Bergen: el dios de la lluvia y la «ruta del bacalao»

Llueve, sale el sol y vuelve a llover. Este es el clima de Bergen, la ciudad más bonita de Noruega.

Situada en la costa oeste del país es la primera barrera a las tormentas atlánticas que pasan por encima como una exhalación, pero también es la puerta de entrada a los fiordos.

Casi sumida en la oscuridad durante el largo invierno, ahora, con la llegada de la primavera es cuando comienza la mejor temporada -que se prolongará hasta mediados de septiembre- para viajar. ¿Sereis capaces de resistiros?

La segunda ciudad

Bergen, es la segunda ciudad más grande de Noruega, después de Oslo, la capital.

Situada al oeste del país es el primer obstáculo para las borrascas atlánticas. ¿Resultado? Que casi siempre llueve.

Pero esto, que podría parecer un problema, no lo es, porque las nubes pasan por su cielo a toda velocidad y tan rápido llueve como que sale un sol espléndido.

Entonces sí que se arma la marimorena visual, porque las casas de madera y de colores la bahía de Vagen se convierten en un espectáculo al aire libre.

Precisamente ,estas casas de madera, que se están hundiendo en el lodo del puerto forman parte del Bergen medieval (Bryggen) fundado en el siglo XII.

Inicialmente, fue el refugio de comerciantes alemanes (La Liga Hanseática), suecos y rusos que recalaron en el puerto noruego para comercializar bacalao e hicieron allí su propio barrio.

Sus casas hoy son museos en los que aún se aprecia cómo era la vida entonces.

Anochecer en Bryggen

Funicular

Aparte de darse un ‘garbeo’ por las intrincadas callejuelas de este barrio, otro de los atractivos de la ciudad es acercarse hasta Overgaten, justo detrás del muelle de Bryggen, para subir en el funicular.

Este os llevará hasta la cima del monte Floyen. Allí, aparte de unas vistas excepcionales, os esperan los personajes mas conocidos de Noruega: los trolls.

Una especie de ogros que pueden ser buenos o malos, según la leyenda que se elija, pero, en cualquier caso,entrañables.

Bergen está considerada como una ciudad especialmente vibrante y animada gracias a sus museos, su oferta cultural y su importante población estudiantil.

De hecho, aquí el frio, la lluvia o la oscuridad no son un problema. Los bares y pubs se las apañan para poner calefactores en las terrazas y mantas, pero de las que abrigan.

Por eso es curioso ver a los jóvenes tomando cerveza y licores en la calle, envueltos en mantas, mientras jarrea agua, por ejemplo.

La Liga Hanseática dejó su particular y deslumbrante puerto pesquero

Mercado

Otros lugares de interés del centro neurálgico de la ciudad son su mercado (del pescado, aunque se vende de todo) atendido en muchos casos por españoles o trabajadores de habla hispana.

También os puede llamar la atención el edificio del BergensTidende, el periódico más leido fuera de Oslo, fundado en el siglo XIX, y que está muy cerca las insulsas esculturas del Torgallmenningen.

Subida en el funicular

Asimismo, podeis visitar el fuerte de Bergenhus (torre de Ronsenkraantzm, que data del siglo XIII y está situado en uno de los lados del puerto.

Por su parte, la iglesia de Korskirken, del siglo XII, restaurada en al menos siete ocasiones por culpa de los incendios, también es interesante.

Asimismo, la calle peatonal Skostredet, donde se encuentran tiendas de artesania, algunos restaurantes y el mercadillo de verano.

Puerta de los Fiordos

Pero Bergen también es la puerta de los Fiordos.

Unas hendiduras rocosas antes ocupadas por los glaciares que fueron erosionando las rocas a razón de medio metro de profundidad cada mil años, lo que da una idea aproximada de la edad de estos macizos montañosos.

Mercadillo del puerto

Uno de los más cercanos a Bergen es el de Oster (Osterfjord), pero el más conocido y largo es el Songefjord (fiordo de los sueños) que mide más 204 km de largo.

¿El más bonito? Tal vez el más bonito sea el de Geiranger, pero no es tan emblemático.

Tanto es así que al ‘de los sueños’ la Unesco lo declaró patrimonio de la humanidad.

