Bangkok,

Bangkok, la diosa asiática

La capital de Tailandia es uno de los destinos turísticos más deseados Y no es extraño, porque lo tiene todo, y sus olores y colores se pegan al cerebro para siempre.

No hay nada igual en el mundo: la riqueza y la pobreza, el laicismo y la espiritulalidad, el recatamiento y el desenfreno, la meditación y la aventura, todo en un mismo pack. Hablamos de Bangkok, la capital de Tailandia, una ciudad que atesora todos estos contrastes y más siempre que uno esté dispuesto a recorrerla de arriba a abajo.
Además, es un destino de lo más indicado, ahora que el invierno en Europa está durando casi tanto como la crisis. La temperatura actual oscila entre los 35 grados de máxima y 26 de mínima y la mejor época para viajar es la que va hasta el inicio del verano, porque es ahí cuando comienza la época de monzones.
Una de las cosas que llama la atención a la llegada a Bangkok es, aparte de la lentitud (meditada) de los funcionarios de aduana e inmigración, la bofetada de calor húmedo que nos recibe nada más salir del aeropuerto. Eso, y los olores a especias, flores y sándalo de los templos budistas, por suspuesto, que salpican toda la ciudad,
Pero la capital de Tailandia está volcada sobnre las orillas del río Chao Phraya, y la vida de los habitantes de la ciudad se desarrolla muy ligada a él. Su sistema de canales hizo que algún lumbreras la calificara con el original nombre de la Venecia de Oriente, pero, Bangkok no tiene nada que ver, salvo por la suciedad de sus aguas donde se vierten gran parte de los detritus de la ciudad.
El río, sin embargo y a pesar de su turbiedad, tiene cierto encanto porque a ambos lados se instalan cientos de muelles desde los que parten los taxis acuáticos, unas lanchas con motores impresionantes, que surcan las aguas a la velocidad del rayo. Es una de las mejores formas de visitar templos e incluso acudir a algunos de los restaurantes más emblemáticos y también de visitar su famoso mercado de las flores.
Templos a mansalva
Aunque la ciudad tiene un ritmo de vida caótico –calles atestadas de gente, toc toc (motocarros-taxi) por todos lados, olores, colores, bullicio, rascacielos al lado de las chabolas…– dispone de una parte monumental ababullante. Tiene tantos templos, pagodas y budas que es muy difícil visitarlos todos.
Pero, siendo selectivos, una visita obligada es la que debemos hacer al templo de Wat Pho, conocido por tener en su interior al gran Buda Reclinado de 46 metros de largo y 15 metros de altura.Es la estatua de Buda reclinado más grande de Tailandia y toda ella está recubierta de pan de oro.
Otra de las recomendaciones es llegar hasta el Palacio Real: un gran conjunto arquitectónico formado por un grupo de edificios que sirvieron como sede real desde el siglo XVIII hasta mediados del siglo XX. Finalmente, y para no agotarnos con tantos templos, es recomedable una escala final en el templo del Amanecer (Wat Arun), quizá el más budista y respetado de una ciudad donde en casi cada esquina, hay un altarcito adornado con flores dedicado a esta deidad.
En los dos primeros hay que entrar descalzos, pero si luego nos duelen los pies siempre podemos entrar en cualquiera de los garitos donde dan masajes (de día, por supuesto). Masajes que son tan típicos, que hasta el aeropuerto tiene una sección especial dedicado a ellos.
Otro de los alicientes de Bangkok, aparte de su comida picante y los especialistas en taekwondo que se ven por muchas calles (tienen los nudillos de los puños con cayo), son las compras. El mercado de Chatuchak es el más grande de toda Tailandia y lo visitan cada día más de 200.000 personas y en él encontraremos más de 15.000 puestos diferentes.
Pero, el más pintoresco, por ser nocturno, es el mercadillo de Pat Pong. Allí es donde van casi todos los turistas y es por ello que los precios son un poco más elevados que en el resto de bazares. Está situado en Silom, la zona con más vida nocturna de la ciudad. Así que tenga cuidado con sus pertenencias y donde le meten, porque puede haber peligro.
LO QUE LAS GUÍAS NO DICEN:
Bangkok es una ciudad segura, pero si uno se adentra por el barrio de Silom, donde transcurre la vida nocturna de la ciudad, debe tener cuidado con los cabarés que salpican muchas calles. Algunos, incluso, escoltan a los puestos del mercado nocturno de Pat Pong. En la puerta hay unos tipos (matones) que te invitan a entrar a ver chicas, pero que pueden impedir salir si no consumes lo que consideren. Otra cosa es el regateo obligado de las compras. Desconfie si algo que adquiere en un puesto, se lo traen de otro lado. Puede que le den más gato por liebre de lo habitual, ya que muchos puestos pertenecen al mismo dueño.
PARA NO PERDERSE:
El atardecer sobre el rio Chao Phraya es impresionante y/o cenando en un barco. Otras opciones son los restaurantes Sirocco y Vértigo, situados ambos al aire libre en el piso superior de dos de los hoteles más altos de Bangkok, el Lebua at State Towerr y el Banyan Tree.

COMER Y DORMIR:
El mejor hotel de Bangkok y uno de los diez mejores del mundo es el Oriental Bangkok. Dispone de un Spa individual que está al otro lado del río (el hotel dispone de una barca ferry). Las habitaciones son de madera de teka y tienen todo el lujo que uno pueda desear. Su restaurante y comida también son notables. Es el no va mas.

Un comentario en «Bangkok,»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *