Jamaica es calor húmedo, la misma temperatura de día que de noche, pero el Ricks es un lugar mágico, sagrado. Perfecto para tomarse un ron Appleton con lo que sea y estar con la persona perfecta al lado. Y si no lo es, no hay que preocuparse, el café de Ricks hace magia y consigue que en ese instante nos acordemos de esa persona con la que hubiéramos deseado estar allí y el conjuro siempre se cumple.
Por eso este café en el que se aprecian los mejores atardeceres del mundo, sorprenden incluso al viajero más trasteado. En Ibiza, el atardecer en el Café del Mar con musica chill out es fantástico y tampoco está mal el que se aprecia sentado en uno de los montículos de Cala Galdana, en Menorca, pero Negril, Jamaica y el Ricks es inigualable. Precisamente, a la hora en que escribo este post está apunto de esconderse el sol y envidio desde la lejanía que marca el Atlántico a los que están allí, sentados en sus terrazas de piedra y contemplando desde el acantilado la dulzura del Caribe vencido por el sol.
La historia de este café es un tanto curiosa ya que en 1974, Negril, en el suroeste de Jamaica, era un pueblucho de pescadores de mala muerte. Por no tener, no habia ni luz, ni telefono. Sin embargo un británico loco decidió que ese era el sitio ideal para colocar un cafe.
Así fue como compró el acantilado al médico local, hijo del primer gobernador general de Jamaica independiente y desde entonces ha sido una historia de supervivencia. En 1988 el huracan Gilbert lo destruyó completamenet con olas de 25 metros y en 2004 otro huracán, el Ivan, volvio a destruirlo.
Si tienes mas fotos enseñanos a los paletes que no hemos estado. Las anteriores son espectaculares.