Baena, el pueblo cordobés con nombre de aceite

La provincia de Córdoba tiene multitud de alicientes no sólo de tipo monumental o turístico, sino tambien gastronómicos.

Y es que dentro de ese conglomerado de pueblos y pequeñas ciudades que completan la provincia una de las más importantes es Baena; una ciudad que ha cambiado de forma extraordinaria en los últimos años y que hoy ofrece múltiples alicientes al viajero que quiera disfrutar de la auténtica campiña cordobesa.¿Nos acompañáis en este viaje más allá del aceite?


Decir Baena, es casi como decir la capital del aceite cordobés -con permiso de Priego, naturalmente- y además con el condicionante de que se que esta ciudad-pueblo de 20.000 habitantes linda con el límite territorial de su competencia en el oro líquido (AOVE) que es Jaén.

Pero, aunque el aceite de oliva sigue distinguiendo a esta ciudad, el lugar cuenta con otros alicientes que lo hacen atractivo para cualquier viajero. 
Después de pasar años empañada por el brillo del cercano Zuheros, uno de los pueblos más bontos de Andalucía y España, Baena ha sabido sobreponerse al aceite jienense y a la belleza de este pueblo de la subbética cordobesa, famoso además por su queso, con la fe de quien cree que en su tierra o debajo de ella se escondía algún tesoro.
Así es como han logrado reconstruir su castillo e inaugurar un museo histórico con restos romanos de gran valor y como, sepultado entre olivos, y bajo tierra, también han encontrado el premio a tanto esfuerzo: el parque arqueológico de Torreparedones.

Foro de Torreparedones y castillo al fondo

Por eso hoy el municipio es mucho más que aceite y una de las capitales más importantes -si no la que más- de la campiña cordobesa (en Córdoba existen distintas comarcas con, digamos, D.O. turística que son, aparte de la campiña, la subbética, el valle de los Pedroches,y el valle del Guadalquivir). Y es que Baena apunta alto en materia turística y que cuenta con los mimbres necesarios para triunfar. Por ponerle un pero, solo necesita mejorar su oferta hotelera y tal vez hostelera para alcanzar la excelencia que busca y merece.

Museo histórico

Como
ocurre con otros muchos pueblos andaluces, el término Baena procede del árabe
Bayyana que a su vez tomó el nombre de una villa romana conquistada en
el siglo VIII y tras cuya conquista fue fortificada y convertida en enclave
defensivo..
Además
de la plaza Palacio, el pueblo está plagado de iglesias como las de San
Bartolomé, Santa María La Mayor, Guadalupe…que harán las delicias de
los amantes del arte sacro, pero nosotros nos fijaremos mas en la plaza
de la Constitución
, que alberga al ayuntamiento, sobre todo por sus
edificios barrocos como la Casa del Monte (que da nombre a uno de los
restaurantes más famosos)  y la Casa de
la Tercia, justo al lado, y ambos edificios propiedad del Ayuntamiento, que alberga al museo histórico que conviene
visitar porque en sus nueve salas se exponen los restos encontrados hasta la fecha en el
parque arqueológico de Torreparedones. 

Desde
ese mismo punto, y enfilando la calle que lleva a la Almedina, la parte
más alta de la ciudad construida por los árabes, se llega al castillo,
hasta hace siete años medio derruido y hoy enclave fundamental no solo
para tener las mejores vistas de la ciudad, sino por su valor
histórico-artístico. Nosotros tuvimos el privilegio de vistarlo, aunque
aún no está abierto al público. En su restauración modernista -en la que se han inverttido 5 millones de euros- destacan
los detalles con madera de Iroco y la disposición de la piedra
utilizada- y llegada desde Cataluña- que permite la entrada de la luz
solar a todo el edificio, incluidas las torres de vigilancia que, originalmente eran diez, y cuyo testigo mudo es el alminar de la mezquita de bayyana que sobrevive en al actual torre de la iglesia de Santa María La Mayor.

 
Torreparedones 
Torreparedones es, sin duda, ‘la joya de la corona’ de Baena. Tres mil quinientos años de historia lo contemplan y una inversión, por el momento, de seis millones de euros. En
las épocas ibérica y romana esta ciudad alcanzó su máximo esplendor y
desde el siglo VI a.C. se rodeó de una potente muralla, reforzada con
torres. 
Situada a 22 km. de Baena, se llega a ella en una media hora en coche. De momento, han sido excavados y desenterrados sólo una pequeña parte de los tesoros que esconde. El santuario Ibero.Romano, la Puerta Oriental, el Mercado, el Foro, el Templo, la Basílica Civil, la Fuente Romana, y el Castillo Medieval ya son visitables y admirables y el
próximo proyecto es sacar a la luz el Anfiteatro, que ya ha sido localizado y que se excavará una vez se llegue al acuerdo de compra de los terrenos a los propietaron de los olivares que se asientan sobre las ruinas.
 
