteca se pueden tomar de todos los sabores y texturas, desde el tradicional, al de tinta de calamar o los frutales. Visita gastronómica obligada.

5.- La Provincia y sus pueblos. Extensa y, a veces, destensada, la provincia de Córdoba guarda sorpresas para quien quiera ser sorprendido. Para recorrerla hace falta coche porque hay distancias de más de cien kilómetros, siempre tomadas desde la capital. ¿Adonde ir? Pues claramente hay que hacer la Ruta de la Subbética, cuya capital más renombrada es Priego de Córdoba, pero cuyo pueblo más bonito (algunos dicen que es el más bonito de España) es Zuheros. Y ya que os poneis, pues nada, hay que llegar hasta Rute y probar sus mantecados, polvorones, anis…e Iznájar, el pueblo del político José Montilla, con su pantano y sus cuestas endemoniadas (casi tanto como la de Zuheros). Podría contaros muchas más cosas de la subbética cordobesa, pero mejor que leais esto.

‘La Fontana’ de Priego

6.- El AOVE, ¡qué vicio tan sano!.El AOVE es uno de los productos andaluces y españoles más característicos, saludables, y básico en la dieta mediterránea. Precisamente, es en Priego donde está la sede del Consejo Regulador de uno de los mejores aceites de oliva virgen extra del país. Si os cuadra y podéis acercaros, allí organizan catas en las que aprendereis, entre otras cosas, que el color del aceite no tiene que ver con su calidad y que, en muchos comercios y reastaurantes, nos dan gato por liebre. Precisamente, la zona DO de Priego comprende los términos municipales de Almedinilla, Carcabuey, Fuente Tójar y Priego. 
Picudo, hojiblanca y picual son las tres variedades que se emplean para elaborar los aceites de esta comarca; un sector que necesita orden y el etiquetado de las botellas puede ayudar a que se eviten fraudes, ya que en España hay más de 260 variedades de aceituna, como dijo Francisca García, secretaria general del Consejo Regulador. 7.000 agricultores viven de este olivar. Calidad y excelencia unidas que se hacen patentes cuando estos aceites pasan por las papilas gustativas. Impresionantes sensaciones

7.- Disfrutar de los ‘olivos con patas’. Y si el aceite es una maravilla, qué se puede decir del jamón ibérico puro. Los cerdos del valle de Los Pedroches se crian en montanera y con bellota,y producen una carne con unas grasas tan saludables como extraordinarias. Empezamos desayunando jamón ‘a pelo‘ y hubiéramos estado así hasta la noche. Este es el problema de los jamones de los  Pedroches; que no sacian, así que puedes comer sin parar hasta la extenuación. 

Clemente Gómez

Otro mercado atacado por la picaresca y el intrusismo, donde el etiquetado es fundamental. La Cata de jamón ibérico puro de bellota DOP Los Pedroches estuvo dirigida por uno de los mejores cortadores: el gaditano Clemente Gómez. Hay que tener en cuenta que solo se elaboran 500.000 jamones de cerdo ibérico puro en todo el mundo, que solo hay un 6,3 % de ibérico puro en España (cuyos cerdos se comen 10 kilos de bellota la día) y que la curación media de cada jamón es de unos 4 años. Su grasa, que se funde a temperatura ambiente es inconfundible y su sabor un tanto dulzón, marcan la diferencia y la categoría de sus piezas que, además, llevan el sello rojo de la Denominación de Orígen Protegido. Un manjar de dioses.

Montanera en el valle de Los Pedroches

8.- Probar el Oloroso. Otro santo y seña de Córdoba y su provincia son sus vinos olorosos de Montilla Moriles. Bodegas centenarias, de techos altos para combatir el calor del tórrido verano cordobés y tinajas de barro tradicionales para elaborar unos vinos con cuerpo y que a nadie dejan indiferente. ¿El secreto? El proceso de fabricación. las barricas aquí son viejas, para que el vino no sepa a madera, sino que incorpore otros matices gracias a un envejecimiento de por lo menos 10 años. 

La barricas se llena hasta la mitad y se reponen con vino joven cada cierto tiempo. En medio de estas barricas se forma el velo de flor de levadura que también se queda como poso, de manera que se va extrayendo el vino que queda justo enmedio de estas dos lineas. Los bloguers participantes en ILikeCordoba estuvimos visitando la bodega Pérez Barquero, donde Mariano Rajoy, antes de ser presidente de Gobierno, firmó en una barrica ‘hay futuro’, ¿premonición?  A nosotros el que más nos gustó fue el dulce elaborado con uva Pedro Ximénez. Espectacular.

La barrica de Rajoy

9.- Los espectáculos nocturnos y diurnos. Aparte de tomarse unas ricas tapas, un extraordinario salmorejo y unas copas en el Sojo de Mercado Victoria o recorrer las columnas de la mezquita de noche, otro de los atractivos ‘de moda’ en la noche  cordobesa es la cena-espectáculo del Palacio de Viana. 

Después de una visita privada en la que se recorren las distintas estancias del edificio en el que, incluso durmió Franco, un grupo de actores y cantantes interpretan fragmentos de distintas zarzuelas por los doce patios del Palacio. La historia cuenta la azarosa vida de los marqueses de Viana, hasta la celebración del convite de la boda que comprende una interpretación gastronómica ofrecida por el único cocinero con estrella Michelin de Córdoba, Kisko García, del restaurante Choco. Más allá del espectáculo y los actores, hay cosas que deben corregirse inmediatamente para no ensuciar el buen nombre de este extraordinario chef. Por ejemplo, hay que finalizar el espectáculo artistico sin que un nuevo acto final interrumpa el cóctel; es preciso tener previstas alternativas para la cenar al aire libre por si hace frio, como la noche ‘de autos’, o llueve; y, finalmente, hay que cuidar el servicio del cátering para que no escaseen las viandas o se repitan en diferentes tramos. Vamos, que es un problema de organización y de ajuste de tiempos y formas, pero no de cocina.

Huevos con chorizo en palitos; gazpacho con albahaca…todo muy rico. Cuidando los tres puntos mencionados, Kisko aparecerá tan grande como es en realidad. 
Y para relajaros no os olvideis que en el Hammam Al Andalus os podeis dar unos baños y masajes que no olvidareis.

10.- Mirando al río. Para resarcirse después de una buena tunda lo mejor es ir al rio. Disfrutar con la mirada del agua relajante del Guadalquivir desde una buena terraza en medio del bullicio diurno y nocturno. ¿Un lugar? La Taberna del Río –del grupo La Montillana– es el lugar idóneo. Ambiente estupendo y, si hace sol, mejor que mejor.. 

Antonio Jiménez

El descanso de los guerreros y guerreras, y un menú que, psicológicamente o realmente, resulta muy valorado gracias a la pericia de su joven cocinero: Antonio Jiménez. La mazamorra de almendras con confitura de pera ecológica es de ‘repetir’ plato y, vamos que si repetimos. Llevaba virutas de atún rojo ahumado, pero era lo de menos. Luego calabacín a la parrilla con queso de Zuheros

Desde la terraza

enconstrado y avellana cordobesa; revuelto de collejas, cartucho de alcachofas, caballa en escabeche semidulce (mozárabe), carpaccio de presa ibérica del valle de los Pedroches, mollejas de ternera a la parrilla y fresas con nata, con crema de nata. El vino de la casa, fue lo que falló, pero pedimos otros cordobeses y de málaga y chin pum, se arregló todo. Luego café en la terraza con vistas. Un sitio muy recomendable. 

Bendita mazamorra

¿Y para dormir? El hotel Eurostars, sin duda ninguna. El unico cinco estrellas de la ciudad. Totalmente renovado, cuenta con un buffet desayuno de primera división… y los japoneses lo saben. ¡Ah may!.

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