Telmo Rodríguez ó cómo vivir con el alma ‘en vino’ (y II)

En la elaboración de buenos vinos los enólogos importan bastante poco 
Es
uno de los enólogos-viticultores más afamados de España y respetados en
el mundo, y su forma de entender el vino y los viñedos goza de una
idiosincrasia tan particular como, a veces, polémica. A Telmo Rodríguez
le gusta decir lo que piensa, pero ya se sabe que en un mundo
acostumbrado a escuchar alabanzas y la vaselina semántica,
estos zarpazos de sinceridad no siempre son bien recibidos.Esta es la segunda parte de la larga entrevista que mantuvimos con Telmo y en la que nos cuenta, entre otras cosas, la verdadera historia de Cebreros, Pegaso y su amistad con el piloto Carlos Sáinz, de cómo se puede estropear en bodega una buena uva y de la ausencia de cultura del vino en España. La entrevista no tiene desperdicio.

Telmo Rodríguez
Aunque todo
empezó a cambiar en el siglo XIX, Telmo Rodríguez piensa que fue en los años
70 del siglo XX cuando regiones como Rioja se conviertieron en superindustriales con la consiguiente repercusión negativa sobre la calidad del vino.
‘Ahora llevamos unos quince años con referencias nuevas que están cambiando
esta corriente
‘, asegura Rodríguez.
¿Usted dejó de comprar vinos españoles
por esto?
Pues así es.
Pero ahora he vuelto a comprar porque hay muchos que empiezan a interesarme
como los de zonas como Gredos, el Bierzo, Ribera Sacra, Navarra, Aragón…Esos
son los brotes verdes esoperanzadores y a los que también llamo
instigadores de la calidad.
‘LA UVA BUENA PUEDE EMPEORARSE EN LA BODEGA Y ESTROPEAR UN BUEN VINO’
¿Qué es necesario para hacer buen vino?
La uva no se
mejora en la bodega, pero si no se elabora bien, se puede empeorar. Los grandes vinos surgen como
consecuencia de grandes viñedos, aunque éstos no abundan. Por ejemplo, en Borgoña, solo
es excepcional el 1% de su viñedo, con lo que nos podemos hacer una idea de a qué me refiero. En todo caso, está claro que el vino no lo elabora un enólogo determinado ; es más, si el vino no
puede explicar el lugar del que proviene no es buen vino.
Remelluri, en Labastida, Rioja
¿Usted cree que en España se le da demasiada importancia al enólogo?
Desde luego que sí. En nuestro país se le da
mucha importancia al enólogo, al proceso, a la bodega…y poca al terruño y por
eso nuestra gran carencia es no entender la idiosincrasia de los sitios; de los lugares. Aquí ya no quedan viticultores porque los hemos matado. En España, hasta hace poco tiempo, estaban poco menos
que proscritos y muchas veces hasta se les ha obligado a malvender sus uvas. Por eso creo que necesitamos  regenerar este tejido viticultor que existe en otros países como Alemania, Francia o Suiza, por poner tres ejemplos.
 

Cebreros con su iglesia nueva

Cuando decimos
que Telmo Rodríguez tiene intuición (como Adriá en la cocina) no lo decimos por
decir. Y una muestra de esta intuición es lo que ocurrió en los viñedos de
Cebreros; el pueblo abulense en el que nació el presidente de Gobierno ya
fallecido Adolfo Suárez y que se autodenominaba la tierra del buen vino, aunque buen vino, lo que se dice buen
vino, no hacían, sino más bien utilizaban el vino como un alimento o  –al menos
la uva garnacha- para embocar las cubas de roble que iban a alojar otros vinos
o para madurar otras añadas. En aquellos tiempos, Cebreros con su garnacha y
albillo blanca en los campos, tenía censadas más de 2.000 mulas –caballerías las llaman allí-
que eran el transporte esencial de los agricultores máxime cuando muchas de sus
viñas, sobre todo las de la parte norte del pueblo están plantadas en laderas y
suelos de pizarra, lo que imprime mucha mineralidad a las uvas.Estos
viñedos, a 1.200 metros de altura –sierra baja-, están en una zona que se llama
Arrebatacapas (en la linde de un puerto que sale del pueblo) y que se llama así
en alusión al viento que la recorre gran parte del año y que arrebata las capas
de arena. Y es que aunque Telmo Rodríguez llega allí en 1999, ya se había
fijado en él mucho, mucho antes.

