Becker 6, un examen parcial para subir nota

Hace algunos años, tras realizar un examen oral en la Univesidad, un catedrático de economía nos dijo: ‘llevo una hora haciéndoles preguntas y por las respuestas que me dan, aún no sé si aprobarles o suspenderles’. Lo miramos de reojo y le dijmos: ‘pues no sé, hemos contestado a todo’. ‘Si y no’, respondió. ‘Así que les voy a hacer una última pregunta y de eso dependerá su nota: ¿Qué es Rumasa?’, nos espetó.
Al final del post sabreis qué pasó. Con el restaurante Becker 6 nos ocurrió algo parecido: que después de comer allí salimos con la sensación de que no habíamos visto la verdadera cocina, ni teníamos argumentos suficientes para emitir un veredico sobre ella. 
Por eso aún no sabemos que nota ponerle. No podemos decir que la experiencia fuera mala, pero nos dejó algunas dudas. Es posible que en ello tuviera que ver que no eligiéramos
bien los platos o que la etiqueta que tiene de restaurante armenio nos confundiera. Pero, sea como fuere, creemos que merece una segunda oportunidad.
Lo primero que llama la atención nada mas entrar al local,
con una pequeña barra al lado de la puerta, es la decoración, de nivel y con cierto regusto a Bistró francés o restaurante
neoyorquino con sillones corridos en la pared que, dicho sea de paso, no siempre resultan cómodos. Los autores del interiorismo son el estudio Cusí que también se
encargó de decorar el exitoso restaurante Ten con Ten, entre otros.
Hummus
Pero volviendo al tema armenio, que despista un poco, la verdad es que la ‘culpa’ la tiene uno de los propietarios, Álvaro
Rodríguez-Cano, con reminiscencias de esa cultura gastronómica donde los lácteos tienen mucha importancia. Y es que la cocina armenia se caracteriza por estar a caballo entre la
mediterránea y la caucásica, con influencia rusa, balcánica, árabe y hasta de Oriente Medio. Y de tal palo, tal astilla. Así que la carta de Becker 6, tiene un mestizaje
tan acusado y con platos tan variados como el humus, las croquetas o los rollitos de
verduras, los langostinos con salsa de soja, las almejas con arroz de jazmin o el
curry rojo como condimento de cabecera.
interior del local
A su favor, la
importancia que se le da al pan -hecho en el propio restaurante- y que elaboren una cocina mediterránea con toques bizantinos, aunque perfectamente adaptados
al gusto español. Y es que en manos de Rodríguez- Cano, Sainz
de Vicuña, su mujer y su hija Aída, un equipo que derrocha ilusión y
ganas, está que la carta logre la estabilidad que seguramente
merece y deseamos.
pescado con curry rojo

 

Un plato clásico de la casa y
bien conseguido es el babaganoush (berenjena asada con pasta de sésamo y limón)
y un ejemplo de acercamiento a España y México son las rabas de chipirón con mayonesa de chile o
las croquetas de jamón y trufa negra. 
Entre las ensaladas, destacan la de halloumi (queso chipriota) a la parrilla con crudites, la de calabacín y
manzana con salsa tarator (salsa libanesa a base de crema de sésamo) o la griega con puntillitas de
chipirón.
cebollitas
Aunque ahora no están en carta,
porque parte de sus elaboraciones están ligadas a la cocina de mercado,
cuando estuvimos en el local probamos unas estratosféricas cebollitas en tartaleta realmente meritorias. Lo
mismo se puede decir del curry
rojo de pescado blanco y almejas con arroz jazmín
, el salmón marinado con salsa dhil y
patatas a la crema
o la lubina
salvaje al horno con puré de hinojo. Todas de calidad y ejecución más que aceptables, pero sin despertar eso ohhh!! de admiración que teníamos preparado en el paladar, dadas las expectativas. 

 

En cuanto a las carnes, y aunque no las probamos, nos llamó la atención la hamburguesa picada en casa bañada en cerveza
negra, la coquelet (pollo picantón) de Bresse con puré de patata, la paletilla de lechal marinada con
azafrán y especias confitada a baja temperatura o la kefte (brocheta de carne picada de
cordero) sobre fondo de verduras asadas.
arroz jazmín

Con estos mimbres llegamos a los postres
y a pesar de su buen nombre y de que la mousse de chocolate negro Valrhona guanaja
estaba rica, no era espectacular. Ahora, con tiempo de por medio y repasando las notas se nos ocurre que tal vez habíamos elevado mucho las expectativas y, en el caso de los postres, tal vez
debimos decantarnos por las natillas sólidas con ciruelas de Armagnac o la
naranja con su cáscara confitada.

mousse de chocolate

 

 
El asunto es que hablamos de un restaurante que lo hace todo ‘casero’ (pan, hamburguesa…) y por eso pensamos que debe sacar nota; máxime cuando, además, la oferta gastronómica permite pedir guarniciones individuales de los platos como el arroz pilaf o los pimientos del piquillo, cuentan con un plato del día que
viene muy bien para atraer a los ejecutivos de las empresas de la zona que pueblan su sala a mediodía y ofrecen un
brunch dominical que promete.

 

En fin, que, como decíamos al
principio, necesitamos volver al local y saber si le aprobamos el examen o no
porque, como nos pasó a nosotros con el catedrático de economía, de momento, no sabemos que nota ponerle. En nuestro caso, el
profesor nos aprobó, así que esperamos que Becker 6 también saque
buena nota la próxima vez.

Restaurante Beker 6. C/
Hermanos Bécquer 6, Madrid. Tlf: 911 73 43 97. http://www.beker6.com

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