Curiosidades y felicidad

Noruega tiene algunas peculiaridades como que hasta hace no muchos años era uno de los países más pobres de Europa, pero desde que encontraron petróleo en el Mar del Norte, ha pasado a ser los más ricos.

Esto no ha hecho que sus carreteras mejoren –son de dos direcciones y los noruegos conducen con parsimonia desesperante–, ni ha conseguido que los túneles, algunos de 25 km, sean seguros.

Eso sí, viven bien, ganan buenos sueldos y pagan muchos impuestos que luego reciben en forma de servicios esenciales y eficaces en su vida diaria. Son ordenados, ecológicos y respetuosos.

Vamos, justo lo contrario de los españoles. De hecho, cuando, como peatón, cruzas por un semáforo en rojo para que pasen los coches, te recriminan diciendo que has hecho una españolada

Además de eso, un reciente informe de Naciones Unidas lo situaba como el segundo pais más feliz del mundo, pero esto sí que es bastante dudoso, ya que tiene una de las tasas de suicidio más altas de Europa

Buscando el sol

Aparte de eso, muchas empresas mandan a sus trabajadores dos semanas a las islas Canarias en invierno como acción terapéutica.

Entonces, ¿cómo van a ser los más felices de Europa y del mundo? Y es que en Noruega el signo de ostentación es el yate, no el coche.

La casa más cara no se mide por su superficie, sino por la cantidad de sol que recibe.

Y a los españoles nos cambiarían petróleo por sol y gastronomía, y sus casas de madera por nuestras casas de hormigón pero, eso sí, es un lugar precioso para pasar allí una temporada, y si uno es amante de la naturaleza más todavía.

Y es que Bergen merece mucho la pena.

Fiordo de los sueños

Más pistas

Lo que las guías no dicen

Para las excursiones, hay que llevar algo de abrigo, aunque viajes en pleno verano, y siempre para salir de noche porque refresca y bastante.

En Bergen hay que ir ‘estilo cebolla’, llevar muchas capas de ropa para ir quitándoselas de acuerdo con el tiempo. Y paraguas, por supuesto.

En el centro del puerto se encuentra el famoso mercado del pescado, que es todo menos barato, pero a lo mejor podeis encontrar ‘alguna ganga’ asequible al sueldo español.

Tren de Flam y torre de Bergenhus

Lo que no te puedes perder

Sube al monte Floyen en el funicular y pasea por las calles del centro (incluido Bryggen).

También es aconsejable viajar hasta Myrdal para tomar el tren de Flam (Flámsbana), una obra de ingeniería que atraviesa 20 túneles a lo largo de 20 km.

El tren tarda una hora desde Flam, situado a nivel del mar, hasta Myrdal a 867 metros, por eso estamos ante uno de los trenes con más pendiente del mundo (5,5% en un 80 por ciento del trayecto).

Circula por la ruta de los camineros y  frente a la cascada de Kárdal, y cuesta unas 550 coronas (0,10 euros por corona aprox.).

También debes visitar el fiordo de los sueños (si o sí) y sus acantilados.

Barrio de Bryggen a punto de llover

Comer

Los noruegos son muy ordenados y respetuosos con el medio ambiente.

Van en bicicleta (aunque haga frío) a trabajar y sus ciudades son muy seguras, pero la variedad de su alimentación es dudosa.

Vamos, que la comida se basa en sopa de salmón, más salmón, arenques y ensaladas tipo alemana y poco más.

Así, los restaurantes digamos baratos son de andar por casa y sirven perritos calientes.

A pesar de eso, y buscando la cocina local (porque hay muchos restaurantes de otras etnias ….peruanos, indios, italianos…) el más destacable es Bryggeloftet &Stuene .

Basa su oferta en sopas y mariscos, y está justo en el puerto.

Otra opción con una relación calidad-precio aceptable es Bare Vestland y un poco más elegante (y mas caro) el 1877 que cambia el menú según la estación del año.

2 comentarios en «Bergen: el dios de la lluvia y la «ruta del bacalao»»

  1. Siempre he oido hablar de los Fiordos Nórdicos, es uno de mis viajes que queda pendiente hacer. Gracias Juanma por hacernos soñar y disfrutar del viaje.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *