Cafento: las galletas más deseadas

Su leyenda crece cada día un poco más
Esta es una de historias más curiosas de cuantas se
pueden contar. Es la historia de unas galletas que se han hecho famosas –y más
que lo van a ser- por el prodigioso método del boca-oreja: la estrategia más
efectiva de cuantas se conocen. Ni las redes sociales tienen un impacto tan devastador
como la transmisión oral-verbal. Una transmisión del mensaje que le otorga calidad, exclusividad
y deseo. Terrible: justo lo que no puede aguantar el ser humano gourmet.

Las galletas en cuestión se llaman Cafento; el nombre de
una empresa de cafés y tes asturiana -de Tineo- que, además, distribuye este producto tan
deseado. Dicen por ahí que la culpa de todo la tuvo el tren AVE; al incluirlas casi de
soslayo en sus menús junto al café. Pero, sea como fuere, el caso es que estamos antes unas galletas ‘de cine’ y ya nadie va a poder parar esta ‘fiebre’.
Curiosamente, Cafento es una de las empresas que van a colaborar en el evento Cocineras con Estrella frente al Cáncer de Mama, que se va a celebrar el próximo 20 de mayo, en el pazo de Mella -Cambre-A Coruña. Por eso, los afortunados que hayan conseguido una entrada para disfrutar con las elaboraciones culirarias de las chefs Fina Puigdevall, Beatriz Sotelo, Yolanda León, Macarena de Castro, Aizpea Oihaneder, Begoña Rodrigo y el cocinero Kike Piñeiro, también tendrán el placer de probar estas galletas a la hora del café.

En cuanto a las galletas en sí, las hay de cuatro sabores: manzana, chocolate-naranja,
chocolate y fresa, pero si las hicieran de pera o de melocotón triunfarían igual. 
¿Os
contamos el secreto?
Pues el caso es que el producto es elaborado para Cafento
por La Luarquesa, otra empresa asturiana (de Luarca, obviamente) fundada en 1896
y que se dedicada a la fabricación de galletas, pastas de té y pan. 

Los cuatro sabores en sus envases

Para la elaboración de las mismas -y puede que este sea uno de los secretos- la empresa solo emplea materias primas de primera calidad, evitando la
utilización de conservantes y colorantes, lo que, en sus propias palabras, les
permite “rescatar del olvido sabores y texturas de otros tiempos”. Las galletas
están elaboradas a base de mantequilla y chocolate más el ingrediente que corresponde a cada uno de sus sabores.

La clasificación de GyV

Por tanto, estamos ante una elaboración artesanal de
principio a fin. 
Pues bien, desvelado el secreto, la cuestión es que no se venden en cualquier lado, lo que vuelve a elevar, sin remisión, el deseo de
poseerlas, tenerlas, disfrutarlas y hasta adorarlas. Así que en esas estamos. 
Se venden en botes de 500 gr. y cada galleta pesa unos 7 gr., que se presentan,
no os lo perdáis, en bolsitas individuales termoselladas, de manera que sus
propiedades se mantienen intactas aunque el bote se mantenga abierto durante
tiempo.

Ya hemos dicho que solo hay cuatro sabores y punto. Hay quien se pirria por las de manzana, a las que señalan como las mejores, pero nosotros hemos hecho nuestra cata particular y en ese hipotético ranking -y adelantando que todas son maravillosas- en nuestra opinión las más impactantes son las de fresa, seguidas por las de chocolate-naranja, chocolate y manzana. Pero, claro, cada uno tiene sus gustos. Lo
mejor es que puedes darte el gustazo de disfrutar de irresitible manjar -te tomas una y ya no puedes parar de comerlas- por solo 4,90 euros el bote de medio kilo; eso sí, solo se pueden
adquirir en la tienda de Cafento. www.cafentoshop.com.

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