Arrebatacapas

‘EL VINO PEGASO DE CEBREROS REPRESENTA LA FUERZA Y LA ROBUSTEZ QUE TENÍAN AQUÉLLOS FAMOSOS CAMIONES’
¿Cuándo y cómo llega usted a Cebreros y
por qué recalar en un pueblo que tenía casi todas sus viñas de albillo y
garnacha abandonadas?
Yo conocí
Cebreros en un viaje que hice con mi padre y en el que recorrimos la cañada
real que cruza Arrebatacapas. Desde entonces, me quedó el recuerdo del pueblo y
sus viñedos, y por eso quise volver.

Pero en esta historia hay más
protagonistas, ¿verdad?… porque usted se asoció con el piloto Carlos Sainz para
elaborar el vino Pegaso
Conocí a
Carlos por casualidad. Yo tenía un amigo, Luis Chillida (hijo del famoso
escultor), que quería conocer a Sáinz para que le contara los entresijos del
mundo de los rallyes. Pero, paralelamente a esta historia, un día de 1999 me
planto en Cebreros con la idea de comprar algunas viñas, pero uno de los
lugareños me alertan de que no me las van a vender al precio que quiero porque
hay un señor –Carlos Sáinz- que las está pagando a un precio superior. Entonces
es cuando llamo a Carlos, que ya había comprado la finca de Santa Leonor de 500
hectáreas y acuerdo con el hacer vino allí a partir de la garnacha. Lo que no
sabía Carlos es que, en realidad, en la finca había una casa con una bodega
antigua en la que existían cubas y tinajas de madera de principios de siglo muy
valiosas para mí. Así es que nos pusimos manos a la obra con objeto de que
aquello fuera una especie de recuperación de viñedos olvidados y tenemos 11
hectáreas de Garnacha de Gredos con la que elaboramos –y seguimos elaborando-
el vino Pegaso.

¿Y por qué le pusieron el nombre de
Pegaso? ¿Tiene algo que ver con los famosos camiones?
Pues tiene
que ver. De mi paso por Francia traje un vino potente y robusto, el Chateau Rayás,
y que regalaba a mis amistades, aunque no tuviera mucho éxito, Este vino me
inspiró para forjar uno de de mis primeros proyectos en Navarra como fue elaborar
el primer vino de Garnacha de España. La garnacha es una uva dura, los
sarmientos son muy resitentes y están bien dotados para resistir la fuerza del
viento, justo lo contrario de lo que ocurre con el tempranillo. Así que la
dureza de la garnacha, que también existe en Cebreros, me recordaba esa
potencia y rudeza similar a la de los camiones Pegaso que vi tantas veces
durante mi adolescencia, y de ahí el nombre.

Aparte de
Cebreros y Remelluri, en la actualidad su empresa, Compañía de Vinos Telmo Rodríguez
elabora vinos en Rioja, Ribera del Duero, Toro, Valdeorras, Cigales, Rueda, Alicante
y Málaga, ya que en su ‘misión de recuperar variedades autóctonas’, están,
entre otras uvas, la cariñena. y la moscatel de Málaga. Entre sus vinos aparte
de Toro (G), Rueda -zona más comercial- (Basa y El Transistor) y Cigales
(Vino 105).están Lanzaga en Rioja Matallana en Ribera del
Duero, Molino Real en Málaga  y Gaba do Xil en Valdeorras.

