Andratx y el castillo de Bellver, dos visitas obligadas en Mallorca

Andratx es, sin duda, uno de los destinos más atractivos de Mallorca. A ello contribuye de forma determinante que esté situado en el suroeste de la sierra de Tramontana y junto al mar.

Pero Andratx no sólo tiene playa, con pequeñas calas y playas tanto de arena fina como de roca que invitan a bañarse en sus aguas azules y cristalinas, sino espectaculares paisajes de montaña hasta un litoral escarpado y espectacular.

Septiembre, además, es un mes propicio para visitarla porque, aunque siempre existe riesgo de que nos pille una gota fría, el descenso del turismo es notable y, por lo tanto, el agobio de julio y agosto desaparece.

La Vila

En Andratx hay muchas cosas para ver y hacer. Y solo hace falta echar un vistazo a los negocios del puerto para hacerse con un kayak o alquilar una lancha para recorrer el litoral.

También puedes descubrir rincones de gran belleza a través de excursiones a pie o rutas en bicicleta, por los senderos de la zona interior.

En el mismo pueblo, aparte del barrio antiguo, tienes torres, museos, iglesia y un parque natural, para que disfrutes.

Esta villa, conocida por la población local como «la vila», cuenta con unos 7.600 habitantes.

Que ver

Aparte del puerto y su acantilados, en el centro del mismo se halla el Castillo de «Son Mas», sede del Ayuntamiento de Andratx desde el año 1998, y es de obligada visita .

Otro punto de interés es la iglesia de «Santa María» de Andratx, erigida como parroquia el año 1248, en cuyo interior conserva un importante patrimonio artístico como son los retablos barrocos.

Allí, cabe destacar el cuadro «Quadre des Moros», que representa el desembarco turco del 2 de agosto de 1578.

También puedes pasear por el antiguo barrio «des Pantaleu», donde se localizan los molinos de «sa Planeta» y la torre de «So na Gaiana».

El miércoles hay mercadillo, así que si eres adicta/o a estos puestos callejeros conviene que organices la visita a Andratx ese día de la semana.

Bellver

Sin embargo, no vamos a ocultar que según te plantees la jornada es posible que esta visita se te quede corta, así que no está nada mal (y te pilla de paso) que la completes con el castillo de Bellver, en Palma capital.

Un castillo-fortaleza desde donde «se controla» toda la bahía de Palma, así que ya puedes imaginarte las vistas que tiene.

Lo puedes recorrer por tu cuenta (con o sin audio guía) o reservar a una visita guiada.

Su construcción se inicia en 1300 por orden de Jaime II, rey de Mallorca y fue diseñado como residencia real.

Allí pasaron breves estancias los tres reyes de Mallorca y a finales del s. XIV lo habitaron Juan I de Aragón y su corte que venían huyendo de la peste que asolaba Barcelona.

Prisión

Sin embargo, en 1717 se convierte en prisión militar. De hecho, entre 1802 y 1808 estuvo preso Gaspar Melchor de Jovellanos, ministro de Hacienda y de Gracia y Justicia bajo el reinado de Carlos IV.

El último periodo como prisión fue durante la Guerra Civil Española (1936-1938), cuando más de 800 republicanos estuvieron prisioneros en Bellver.

Edificio

La planta del edificio es circular, con tres torres semicirculares adosadas y una separada unos siete metros del cuerpo del castillo.

La construcción, dispuesta alrededor de un patio central, tiene dos pisos. Y desde sus almenas es desde donde se divisa la bahía de Palma en todo su esplendor.

El edificio y el bosque fueron cedidos por el Estado al Ayuntamiento de Palma en 1931, que lo convirtió en sede del Museo de Historia de la Ciudad y de la Colección Despuig de escultura clásica.

En sus salas, Bellver ofrece un recorrido por la evolución de Palma, desde los asentamientos talayóticos hasta el siglo XX.

También cuenta su pasado romano en el siglo 123 a.C. y la etapa musulmana a partir de 903, la conquista catalana en el 1229, el establecimiento del Reino de Mallorca (1276-1349), la construcción de las murallas renacentistas de Palma y su derribo en el 1903.

Comer

En Mallorca hace tiempo que triunfan distintos restaurantes, de diferente categoría, pero todos apetecibles.

Eso sí, los precios son un poco elevados para el bolsillo medio del españolito de «a pie». Por eso, comer bueno, bonito y barato no es sencillo.

Entre los menos caros en Palma están Quadrat y el Txoco de Martín (Berasategui, por supuesto). Además tienes Son Tomás, en Banyalbufar

Más lejos, pero mas asequibles en relación calidad-precio están los imbatibles, como el pequeño bar QuitaPenas, un auténtico restaurante que sirve exquisitos manjares en forma de tapa en Valldemosa.

Además, en el mismo puerto de Pollensa, tienes los arroces de Can Ferrá, en Selva, el restaurante Miceli, y en Alcudia/Pollensa Terrae.

En Canyamel, la Porxada de Sa Torre, y en Sóller el elegido es Can Boqueta el de más calidad al menor precio. Impresionante.



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