Nueva Delhi, la puerta de la India

India es la mayor democracia del mundo –por número de habitantes- y tiene tantos contrastes como queramos ver. Por eso hay gente que ha ido a este inmenso país y ha visto solo la onda más turística sin pisar sus calles más que para ir de compras; otros que han optado por su parte más espiritual, viendo solo ojos amables, sonrisas, y grandes corazones solidarios allí donde han ido fuera Delhi, la capital, Mumbay o Agra, y un tercer grupo, se ha
fijado más en la realidad –vista con ojos occidentales, eso sí- de lo que
ocurre a cada palmo de terreno y de cuáles son los niveles de injusticia,
hambre, pobreza, opresión y dictadura de las clases altas sobre los que no
tienen nada.

 

la terminal del aeropuerto
Pues bien, todo eso es India y probablemente los ojos de
estos tres tipos de viajeros hayan extraído parte de verdad, aunque ninguno
haya alcanzado el ‘nirvana’ de la certeza absoluta, así que dejémoslo en que
cada uno ve India con los ojos que quiere mirar.
Pero si hay una ciudad que representa lo mejor y lo peor de
este país tan proclive a las fascinaciones y ensoñaciones, ésa es su capital
Delhi o Nueva Delhi, como se la conoce mundialmente. Claro que si hay una nueva
ciudad, es porque existe una antigua y ambas coexisten en una simbiosis que
mezcla y representa todo lo que hemos mencionado: riqueza, pobreza, solidaridad,
desprecio, opresión, injusticia…y así hasta el infinito.

Los toc toc, taxis motocarro
Nueva Delhi tiene 19 millones de habitantes y lo  primero que se percibe, aparte del calor
pegajoso, es impactante: la salida del aeropuerto te lleva directamente a la
parada de taxis? y autobuses?…todo ello está en medio de un camino de
tierra. Así que. sin anestesia te
encuentras que en su particular T4 a la salida del aeropuerto de Nueva Delhi ya
hay gentes pidiendo, perros y otros animales y un smog
(polvo-contaminación en el ambiente) que casi te impide ver y respirar.
miseria en las esquinas
Seguro que muchos de vosotros pensareis, ¿y qué hay de los
famosos olores? Pues que son ciertos, pero a mi me llamó más la atención lo
visual. Y es que esta primera impresión luego se fue completando con los
olores, o la presencia de cientos de niños pidiendo en todos lugares y a
todas horas, o la de esos saltimbanquis tullidos, por decir algo, con los huesos quebrados
aposta desde que nacen para que puedan hacer sus diabluras (dan grima, la
verdad) en los semáforos. Los atascos, monos que cruzan la carretera, el sonar continuo de los claxon (parece un deporte nacional)…El caos, en directo. Cierto que luego están los marahási, los
ingenieros y matemáticos de Bangalore, pero lo mayoría son más pobres que
las ratas: así como suena.
sonrisas y miradas que se clavan en el alma
Sobre las castas no voy a incidir mucho porque es un tema
sabido (supongo), aunque si os diré que la casta (en sánscrito, varna),
literalmente ‘color’. corresponde a una forma de estratificación social
establecida por el hinduismo, la cual clasifica a las personas dentro de la
sociedad en grupos.Es heredada desde el nacimiento, de forma que el
individuo nace así y no puede hacer nada (ni quiere) para cambiar su
suerte.
animales y hombres
A los más pobres se les denomina intocables -qué
eufemismo-, parias o dalit aunque, en realidad, no tienen
casta. De hecho, están fuera de este sistema y por lo tanto están
tradicionalmente relegados a realizar los peores trabajos e
incluso se les prohíbe beber de las mismas fuentes de agua que las demás. Muchos
viven en la calle, en cualquier esquina, con los niños compartiendo morada,
agua, váteres y comida con las ratas, los monos y los perros abandonados (la
mayoría).
Pero más perplejo que todo esto, te deja
la sonrisa perenne de estas personas, muchos niños. que no tienen nada. (aunque algunos son muy pesados pidiendo, lo cierto es que ves
que lo hacen porque no les queda otra para malvivi)..
calle de la vieja Delhi
De hecho, cuando te relaciones con los indúes te das cuenta
del poco valor que tiene la vida para ellos. Los parias nacen para
prepararse frente al más allá que muchos anhelan en brazos de Dios, sea cuál
sea la religión, se llame Brahma o de otra forma. Incluso ellos mismos ‘bromean’
con la cuestión al decirte cosas como que aquí la gente se muere y nadie se da
cuenta, y tampoco importa…porque somos tantos… 
De hecho, ni siquiera la cruzada no violenta del MahatmaGandhi pudo ampliar los derechos de estos parias durante su lucha por la
independencia de la India en 1947.
India Gate
Mausoleo de Gandhi
Delhi es la tercera ciudad más grande de India. Es
el punto principal de norte del país. Está dividida en dos partes: Nueva Delhi
y Delhi Vieja. La parte principal de la ciudad metropolitana, con los hoteles y
embajadas están en la zona de Nueva Delhi y los monumentos -muchos menos de lo
que cabría esperar- están en la parte vieja. En realidad, contando ambas partes
de la ciudad los sitios más relevantes, son La Casa de Parlamento, IndiaGate (arco en memoria de la guerra) la tumba de Humayun, Qutub
Minar -el minarete más grande del mundo-, El Fuerte RojoJama Masjid, la mezquita más grande en India, y el Raj Ghat, un monumento que
se edificó en memoria del líder hindú Mahatma Gandhi. También cuenta con el río Yamuna, tan sagrado como el Ganges, El famoso mausoleo Thaj Majal se
encuentra en Agra, a menos de 200 km. de distancia, pero a más de 8 horas de
viaje en tren.
Se reza en todos lados
No me he olvidado de los olores ni de la espiritualidad. Cierto
que huele mal y, a veces, muy mal, pero no es extraño con toda la
porquería que hay en la calle. Por eso y porque los occidentales no estamos
acostumbrados a los gérmenes patógenos que circulan por India hay que
tener cuidado con lo que se come y se bebe, y donde se come y se bebe.
Muchas veces, y a pesar de las precauciones, la diarrea es casi segura y es fácil que se presente allí mismo o, con suerte, al regresar a España.
Bollywood arrasa, cola en el cine
Y unos cuantos apuntes finales. A los indues les encanta el cine, por eso
Bollywood, ese simulacro de Hollywood con películas que duran siete horas y
siempre tienen final feliz, es un negocio tan floreciente que se ha convertido
en la mayor industria del cine del mundo. En India todo es a lo grande. Como en
casi todos los países emergentes o BRIC (Brasil, Rusia, India y China) hay
gente mega rica y todo lo contrario (los mas). El mausoleo de Gandhi,
siempre está lleno de flores y es un lugar de visita obligada para propios y
extraños.  Por último, y aunque lejísimos
en distancia de Delhi, hay que destacar la labor que la fundación Vicente
Ferrer realiza Anantapur. Impresionante e imprescindible.
MAS PISTAS 
lavando animal y coche
LO QUE LAS GUÍAS NO DICEN. Una de las experiencias más
sorprendentes es pasear por los caóticos, ruidosos y malolientes callejones de
la Ciudad Vieja (Shahjahanabad) y comprobar cómo vive, de verdad, la mayoría de
indúes. Pero cuidado, la ciudad engaña y es más grande de lo que parece. Por
eso hay que tener en cuenta las grandes extensiones, el calor y el tráfico antes
de lanzarse  a esta ‘jungla de cristal’
mercadillo típico
PARA NO PERDERSE. Las compras, para qué nos vamos a engañar. En todos los sitios se regatea y puedes comprar decenas de objetos por pocos euros. Los bazares chino y tibetano son los mejores, con falsificaciones a mansalva y baratijas diversas. En fin, una delicia para quien quiera volver cargado. Uno de los mercadillos más conocidos es el de Chandni Chowk con una actividad frenética, pero no es el mejor para comprar. En general, casi todas las calles que desembocan en Connaught Place, la zona de negocios de la ciudad. Aquí no es que estés a salvo de los acosos, pero es la parte más fina de la ciudad. Hay tiendas en las que te hacen un traje o camisas a la medida en maravilloso algodón indú. No son una ganga, pero tienen calidad. También es el lugar indicado para comprar los famosos saris, y como en trajes y camisas no son tan baratos como el mercadillo, pero son de nivel.

Saris en C. Place
COMER Y DORMIR. Es difícil recomendar un restaurante. Lo
mejor es comer en los hoteles y, si son lujosos, mejor que mejor….así la
diarrea tardará más en llegar o, con mucha suerte, no aparecerá. Entre los
hoteles, yo destacaría el Taj Palace y el Oberoi, en primer lugar y luego el
Metropolitan (es famoso su restaurante japonés Sakura) y el Hilton. Además, en
la ciudad hay una gran cantidad de restaurantes exclusivamente vegetarianos. De
hecho, Nueva Delhi es un paraíso culinario para los vegetarianos, ya que
incluso los restaurantes no vegetarianos tienen una amplia oferta de platos sin
carne.

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