¿Qué vinos le gustan más de entre los que se
hacen fuera de España?
Yo tengo
cultura de vino francés, porque es un país que lleva 300 años monopolizando el vino de
calidad, y todos los frikis que como yo hay en el mundo del vino han bebido del
Ródano, Borgoña y del este francés.
‘LOS TERRITORIOS DEL NOROESTE ESPAÑOL ME FASCINAN POR SU DIVERSIDAD’
.
Curiosamente, lo contrario que en
España, donde usted es un fervoroso admirador de los territorios del
noroeste
Así es. España
posee la mayor superficie vitívinícola del mundo con un total de más de 1.100.000
hectáreas dedicadas a la viña, pero apenas sabemos nada acerca de su
diversidad. Nuestro país es el que tiene mas variedad de vino y comida del mundo y a mi me atrae el noroeste porque es una franja relatvamente pequeña -que va de Navarra a Galicia- en la que encontramos una gran diversidad que para mi resulta muy atractiva.. De hecho, en España se encuentra el 80 % de la biodiversidad de Europa.
‘EN ESPAÑA ESTAMOS MÁS PENDIENTES DE LAS NOVEDADES; DE LA INMEDIATEZ, QUE DEL TRABAJO CONTINUADO Y DE CALIDAD EN EL VIÑEDO’
A Telmo
Rodríguez no le gusta hablar de proyectos, ni que se le pregunte por
sus planes futuros porque piensa que en nuestro país siempre estamos más
pendientes de las novedades que de lo que realmente importa: de la historia y el trabajo de años; el camino.
Yo he
dedicado los últimos años
–dice- a poner las bases de lo que quiero hacer. Y el
mundo de los vinos para mí es como un proyecto de vida o al menos así lo veo
yo. Un enólogo no puede llegar a un sitio y hacer un vino bueno sin mas. Hay
que conocer el lugar, enamorarse de él, cuidarlo.. si no es imposible, hacer
buen vino, digan lo que digan. Parece que de un tiempo a esta parte se han
puesto de moda los enólogos estrella o famosos, pero es una cosa que no tiene
sentido porque eso no garantiza un trabajo de calidad. En lo que a mí respecta,
en los próximos 10 años quiero disfrutar con lo que hemos hecho. En este país
siempre estamos pendientes de la novedad sin fijarnos en que es mucho más
importante el camino a recorrer; la trayectoria. Llevo 18 años trabajando en la
viña de las Beatas, por ejemplo, y sé que no dará el vino que yo quiero hasta
dentro de 5 años.
 
¿Se puede ganar dinero haciendo vino
o, mejor, haciéndolo de forma tan artesanal?
Desde que
abandoné Remelluri – a la que volví en 2010- no he tenido más remedio que ganar
dinero y para ello hemos elaborado vinos más sencillos, más fáciles, si se
quiere, como los de la zona de Rueda (Basa y el Transistor). No había otro modo
de sobrevivir y seguir financiando mis proyectos, así que la respuesta es sí.
Hay vinos con los que no gano nada como ocurre con Pegaso o las citadas Beatas
Y es que el mundo del campo no es un negocio espectacular; da
para vivir dignamente en el mejor de los casos.

Vides en vaso
‘EN ESPAÑA NO TENEMOS CULTURA DE VINO’
Siempre se ha dicho que, a pesar de
todo el vino que consumimos, en España no tenemos cultura del vino; que es casi
tanto como decir que somos unos analfabetos del vino ¿Está usted de acuerdo?
Pues es
verdad. No tenemos cultura del vino porque no nos ha importado nada perder el
terruño, ni saber lo que teníamos Siempre se tomó vino porque era un alimento,
pero no ha habido afición al vino  porque
en nuestro país no se ha valorado al que hace buen vino. En los últimos 80 años
hemos perdido tanto campo que no podemos estar orgullosos de eso, sino más bien
todo lo contrario.
Y esa defensa de lo tradicional; de la
tierra, del viñedo…¿hasta donde llega?
Pues hasta la
poda. No me gusta la espaldera, prefiero la poda en vaso porque es la mejor
forma de hacer el mejor vino, que es el vino que yo quiero hacer.Creo que nuestar defensa de la viticultura ancestral pasa por apoyar la elección de parcelas según que variedades de vides y, por supuesto, el vaso, que es como se trabajó siempre y además es lo mejor para
muchos de nuestros viñedos. Se trata de un sabio legado y un patrimonio que debemos defender.

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