 

Desde el castillo, al que se puede acceder, se divisa la magnitud de la extensión olivarera de la comarca y en los días claros dicen que se pueden ver una decena de pueblos colindantes, así que tanto los romanos como los árabes sabían donde elegir los puestos más idóneos para la vigilancia del territorio.

cueva del yeso

Finalmente, y de camino a Baena, es imprescindible hacer un alto en la cueva del yeso, de la que apenas hay abiertos al público unos 200 metros de sus kilométricas galerías, pero cuyas estalactitas crecen al revés que las cuevas clásicas de carbonato cálcico. Dentro de la cueva, un microclima con un 90 % de humedad, y unos cristales de yeso que brillan como si fueran diamantes. Una pasada de lugar, que será aún más espectacular cuando se pueda visitar el lago subterráneo que esconde. 

Casa del Monte
 

MAS PISTAS
LO QUE LAS GUIAS NO DICEN.
La cueva del yeso es una de las cuatro de mayores dimensiones de España y
la primera a nivel provincial, además de la única cavidad existente en el
Valle del Guadalquivir y de origen hídrico de
Córdoba. Alberga una gran colonia de crías de una especie de
murciélagos en peligro de extinción (que se dejan ver o no caprichosamente y según las visitas y época del año) y diversas especies de gambas que
sólo habitan a nivel mundial en esta cueva. Por otro lado, la campiña cordobesa, donde esté enclavada la ciudad, tiene un microclima que rebaja varios grados la temperatura provincial a primera hora de la mañana y por la noche. Para los amantes de la naturaleza, Baena también cuenta con tres lagunas (la de la Quinta, el Rincón del Muerto y Cassasola) en la que se pueden divisar distintas especies de aves, sapos corredores, gallipatos, ranas y galápagos
 

Panoramica de Baena

LO QUE NO TE PUEDES PERDER
Sube hasta el castillo de Baena porque las vistas desde la Almedina ya valen la pena. No te olvides de visitar también el museo provincial, hacer la visita guiada de la cueva del yeso (máximo 12 personas cada vez)  y el parque arqueológico de Torreparedones. Este recorrido del parque arqueológico lleva entre una y dos horas, así que planteate la visita sin prisas. Si quieres acceder a una de las lagunas cercanas a Baena, la de la Quinta es la mejor de las tres posibles.
 

Mojete de papas baenense

COMER Y DORMIR
Ya hemos señalado brevemente que este es el punto débil de esta ciudad- pueblo, el de los alojamientos, y que es preciso mejorar este aspecto de forma inmediata.Y parece ser que ya existe el proyecto de convertir la Casa del Monte en un gran hotel. Mientras eso ocurre la mejor opción de alojamiento es La Casa Grande, -aunque necesita reforma y eliminar las esculturas de las habitaciones- y luego están el mesón ruta del califato y un hostal, así que puede que lo mejor (hasta que este asunto se solucione) es buscar casas rurales por los alrededores (en Zuheros, por ejemplo) o pernoctar en Córdoba (a una hora de camino). 
En cuanto a los productos y gastronomía, hay distintos lugares para comer como Casa Pablo o el Mesón  Sancho, pero sobre todo,y la mejor opción es sin duda la Casa del Monte en la plaza de la Constitución en el que, según dicen ellos, practican cocina mediterránea como, por ejemplo, las berejenas con salmorejo y el bacalao gratinado al ali oli de miel o en aceite de oliva con minipisto. 
Además de eso, allí puedes probar, y es lo que te recomendamos, el exquisito Mojete de Papas (con tomate, patata, huevo y pimentón) y el Revoltillo (con habas y jamón) ambos platos típicos de Baena además, claro está, del salmorejo o los flamenquines, abundantes en el recetario de toda Córdoba. Finalmente, remarcar que aunque no sea objeto de este reportaje, no podemos obviar la influencia que ha tenido y tiene sobre la ciudad el producto estrella de la zona como es el aceite de oliva virgen extra (AOVE de la D.O. Baena) que aquí adquiere tal carta de naturaleza que existe incluso un museo del olivar y el aceite.

 
 
 
La Subbética y sus pueblos.
 
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